5 Mi apoyo.

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Era domingo por la mañana. Los alumnos habían regresado al castillo el sábado por la noche después de un emocionante día de compras en Hogsmeade, en busca de regalos para la inminente fecha especial.

Antes de acostarse, Ron y Hermione compartieron todos los detalles de su día con Harry. A pesar de su sonrisa algo forzada, Harry escuchó con atención, aunque en su mente seguía reviviendo el recuerdo de Draco besándolo bajo la lluvia, con esos labios que podrían encantar a cualquiera.

Al día siguiente Ron se despertó antes, por lo que no quiso molestar a su amigo. Sabía que últimamente dormía poco, así que optó por dejarle dormir más.

Harry se despertó con los recuerdos del día anterior aún frescos en su mente. A pesar de que le costaba asimilar que Draco lo había besado, sabía que era una realidad. Eso lo hizo sonreír tontamente mientras se preparaba para el día. Se cambió de ropa rápidamente y, aunque intentó peinarse, pronto abandonó el intento al darse cuenta de que su cabello tenía vida propia.

-Este pelo es casi imposible doblegarlo... ¡Lo doy por perdido!- Dejó el peine encima del mueble. Antes de salir de la habitación, sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Sabía que tenía que contarle a Ron y Hermione lo que había sucedido. Aunque temía las posibles consecuencias, él tenía que ser sincero con sus dos mejores amigos.

Salió con paso decidido hacia la Sala Común, donde se encontró solo con Hermione, quien estaba leyendo un libro de literatura, algo inusual ya que solía dedicarse a los libros escolares.

-Hola, Hermy. -saludó a su amiga mientras se sentaba a su lado.

-¡Ah, hola, Harry! -respondió Hermione, guardando apresuradamente el libro que estaba leyendo, con un leve sonrojo en sus mejillas.

-¿Qué estabas leyendo, si se puede saber?- preguntó Harry, intrigado al ver a su amiga sonrojarse, algo poco común en ella.

-Oh, no, nada, solo un libro muy aburrido y antiguo... Oye, Harry, ayer no nos contaste mucho sobre tu día mientras nosotros estábamos en Hogsmeade, ¿hiciste algo en especial? -preguntó Hermione.

Harry no sabía si debía responderle solo a ella la verdad o esperar a que Ron estuviera presente. Podía optar por esta última opción y contar con la ayuda de Hermione si las cosas se complicaban. No podía retrasar esto por mucho más tiempo, y le parecía una buena idea tener a Hermione como aliada.

-La verdad es que pasó algo un poco... inusual...- dijo Harry mientras desviaba la mirada. Hermione lo miró con curiosidad.

-Bueno, aquí estoy para que me lo cuentes...- respondió Hermione con una sonrisa. Harry la miró y no pudo evitar pensar que tenía una amiga maravillosa.

Harry comenzó a relatar lo sucedido ayer con Draco: la pelea, los besos que compartieron y la conversación que tuvieron. Hermione escuchaba atentamente, sin poder articular palabra, pero con una sonrisa pícara que poco a poco se iba formando en su rostro.

-Bueno...¿y que tienes que decir al respecto...?- preguntó Harry, sintiéndose algo abochornado y apenado por la situación.

-¿Qué me parece?- Hermione cerró los ojos y frunció el ceño, lo que desconcertó a Harry por un momento. -Me parece... ¡ESTUPENDO!- exclamó Hermione, mirando a Harry con ilusión y ternura.

Harry casi saltó del susto ante la reacción entusiasta de Hermione, pero se sintió aliviado al ver su apoyo.

-¿Y se puede saber por qué estás tan contenta? ¿Recuerdas quién es Draco Malfoy, verdad? El que nos puteaba a diestro y siniestro...- Dijo en tono gracioso. Hermione lo miró como si fuera una fanática emocionada.

-Nunca se lo he dicho a nadie, pero...- Hermione sacó el libro que había guardado detrás de ella y lo abrió en la página en la que estaba. Harry se asomó para leer un párrafo y su rostro empezó a sonrojarse.

-Hermione... ¿¡esto es un libro sobre sexo!?- Gritó un acalorado Harry. Hermione le puso la mano en la boca, perforándolo con la mirada, preocupada de que alguien los escuchara.

-¡Guarda las formas, Harry! Y no, no es un libro sobre temas sexuales. Es más bien una historia romántica con temática homosexual. Trata sobre dos chicos que luchan por ser reconocidos y aceptados por la sociedad, quieren amarse libremente. ¡Es una historia hermosa! -explicó Hermione, con los ojos brillando de una manera un tanto extraña.

-Ahora resulta que mi mejor amiga es una fanática de las relaciones entre hombres...- comentó Harry en tono de broma, aunque se sintió agradado por la reacción de Hermione.

Hermione quitó su sonrisa para pasar a una cara seria. A ella le gustaba ver a Harry feliz, pero esa relación podría traer consecuencias desastrosas.

-Harry... Todos sabemos quién es Draco Malfoy. Él está destinado a ser un mortífago de Voldemort y es peligroso en cierta manera. No te diré que no sigas adelante, porque es tu vida, pero tendrás que estar dispuesto a asumir el riesgo de que, si Draco decide unirse a ellos... -Hermione hablaba con preocupación y tristeza en su voz, mirando hacia abajo.

Harry nunca había considerado ese problema en profundidad. Sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que Voldemort intentara reclutar a Draco y a otros como él. Pero si hubiera alguna manera de convencer a Draco de que no se uniera a ellos, haría lo que fuera necesario para lograrlo.

Hermione notó la tristeza en la expresión de Harry y se sintió mal por preocuparlo de esa manera. No quería causarle más angustia.

Le tomó la mano, buscando una respuesta en sus ojos. Harry la miró. Su mirada se tornó más seria de lo habitual.

-Haré que Draco cambie de opinión, Hermione, cueste lo que cueste. No puedo permitir que se una a ese malnacido... No puedo.- Hermione sonrió. Ese era el Harry Potter que ella conocía, un chico que no se rendía aun con la suerte en su contra.

-Sabes que yo estaré aquí para lo que sea.- dijo su amiga mientras se levantaban del sofá. Se estaba haciendo tarde y aún no habían desayunado.

Antes de salir por el retrato, Harry miró a su amiga con preocupación. Sabía que aún quedaba alguien a quien contarle todo esto, alguien que no lo tomaría tan bien como Hermione.

-¿Cómo... cómo se lo digo a Ron? No creo que lo tome de la misma manera que tú. Él es más... reservado en estos temas.- expresó su preocupación en sus palabras.

-Pero sigue siendo Ron, Harry, tu mejor amigo, tu hermano...- Suspiró mientras miraba hacia un lado. -Sé que quizás no lo tome muy bien al principio, pero acabará cediendo. No te preocupes, ¿entendido?- le miró de nuevo, poniendo sus manos en los hombros de Harry y sonriéndole.

Harry agradeció mentalmente el apoyo de su amiga. Sabía que con ella no tendría ningún tipo de problema. Los dos abandonaron la sala para desayunar. Esa tarde no pasaría sin que se lo dijera a Ron, tanto si le gustaba como si no, aunque eso significara perderle como amigo...

Perdiéndome Entre tus Brazos. (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora