Inesperado reencuentro.

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Narra Alexander:

Pasada 10 horas, el avión se encontraba a tan solo 1km de la pista. Desde las ventanillas, se podía presenciar las hermosas vistas de la ciudad de La Habana, dándola a conocer como una metrópoli, iluminada por el esplendor de los faroles de las calles y el brillo que emanaba las luces de las casas.

En cuestión de segundos, percibía como el tren de aterrizaje rozaba la pista, tomando una posición alineada, presionando sus frenos a tope, rodando por la pista hasta llegar al puente de embarque.

Pasé por los controles de aduana, hasta llegar a la salida, donde se encontraba un chófer esperándome para trasladarme hasta el hotel.

Al llegar al hotel mi suite estaba lista, tomé la tarjeta y me dirigí hasta el séptimo piso, en dirección a la habitación. Ya estando dentro, tomé una ducha, para ir a cenar al restaurante especializado en platillos de comida china y japonesa.

Me posicioné enfrente de la puerta del mismo, permitiendo que un señor la abriera por mí. Una de las camareras me guió hasta la mesa, donde se encontraba el menú, con exquisitos platillos, tales como: Pollo Kung Pao, Egg Foo Young, Chop
Suey, Suchi, galletas de la fortuna, entre otros.

-Buenas noches señor.- dijo la camarera
-Buenas noche.
- ¿Se ha decidido por alguno de nuestros platillos?
- Sí, suchi, por favor.
- Buena elección, es la especialidad de la casa, su delicioso sabor se ha encargado de hacer atraer a todos los huéspedes del hotel a nuestro restaurante.- dijo sin más, y luego se marchó.

Al terminar la comida, me dieron a escoger una galleta de la fortuna, la cual tenía un papelito dentro que decía:
"Dile a la distancia que algo está haciendo mal, porque aunque estés lejos, te siento aquí a mi lado."

Salí del restaurante, dirigiéndome hacía la playa. Era una noche estrellada, con un clima fresco, a temperatura promedio de 23°c. Al llegar, sentía la agradable brisa del mar sobre mi cara, generando una sensación de tranquilidad y bienestar.

Caminé descalzo por la orilla de la playa, permitiendo que mis pies fueran golpeados por las olas del mar.

A corta distancia, me detuve a contemplar una chica con los rasgos físicos muy similares a los de Isabella.

- Deja de pensar en ella Alexander, tan solo estás viendo alucinaciones- me dije a mí mismo en voz baja.

No perdía nada acercándome a la chica, así me aseguraba de que solo era mi cerebro que se encontraba produciendo alucinaciones. Al llegar a la tumbona donde se encontraba recostada la chica, no podía creer lo que mis ojos café estaban visualizando, era Isabella.

Nos miramos detenidamente el uno al otro, dejando que nuestros ojos resplandeciente hablarán por si solo, que nuestros corazones latieran tan fuerte, al punto de escuchar nuestros latidos.

- Hola Isa
- Buenas Ale.
- ¿Se puede saber que haces acá?- dijo muy sorprendida.
- Es solo una agradable coincidencia. Soy el director de la compañía Meliá Hotels International, mañana tengo una conferencia en el hotel, este es solo el motivo de mi visita a Cuba.
- ¿Y tú qué haces acá?- tenía curiosidad de saber que hacía en el mismo sitio que yo.
- Decidí pasar mis vacaciones acá , observe por internet las valoraciones positivas con respecto al hotel, y además el simple hecho de que dispusiera de playa, me exhortaba a sacar reservaciones para este lujoso hotel. - dijo Isa aún en shock por el inesperado reencuentro.
- Me alegra mucho que el destino nos haya juntado nuevamente - dije con un tono de voz muy alegre.
- A mí también me alegra Ale.
- ¿Qué te parece si nos acomodamos, y charlamos por un rato, bajo la influencia de la luna y los ruidos de las olas del mar golpeando con suavidad la fina arena blanca?- tenía ganas de estar a solas con Isa, aunque fueran solo minutos, ya que pronto me iría y no sabía si nos volveríamos a reencontrar.
- Me parece estupendo Ale.

Busqué una tumbona, y la coloque a su derecha, dejando que nuestras miradas se cruzaran a tal punto de perderse en una sola...

- Es un espectáculo hermoso y deslumbrante contemplar el cuerpo de la luna.- dije, mientras ambos mirábamos la noche estrellada.
- La luz de la luna y la suave brisa del mar, me da la tranquilidad que necesito para dormir.- dijo Isa bostezando.
-...

Hola
Muchas gracias por leer cada capítulo de mi libro.
Todas sus vistas y votos significan mucho para mí.
Que tengan bonito día.
❤️🫀

Encerrados en el baño del avión (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora