Un gran secreto. Amándose a escondidas encendían la llama de su pasión, aumentando su deseo contenido. La Luna siendo testigo de los hermosos encuentros de dos amantes.
Saga testigos libro uno
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
─────♡◦♡◦♡─────
Leire observó el mapa del merodeador. La mayoría ya estaban en sus habitaciones, algunos alumnos seguían en las salas comunes y unos pocos se arriesgaban a dar vueltas por Hogwarts de noche.
Ella solía divertirse mirando como los prefectos o profesores se acercaban a descubrir a algún estudiante, pero ese día no podía concentrarse en ningún nombre.
Después de lo que había ocurrido en la tarde, Leire ni siquiera había cenado, se excusó con sus amigos diciendo que no se encontraba bien y se encerró en su cuarto hasta que de madrugada tomó la decisión de ir a la Torre de Astronomía.
Después de casi una hora de pensar seriamente en lo que había pasado no podía decir que se arrepintiera. Sí, había estado mal, ella lo sabía, pero lo quería y mientras nadie más se enterara no debía ser un problema para ninguno. Toda la situación recaía en el hecho de que Leire no sería la principal persona en tener problemas si los demás se enteraban, el problema sería de Remus por ser el mayor y quién debía poner los límites. En su defensa, él lo intentó, pero ella siguió insistiendo.
Leire había decidido que si esta vez Remus volvía a decidir dar un paso atrás ella lo iba a dejar en paz, era algo malo de su parte seguir insistiendo cuando él estaba en la peor situación.
Con una mirada al mapa del merodeador, pudo ver al señor Snape subiendo desde el quinto piso. No le importó demasiado, incluso si la encontraba en la Torre lo máximo que haría sería quitarle puntos a Gryffindor y acompañarla a su habitación.
Por más que Remus era su motivo principal para estar fuera de la cama, no era el único. Había dedicado algunos momentos de la madrugada para Sirius Black y lo que había descubierto ese día. Enterarse de que él y James Potter fueron amigos fue un pequeño shock.
Tampoco se podía quitar de la cabeza que Black fuera un animago, si realmente él había sido ese perro negro iba a vivir avergonzada al respecto.
Había sido un día bastante complicado, así que ir a la Torre de Astronomía fue algo casi natural al no poder dormir. De todas formas, ya sabía que podría hacerlo en lo que restaba de noche.
Leire se apoyó en la barandilla y observó el cielo. La Luna estaba comenzando a desaparecer, lo que nuevamente hizo que la pelirroja pensara en Remus, debió haber pasado un mal tiempo por culpa de su transformación durante mucho.
El sonido de pasos en la escalera hizo que revisara el mapa del merodeador, pero se tranquilizó cuando vio el nombre del profesor Snape.
—¿Qué haces aquí? —Preguntó el profesor.
—Tengo pesadillas, no tenía sentido quedarme en mi habitación.
—Sigue estando prohibido que salgas de tu habitación.
