Kun se despertó sintiéndose gloriosamente optimista. Una cálida sensación de satisfacción lo invadía, y sonrió contra la almohada al recordar por qué. Después de toda la confusión e incertidumbre de la noche anterior, Ten había vuelto con él y habían pasado la noche juntos. No habían conseguido hablar, pero Kun estaba seguro de que ya no se trataba sólo de que Ten le ayudara a explorar su sexualidad.
La noche anterior habían tenido sexo porque ambos lo deseaban, no por ninguna otra razón, y había sido increíble. Después, Kun había temido que Ten se fuera, pero cuando le pidió que se quedara, se quedó. Seguramente eso significaba que algo había cambiado entre ellos.
Se estiró, somnoliento y cómodo, y luego se dio la vuelta, deseando despertar a Ten con un beso... y quizá una mamada.
La decepción de encontrar un espacio vacío a su lado hizo que el estómago de Kun se retorciera. Esperando que Ten estuviera en el baño, Kun tanteó las sábanas.
Estaban frías.
Se incorporó, mirando frenéticamente por la habitación, pero la ropa de Ten ya no estaba desparramada descuidadamente por el suelo donde la había abandonado la noche anterior. Ten hacía tiempo que se había ido.
El reloj le decía a Kun que eran casi las nueve, así que no era precisamente temprano para un domingo por la mañana. ¿Quizá Ten tenía que estar en algún sitio?
Incluso mientras intentaba pensar en todas las explicaciones posibles para que Ten se fuera sin despedirse, una parte del cerebro de Kun hacía sonar las alarmas y agitaba banderas rojas.
Puede que Kun no supiera mucho de relaciones, pero sabía que si alguien te abandona después del sexo nunca es una buena señal.
Pero, ¿por qué? ¿Por qué haría eso Ten?
Las náuseas se agolparon en sus entrañas. La única razón que se le ocurrió a Kun fue que Ten se arrepentía.
Anoche habían roto todas sus reglas; tener sexo no planeado y no negociado no era parte de su trato. Ten había bebido anoche; puede que no hubiera estado pensando con claridad. Dios, ¿Kun se había aprovechado de él?
Cerró los ojos, con el horror recorriéndolo por dentro.
Pero no. Ten podría haber estado un poco bajo los efectos del alcohol, pero sabía exactamente lo que estaba haciendo. Ten había sido el que lo había iniciado todo con aquel beso derrite-cerebros en la calle. Ten le había pedido a Kun que lo follara. Kun nunca lo habría anticipado, nunca habría supuesto que era lo que Ten quería. Todo había sido idea de Ten. Kun le había seguido la corriente, un participante más que dispuesto, pero Ten era el instigador.
Entonces, ¿por qué habría dado un giro de 180 grados esta mañana? ¿Qué había salido mal?
Las conjeturas no lo llevaban a ninguna parte, así que Kun optó por la vía directa. Sacó su teléfono del bolsillo de sus pantalones y le envió un mensaje a Ten, pulsando Enviar antes de que tuviera tiempo de cambiar de opinión.
¿Dónde estás? ¿Por qué te fuiste?
Pasaron unos minutos antes de que Ten respondiera.
No podía dormir. ¿No encontraste mi nota?
La esperanza brilló en Kun. Se levantó de un salto y echó un vistazo a su habitación hasta que vio el garabato de Ten en el bloc de notas sobre su escritorio.
Cuando leyó las palabras, la esperanza se enroscó y murió. No era una carta de amor. Ni siquiera había un beso o una carita sonriente. Hasta pronto. ¿Qué significaba eso? De repente estaba claro que algo había ido muy mal entre ellos, pero Kun seguía sin entender qué.
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action figure ؛ 𝗸𝘂𝗻𝘁𝗲𝗻
FanfictionAdquirir experiencia con el chico de al lado parece ser una gran idea. Pero, ¿y si las líneas se vuelven borrosas?