Sector Black

Capítulo 8- Fuego en la cocina

En la sala principal, la familia Black se reunió para ver la tercera prueba, entre ellos se encontraban Raven, Ethan y Emily.

Finalmente dio la 1 de la tarde, las pantallas que instalaron esa misma mañana se encendieron mostrando imágenes de diversos ángulos dentro del granero, en una de ellas se podía ver a Jack frente a la puerta.
El estómago de Raven comenzó a doler, no podía evitar sentirse nerviosa, incluso asustada se atrevía a pensar. Respiró profundo e intentó calmarse, pero dio un salto cuando escuchó un sonido de metal siendo golpeado, alzó la vista y la primera puerta estaba abierta... La prueba había comenzado, igual que su plan.
Para cuándo volteó a ver a Emily, ella ya se encontraba saliendo de la sala. Ahora solo eran Ethan y ella. En su mente volvió a repasar el plan una y otra vez, tratando de convencerse de que todo saldría bien, de repente sintió un apretón en su mano, era Ethan que la había tomado y le dirigía una sonrisa que logró tranquilizarla.
Volvió a dirigir su atención a la pantalla, a Jack, quien ya se hallaba peleando contra dos devoradores, mientras que otra puerta se abría y cerraba para dejar salir uno más.
Lo único que necesitaba era esperar a que Patrick o Claudia volviera y le diera la señal para poder ir por sus cosas y largarse de ahí de una maldita vez.

. . .

Claudia y Patrick se dirigían con todo el sigilo que podían a la habitación de Nathaniel.
La mansión Black disponía de 4 pisos y por obvias razones la habitación del cabecilla de la familia tenía que estar en el piso más alto. Les tomó tiempo, a pesar de que la mayoría de la familia se hallaba abajo, viendo la prueba, había algunos miembros a los que no les interesaba en absoluto y estaban rondado por la mansión.

Finalmente lograron llegar a la puerta de la habitación y Patrick comenzó a abrirla, mientras que Claudia hacía guardia. Click. El seguro cedió y ambos entraron. Buscaron en todos los cajones de todos los muebles, debajo de la cama, en el baño, incluso verificaron si no había piso o paredes falsos, pero nada. No había rastro de la medicina.

— Claro que no iba a ser tan sencillo —Patrick se rascó la nuca.

— ¿Revisaste el armario? — Claudia golpeó con los nudillos la puerta del gran armario a lado de la cama.

Patrick negó y se acercó a la puerta, tenía seguro, intentó abrirla, pero le constaba. Tenían que darse prisa. La ganzúa se le resbaló por el sudor de sus manos.

— Mierda — susurró él.

— Lenguaje, papi — recogió la ganzúa del suelo y se la dio —Iré a vigilar, tranquilízate.

Intento tras intento, la paciencia de Patrick se estaba acabando, igual que el tiempo. Respiró profundo y volvió a intentar, con más calma, con más concentración y finalmente, click, se abrió.

— Claudia — abrió ambas puertas del armario y dio un paso atrás.

— Vaya vaya, ya veo por qué ese maldito vejestorio sigue respirando sin un tubo en su garganta.

Frente a ellos, varias repisas abarcaban el largo y ancho del armario, llenas de pequeños frascos transparentes con un líquido azul dentro. Claudia tomo una y al instante otra se recogió para tomar el lugar de la anterior.

— Si tomamos una o dos de cada fila no se dará cuenta — opino ella— Trae la bolsa.

— Son demasiadas filas Claudia y solo traemos una bolsa.

— ... Bien, tomaremos solo las dos primeras filas, eso solo nos dará 20 frascos ¿Crees que será suficiente? — argumentó ella con cierta pizca de molestia en su voz.

— Al menos lo suficiente para curar a Layla — le contestó — E intentar replicarla nosotros mismos.

Claudia lo dudó, pero al cabo de un minuto asintió y comenzaron a llenar la bolsa que llevaban consigo, con cuidado para que no se rompieran al golpear con otros frascos, cuando terminaron cerraron de nuevo el armario. Afortunadamente para ellos al cerrarse el seguro se ponía solo. Salieron de la habitación y se dieron prisa, Patrick fue con Raven y Claudia con Emily.