6 Conversación serpentil.

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Draco abrió los ojos lentamente, una fina y desagradable cortina de luz solar atravesó sus párpados, obligándole a fruncir el ceño con fastidio. Se sentía molesto por haber sido despertado de esta manera, pero rápidamente dejó de lado su irritación cuando los recuerdos de su encuentro con Harry en los jardines de Hogwarts inundaron su mente.

Aún le resultaba completamente surrealista. ¿Qué había sucedido con todo ese rencor acumulado, con todo el odio que habían albergado mutuamente durante años? ¿Dónde había ido a parar? Draco se levantó de la cama, sintiendo una necesidad urgente de aclarar sus pensamientos y emociones. Hoy tendría una conversación seria con Zabini, porque sabía que era el único que le diría la verdad a la cara, sin importarle que fuera Draco Malfoy, y eso era precisamente lo que apreciaba de su amigo.

Mientras se duchaba y se arreglaba, Draco repasaba mentalmente lo que quería decirle a Blaise. Una vez listo, salió hacia su sala común, notando que la mayoría de los estudiantes ya se encontraban desayunando en el Gran Comedor. Aunque normalmente no le faltaba el apetito, esa mañana apenas sentía hambre debido a la tensión que le embargaba. Draco buscó a Blaise en la sala común, pero no lo encontró en ningún lugar.

Al cabo de unos minutos, recordó que su amigo le había dicho que planeaba ir a la lechucería el domingo para enviar una carta a sus padres. Draco se dirigió nuevamente a su habitación para coger una capa negra y gruesa, ya que febrero aún traía consigo un clima frío. Se apresuró a salir del castillo, consciente de que no quería encontrarse con ninguno de sus secuaces, ya que seguramente intentarían seguirlo.

Llegó rápidamente a la lechucería, donde se topó con Zabini, quien salía justo en ese momento.

-Hombre Draco, ¿Qué haces despierto tan temprano un domingo? Es un poco inusual para ti, ¿no crees? - Zabini lo miró con curiosidad, escudriñando su expresión.

-Necesito hablar contigo urgentemente... Es importante.- Draco mantuvo su mirada seria, pero sus ojos delataban una mezcla de vergüenza y preocupación.

-Bueno, tenemos todo el día. ¿Has desayunado ya? Si quieres podemos ir antes a...-

-No tengo hambre.- Draco concluyó bruscamente antes de darse la vuelta y comenzar a caminar en dirección a las escaleras.

Zabini le seguía desde atrás, le parecía raro el comportamiento de Draco, ¿tendría algo que ver Potter?

Se sentaron juntos en las escaleras principales de la lechucería, donde Draco mantenía su mirada fija en el suelo, mientras Blaise lo observaba con preocupación, inquieto por lo que su amigo tenía que contarle.

-Ayer... -

-Te peleaste con Potter.- Dijo Zabini. Le parecería lo más normal del mundo.

-No me interrumpas más... sabes que no me gusta que me corten cuando hablo.- Dijo Draco mientras le miraba cabreado.

-El lo ha hecho antes conmigo... bueno, es Draco.- Pensó mientras suspiraba pesadamente. -Continúa, por favor.- Esta vez se callaría para que el rubio no se cabreara más y no lo mandara a Londres de una patada.

Draco volvió a mirar al suelo, ahora mismo era lo que más le entretenía para poder contar tranquilamente lo sucedido. -Ayer... cometí una locura... no sé porque lo hice pero... me sentí bien conmigo mismo, no se, es algo raro de explicar.-

-Bueno, cuéntamelo paso por paso y yo veré qué grado de locura tiene eso.- Sonrió Zabini a su amigo. Sabía que era algo relacionado con Potter, y lo más seguro era que lo que le contara el rubio no le parecería tan..."loco"

Draco comenzó a relatarle a Blaise lo que había ocurrido, paso por paso, proporcionando todos los detalles necesarios. Quería que Blaise conociera cada aspecto de la situación. Blaise escuchaba atentamente, con una sonrisa de complicidad en su rostro que dejó perplejo a Draco.

-¿Te lo digo? Creo que esto estaba ya muy escrito, Draco.-- Dijo Blaise con una sonrisa enigmática.

-¿A qué te refieres con "escrito"? Explícate, por favor.- Respondió Draco, confundido por el comentario de su amigo.

-A que esto, tarde o temprano, iba a pasar.- Comentó Zabini con calma. -Yo al menos no lo e visto como algo espectacular, no se. Ese odio que os teníais el uno al otro, y que de repente Harry no quiera ni llamarte tonto, pues...-

Draco no sabía qué responder. ¿Era tan obvio? -No lo amo, Blaise. Solo... necesitaba hacerlo.- Trató de justificarse. Era cierto que no amaba a Harry, al menos no en ese momento. Todo estaba sucediendo demasiado rápido, y las prisas nunca eran buenas.

Zabini le sonrió a su amigo. - Sabes que a veces, el odio más intenso puede transformarse en el amor más apasionado en un abrir y cerrar de ojos. Tómate tu tiempo, Draco, y haz lo que creas conveniente. - Sabía que para Draco, esto no era en absoluto fácil.

-Tienes razón, pero hemos olvidado algo importante... Sabes que el Señor Tenebroso comenzará a moverse, y que pronto me marcarán como mortífago... y tendré que irme de aquí.- Esto último lo dijo con pena, pensando en Harry.

-Draco, la última palabra siempre la tendrás tú, sin importar lo que diga tu padre, y lo sabes. Si quieres convertirte en un mortífago, adelante... Pero si lo que deseas es estar con un chico con gafas, ojos verdes, cabello rebelde y una cicatriz en la frente, puedes quedarte aquí y luchar a su lado - Zabini pasó su brazo alrededor de Draco, apoyándolo en su hombro izquierdo, ofreciéndole todo el apoyo del mundo.

Draco sonrió. No era su típica sonrisa de lado, con la que provocaba a Harry para que se pelearan, no. Era una sonrisa amplia y risueña, sabía que le vendrá bien el apoyo de Zabini. Él siempre sería sincero, en las buenas como en las malas.

-Creo que es hora de regresar, hace demasiado frío como para estar sentados aquí, nos vamos a congelar el culo.- Dijo Zabini mientras reía y se levantaba de las escaleras.

-Tienes razón. Todavía tenemos cosas que hacer y aún falta mucho día por delante, andando.- Dijo Draco mientras comenzaba a caminar hacia el castillo, seguido de Zabini.

Tenía la mente un poco más despejada. Los besos que se había dado con Harry no eran por puro capricho; se los dio de verdad, porque lo quería. Quería a ese chico que le había negado la amistad el primer año en Hogwarts.

Perdiéndome Entre tus Brazos. (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora