4 Confesión.

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Las lágrimas recorrían el rostro de Harry. Lágrimas de profundo dolor, porque finalmente se dio cuenta de lo que le estaba ocurriendo.

Mientras tanto, Draco no podía dar crédito a lo que estaba viendo. La lluvia caía implacablemente sobre ellos, y sus ropas estaban completamente ceñidas a sus cuerpos empapados.

Draco todavía seguía encima de Harry, con el puño en alto, pero se encontraba inmóvil, observando a un Harry Potter desvaneciéndose en lágrimas.

-¿Por qué tú...? ¿¡Qué haces llorando como una nena Pott..!?-

-Te quiero...- susurró Harry.

Draco se quedó totalmente mudo. ¿Cómo que le quería?, ¿Desde cuándo?

Harry cerró los ojos. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro. - A mi también me parece una completa locura, pero...es lo que siento...- Abrió de nuevo sus ojos, mirando a Draco. Este todavía seguía procesando la información.

-Todos estos años de peleas, de insultos...ahora me parecen una completa estupidez, ¿Por qué nos peleamos?, no lo entiendo... Es cierto que no te quería ver ni en pintura. Es cierto que se me pasaron por la cabeza cosas horribles...Y ahora no puedo ni insultarte. No quiero pelear más contigo. Me daba miedo mirarte a la cara. No sabía ni el porqué...pero ahora sí...- Harry se secó las lágrimas como pudo. Se incorporó un poco, pero sin poder levantarse. Draco seguía encima suyo.

Este, por su parte, seguía sin dar crédito a lo que estaba escuchando. Todo este tiempo en el que Potter estaba tan raro...¿Era por amor?

-Yo... lo siento. No quería decírtelo. Pensé que se pasaría, que era solo un capricho tonto... o no. ¡¡¡Pero...!!! -

No pudo terminar la frase. El príncipe de las serpientes posó sus labios en los de él. Un beso tímido, casto pero dulce, lleno de sentimientos contradictorios.

Le traía de cabeza el nuevo comportamiento de Potter. No entendía porque no contestaba a sus provocaciones como de costumbre, y estaba empezando a preocuparse de verdad.

Harry se sorprendió por la respuesta de Draco. No se lo esperaba en absoluto. ¿Significaba que también sentía lo mismo...?

Draco volvió a besarle, esta vez con más pasión, tumbando a Harry de nuevo en la húmeda hierba, en medio de la tormenta que resonaba a su alrededor.

Ahora comenzó una nueva pelea. Pero era una lucha por ver quién ocupaba la boca del otro con su lengua. En ese enfrentamiento apasionado, Draco salió vencedor por goleada.

La tormenta poco a poco amainaba. Entre las nubes se abrían claros que iluminaban pequeñas zonas del paisaje, y también a ellos dos.

Se separaron poco a poco. Los dos notaban todo su mundo dar vueltas. Algo dentro de ellos se rompió, sintiendo una liberación reconfortante. Al cabo de unos segundos volvieron en si. Se sentían como en una nube.

-Creo que deberíamos volver...Estamos empapados, y lo más seguro es que nos estén buscando. Somos los únicos alumnos de la escuela ahora mismo.- Dijo Harry mientras hacía el amago de levantarse.

-Si. Tienes razón...- Draco se levantó, dejando a Harry su espacio.

Comenzaron a caminar uno al lado del otro. Harry miraba a Draco de vez en cuando. Este tenía reflejado en su rostro la duda aún. Algo en su cabeza no podía creer lo que había ocurrido.

Llegaron a la puerta principal. Antes de entrar, Harry sacó su varita y, con un ligero movimiento, los secó a los dos.

-Hermione, ya sabes...Es como una profesora más.- explicó Harry a Draco, ya que le preguntó de dónde había sacado ese hechizo.

Entraron a la sala principal del castillo. Draco sentía la necesidad de hablar con alguien sobre lo que acababa de suceder, y pensó que Blaise Zabini sería la mejor persona para proporcionarle una perspectiva sensata. Suponía que los demás estudiantes regresarían pronto de su visita a Hogsmeade, especialmente después del tiempo que había hecho.

Harry, por otro lado, estaba lleno de dudas sobre si debería contarle a Ron y Hermione lo que había ocurrido. Tenía un miedo real de que estos dos dejaran de hablarle debido a sus nuevos sentimientos hacia Draco.

-Bueno, yo...me voy. Nos vemos más tarde, Pott...Harry.- Dijo Draco mientras que, con paso decidido, abandonó la sala para bajar por las escaleras en dirección a las mazmorras.

-Adiós...Draco.- Sonrió. Se quedó solo de nuevo, pero no le importó. Estaba feliz por saber de una vez por todas lo que le pasaba en su interior. Tenía una sensación de paz agradable.

Harry regresó a la sala común y decidió descansar un poco hasta que sus amigos volvieran. En el camino, reflexionó y se dio cuenta de que debía confesarlo, a pesar de las posibles consecuencias. Sabía que era algo que no podía ocultar por mucho tiempo, y tarde o temprano, Ron y Hermione se enterarían, ya fuera a través de él o de terceros.

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Draco llegó a su habitación. Se tumbó en la cama y cerró los ojos, rememorando lo sucedido.

-Me salió de dentro...No sé por qué. Le besé. Quería besarlo...Me sentí increíblemente bien con él.- Pensó, mientras una sonrisa adornaba su cara. -De todas formas...Me gustaría saber la opinión de Zabini sobre esto. Sus consejos son bastante buenos.- Poco a poco, fue cayendo en los brazos de Morfeo, con la imagen de aquel beso en su mente.

Perdiéndome Entre tus Brazos. (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora