19 Verdugo.

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A pesar de estar bastante débil, Draco encontraba fuerzas en algún rincón de su ser para cargar a Harry por los pasillos en dirección a la enfermería.

Tenía una idea bastante clara de lo que le había sucedido al moreno. La expresión de dolor, el sufrimiento que emanaba de aquella cicatriz lo inundó por completo, dejándolo inconsciente. La piel debajo de su marca ardió también en ese momento. Era consciente de que ya estaban aquí, dentro del castillo. Pero eso, ahora mismo, le importaba una mierda. Su única preocupación era la recuperación de Harry.

Finalmente llegó a las puertas de la enfermería.  Abrió las puertas con ayuda de su espalda y se encontró con la habitación vacía. Ni siquiera la señora Pomfrey se encontraba en la estancia en ese momento.

Con cuidado, se acercó a una de las camas y depositó suavemente el cuerpo de su león en ella. Este seguía sudando considerablemente. Sus ojos cerrados temblaban y su respiración era entrecortada.

-Dra...co...- Murmuró Harry débilmente.

-Shhh...Estoy aquí, tranquilo.- Trató de calmarlo, poniendo una mano en su frente y acariciándola suavemente.

-¿Mi querido sobrino a puesto a Harry Potter en bandeja? ¡Que... maravilla!-

El cuerpo de Draco se tensó por completo, reconociendo al momento aquella voz tan irritante.

-Bellatrix...-Musitó.

Desde las puertas de la enfermería, la figura de Bellatrix Lestrange apareció, con su peculiar forma de caminar, y esa risa burlona que la caracterizaba. A su lado, se encontraban Fenrir Greyback y Amycus Carrow.

Se dio la vuelta rápidamente, encarándolos. En su mirada se podía ver el miedo que sentía en aquel momento. La idea de lo que podrían hacerle a Harry hizo que sintiera náuseas, pero no podía mostrar debilidad frente a ellos.

-El Señor Tenebroso se va a poner la mar de contento cuando vea el regalo que le vamos a entregar, y todo gracias a ti, querido mío. Pero antes... - Bellatrix se acercó a Draco, puso su mano en la mejilla de este, en una caricia sutil. - Tenemos asuntos pendientes que atender, ¿no crees? - Dijo con una sonrisa maliciosa mientras sus ojos brillaban de emoción. Amycus Carrow rio entre dientes.

Fenrir Greyback se acercó a Harry, olfateándolo como un animal salvaje. Ante ese gesto, Draco palideció. 

-Parece que el chico dorado ha caído en desgracia. ¿Qué te parece si jugamos un poco con él antes de llevarlo ante el Señor Tenebroso?-

Bellatrix apartó a un lado a Draco, de manera brusca. -¡¡No lo toques!!- Gritó enfurecida, mientras alzaba su varita. -¡Le pertenece al Señor Oscuro! ¡¡Solo a él!!- Sus ojos solo transmitían locura enfermiza.

Este se apartó a regañadientes, volviendo a ponerse detrás de ella. 

Draco, luchando por ganar tiempo y tratar de mantener a Harry a salvo, asintió ante las palabras de Bellatrix con un miedo disfrazado de sumisión. 

-Esta bien...Se donde puede estar, vamos cuanto antes.- Solo quería que se fueran lo más lejos del cuerpo de Harry. Empezó a caminar hacia la salida de la enfermería, imaginando que el moreno se recuperaría, y saldría de allí lo más rápido que pudiese.

Una sonrisa espeluznante apareció en el Rostro de Bellatrix, quien siguió los pasos de Draco saltando y danzando. Los otros dos solo caminaban a paso lento, cerrando las puertas de la enfermería a su paso.

Harry escuchó esa conversación a medias. Su mente iba y venía. Ondas de dolor entraban y salían por su cabeza. Intentó incorporarse todo lo que pudo. Seguía teniendo dificultades para respirar, pero en ese momento, solo le preocupó una cosa.

Perdiéndome Entre tus Brazos. (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora