2 La NO visita a Hogsmeade.

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Después de una semana que transcurrió de la manera más "normal" en el castillo, finalmente llegó el tan ansiado sábado.

¿Y por qué era tan esperado? Porque era el momento de visitar Hogsmeade, y todos los chicos y chicas estaban emocionados por ello. San Valentín se acercaba, y la mayoría deseaba comprar regalos para sus seres queridos.

Hermione estaba particularmente emocionada, luciendo una expresión de alegría infantil que no se le quitaba de la cara. Y eso a Ron le estaba empezando a cabrear.

-Hermione, ya sabemos que has sacado un diez en el examen de Transformaciones, pero no hace falta que vayas alardeando con esa cara. Vamos, ¡como si nunca lo hubieras sacado!- Comentó Ron, cruzándose de brazos y lanzándole una mirada de reojo a su amiga. Hermione, a su vez, lo miró con ceño fruncido.

-Para que te enteres, Ronald, estoy feliz porque por fin vamos a Hogsmeade. Ha pasado mucho tiempo desde que no vamos, ¿verdad Harry? ¡Va a ser genial!- Hermione dio un brinco de alegría.

-Me da la sensación de que tu no solo estás contenta y feliz por eso, Hermy.- Dijo Harry con una sonrisa de pícaro mientras su amiga le mostraba un dulce puchero.

-Una tiene sus secretos...Bueno, Si me disculpáis, me voy a la Sala común para vestirme. ¡Nos vemos luego, chicos!- Hermione salió corriendo mientras se despedía con la mano, desapareciendo por las escaleras.

Venían de desayunar del Gran comedor. Era algo pronto pero, gradualmente, la gente iba llegando para tomar su desayuno. Harry y Ron no necesitaban arreglarse, así que optaron por esperar a su amiga afuera. Había unos cuantos grupos de gente ya dispuestos a salir. Todos felices y risueños.

Febrero era la época en la que las personas confesaban su amor, ya sea con un ramo de flores o una caja de bombones, lo típico.

Eso a Ron le ponía un poco enfermo. Era de los que pensaban que el amor no se demuestra una vez al año, sino todos los días, si de verdad amas a esa persona. Y eso no se lo discutía Harry, ya que pensaban lo mismo.

La hora de salir hacia el pueblo se acercaba, y el patio principal estaba lleno de estudiantes.

Draco, por su parte, estaba rodeado de su pandilla, riéndose de la gente que daban brincos o chillaban de la emoción. Para ellos, parecía ridículo ver a la gente en ese estado.

Él sabía que podía tener a cualquier chica o chico que se propusiera. Una mirada, y ya bastaba para tenerlos bajo sus pies. Pero no le interesaba, no quería nada que ver con esas gritonas que reclamaban ser amadas por un día.

De la puerta principal salieron McGonagall y Filch, el conserje, con la lista de los alumnos que podían ir a la visita.

Este empezó a decir nombres, uno detrás de otro. Los alumnos que habían sido llamados, gritaban un ¡aquí! mientras se movían hacia un lado del patio.

Quedaban pocos alumnos por nombrar, entre ellos Draco y Harry. Se sorprendieron al ver que Filch guardaba la lista en su chaqueta mugrienta. Corrieron de inmediato hacia Minerva para pedir explicaciones.

-¿Os tengo que recordar lo que pasó el martes pasado, muchachos?- Dijo McGonagall con una expresión de disgusto mientras los miraba.

Estos dos se miraron por el rabillo del ojo, mientras recordaban lo sucedido.

Flashback


Estaban en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras (DCAO). Los alumnos se encontraban ocupados haciendo los deberes que el profesor Lupin les había asignado. Todo iba sin problemas hasta que Draco, abrumado por el aburrimiento, decidió buscarle las cosquillas al niño que sobrevivió.

Comenzó a arrojar trozos de papel en dirección a la cabeza de Harry, tratando de llamar su atención. Cuando lo logró, empezó a hacerle preguntas sarcásticas sobre si él y la comadreja Weasley tenían un "nidito de amor", si planeaban adoptar, y otros comentarios hirientes.

Harry, cobreándose cada vez más, intentó ignorarlo, pero resultaba casi imposible, especialmente cuando Draco comenzó a involucrar a sus padres en los comentarios.

Harry se levantó de su asiento, atrayendo la atención de los demás alumnos y la mirada de Lupin. Caminó hacia la mesa de Draco, agarrándolo por la corbata y tirando de ella hacia sí mismo, de manera que quedaron a escasos centímetros el uno del otro.

-Menciona a mi madre, o a mi padre de nuevo, y te corto la lengua, ¡Serpientucha!- Gritó Harry encolerizado.

-¿Pero quién te crees que eres para hablarme así, Potter?-Escupió Malfoy. -Jah...¿Pero qué digo? Viniendo de unos padres como esos, te puedes esperar cualquier cosa...- Soltó, mirándolo con su sonrisa característica, aunque no le duró mucho. Harry le propinó un puñetazo en la cara, lo suficientemente fuerte como para tirarle de la silla.

Este se levantó y se abalanzó sobre Harry, y ambos terminaron en el suelo propinándose golpes sin control.

Lupin llegó lo más rápido que pudo, separándolos y llevándolos al despacho de Dumbledore, para impartirles un castigo. Y no era otro que prohibirles su visita a Hogsmeade.

Fin del Flashback


-No me acordaba...- Dijeron los dos al unísono. Draco miraba hacia una esquina del patio, y Harry a la profesora.

-Lo siento chicos, no puedo hacer nada. Las normas son las normas...que os divirtáis.-

McGonagall se fue con los demás alumnos para explicarles las normas, que ya todo el mundo se sabía, pero no estaba de más recordarlas.

Ron y Hermione miraron a Harry con tristeza. Por culpa de las provocaciones de Malfoy, este se quedaba sin visita.

Harry se despidió de ellos con un gesto de la mano mientras esbozaba una sonrisa triste. Ahora se quedaría en el colegio sin tener nada que hacer.

Draco, sin ni siquiera mirar a su grupo, se metió dentro del colegio. Estos le gritaban que volverían pronto, que no se preocupase, pero les hacía caso omiso.

El patio se quedó vacío en cuestión de segundos. Harry tuvo la sensación de sentirse más solo que nunca.

Después, también decidió entrar al edificio. Como no tenía nada que hacer, se quedó mirando por la ventana del piso principal mientras veía a sus dos mejores amigos, junto con la mayoría de la escuela, disfrutar de un día divertido.

Draco, por su parte, se dirigió a la biblioteca para pasar el rato y, en parte, para reflexionar sobre la pelea que los había privado de la visita a Hogsmeade.

Sin embargo, en su rostro se formó una sonrisa. No todo iba a ser malo.

-Bueno, al menos no me aburriré tanto, ¿Verdad, Potter...?-

?-

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Perdiéndome Entre tus Brazos. (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora