Extra¹.

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Dilara

Sentía como si me estuviera partiendo en dos, aunque literalmente eso estaba pasando. Mi vagina estaba pasando por un mal momento el cual llamo sacar la cabeza de una bebé por el orificio del tamaño de... no sé con qué mierda compararlo, pero ustedes entienden.

-¡Ya no puedo!, ¡Me duele!-

No podía dejar de quejarme, realmente me dolía.

-Lo estás haciendo muy bien Di, tú puedes, mi amor.- Tom intentaba darme apoyo, pero no era útil.

-¿Duele más que cuando Murad nació?-

Y por supuesto tenía a Leni a mi otro lado, ella se había negado a dejarme desde que en la mañana empecé con mi labor de parto.

Yo solo asiento como puedo y sigo pujando con todas mis fuerzas, sentía que me iba a desmayar en cualquier momento.

Cuando Murad nació fue doloroso, pero no tanto.

No podía más, había estado pujando por horas. Está vez era diferente a cuando Murad nació.

Algo andaba mal, lo podía ver en la cara de los doctores. Yo solo podía apretar mi agarre en la mano de Tom quien tenía una mueca de dolor, pero a la vez de tristeza. Él también sabía que algo andaba mal.

Sabía que si mi hija nacía yo no podría vivir para conocerla y estaba dispuesta a que eso sucediera.

Tom podría volver a enamorarse, encontrar a alguien que lo ame y que también ame a nuestros hijos, alguien que lo ayude a criar a los niños.

Porque yo sabía que no sería capaz de hacerlo, sabía que no podría ver a mi hija crecer.

-Tú puedes Dilara, solo un par de pujadas más y tu bella hija nacerá.- quería darle una patada en la cara al maldito doctor.

El idiota había estado repitiendo lo mismo desde que está viéndome la vagina.

-Ya falta poco, ya veo la cabeza. Una más.- y eso hice.

En momentos como este me arrepentía de no tomar el consejo que me dijo mamá, debí haberme hecho la cesaría. Pero creí que sería como mi primer parto.

Mis gritos se escuchaban por toda la habitación, y las palabras de apoyo que Tom y Leni me daban no servían para nada. Lo único que quería era darles un golpe en sus bocas.

-Ya... ya no puedo.- mi voz salió cansada.

-Solo una más y listo, ya casi sale por completo.-

Di todo de mí y di una última pujada, sentí una gran presión en mi parte baja para luego sentir un tirón y finalmente una liberación.

-Una hermosa niña.- escucho al doctor decir.

El doctor una vez la limpia la coloca en mi pecho, ella solo lloraba al igual que yo. Había soltado las manos de Tom y Leni, no podía dejar de acariciar su pequeño cuerpo.

-Mi niña...-

Mi voz se escuchaba bajita para no despertarla, pero eso no era todo.

Mis párpados pesaban y mi ojos se cerraban cada vez más, todo estaba volviendo se negro.

Siento como alguien me quita a mi bebé de mi pecho, aún un poco desorientada intento levantarme para buscar a mi bebé.

Pero eso no dura mucho y mis ojos se cierran completamente, lo último que escucho es el llanto de la niña antes de caer en la cama desmayada.

...

Mi cabeza y cuerpo dolían, al abrir mis ojos solo veía el blanco techo. Me toma unos momentos recordar cómo es que había llegado a esa posición hasta que escucho un llanto.

Con cuidado y esfuerzo me siento en aquella cama y lo primero que veo es a Tom con la bebé en sus brazos intentado que no lloré.

-Tom...- el automáticamente voltea a verme con una sonrisa.

-Di... Ella no para de llorar.-

Estiró mis brazos y el me la entrega, poco a poco su llanto va disminuyendo, pero aún así llora. Haciendo memoria recuerdo que Murad lloraba de esa manera porque tenía hambre.

Me ubico mejor y comienzo a darle de comer, ella gustosa acepta mi seno.

-Solo tenía hambre.-

-Puede que sea mi hija, pero la envidio mucho en este momento.- ambos reímos por su comentario.

Seguimos hablando y él me contó que por mi esfuerzo a la hora de dar a luz fue la razón del porque me desmayé.

Hablamos hasta que la puerta suena y al dejar entrar vemos a mis padres, Leni con Murad y Gustav con su familia. Atrás de ellos venía Bill junto a Mackenzie.

-Mi sobrina...- Leni se acerca y deja un beso en su pequeña cabeza para luego dejar uno en la mía.

-Es tan pequeña, es incluso más pequeña que Murad cuando nació.- y era cierto.

Mi barriga fue más grande en este embarazo, pero la bebé fue mucho más pequeña que su hermano.

Una vez termina de comer y le saco los gases, es Leni quien me la quita de los brazos y me entrega a mi hijo mayor. El veía todo con gran curiosidad, en especial al ver tan pequeña bebé de brazos en brazos.

Todos habían tenido su turno de tenerla en sus brazos, el último en tenerla fue papá. Podía ver la emoción reflejada en su rostro, incluso un par de lágrimas bajaban por sus mejillas.

-Es tan hermosa, mi nieta...- él se acerca y me la entrega mientras Tom toma a Murad en sus brazos. -Se que no soy tu padre biológico, pero me gustaría imaginar que te veías igual de hermosa como tu hija.-

Sus palabras me hacen soltar un par de lágrimas, me sentía llena, llena de amor y felicidad. Pero también llena de miedo, de temor, sabía qué hace no mucho Murad había nacido, pero esto era diferente. No sabía cómo Tom se tomaría la paternidad de una recién nacida.

No era para nada parecida a cuidar de Murad, el ya no despierta en medio de la noche, la niña despertara cada vez que se le plazca y tenía miedo de todo.

-Ya dejen tanto misterio y digan cuál es su nombre.- es Kenzie quien habla.

Desde que todos se enteraron de que sería una niña no dejaban de preguntar por su nombre, con Tom discutimos un par de veces por el nombre, él quería que le pusiera el nombre de mi madre y esa idea me gustaba, pero al decirle a mi madre que tenía pensado usar su nombre.

Ella me dijo que no, y no porque la idea no le gustará, estaba emocionada y complacida de tal honor. Pero ella quería que lo pensara bien, que eligiera un nombre que representará algo importante o a alguien importante en mi vida.

Tom y yo lo pensamos por mucho tiempo, hasta que llegamos a la conclusión de que solo había un nombre correcto para nuestra hija.

-Su nombre es...- Tom juega con todos, le doy un amistoso golpe en el pecho y decido tomar la palabra yo.

-Helena Elizabeth Kaulitz Listing, o también le pueden decir Leni.-

Apenas digo su nombre todos se sorprenden, pero Leni se lanza a mis brazos llorando de la felicidad.

-Di...-

-Mamá me dijo que pensará en un nombre que representará algo o a alguien importante en mi vida, y esa eres tú Leni. Eres como la hermana que nunca tuve, te importo muy poco dejar toda tu vida y familia atrás para irte conmigo. Eres mi hermana y la tía de mis hijos.-

-Y lo haría otra vez, somos hermanas Di, siempre lo seremos y estos niños son mi sobrino y sobrina. Me siento honrada.-

𝖠𝗆𝖻𝗋𝗈𝗌𝗂𝖺 𝗏𝗈𝗅²「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora