«Soy tan despreciable», pensó Nightmare con cierta gracia, ya que pocas veces se decía esa frase él mismo.
—¿Ocurre algo?
La voz de Cross lo regresó a la realidad.
—Es una noche bella, ¿verdad? —atinó a decir y dirigió su mirada al gran ventanal—. La luna se ve por completo.
—Oh, es cierto —afirmó e imitó su acción.
—Tú también estás bella hoy.
Sonrió inconscientemente al ver la expresión incómoda y nerviosa de Cross.
¡Esto era lo que necesitaba!
Un cambio. Algo diferente a lo que suele estar acostumbrado.
Y lo mejor era que se lo robó a Dream.
Porque sí, amaba a su gemelo y todas esas mierdas, pero sacarlo de sus casillas le brindaba una indescriptible satisfacción... Por Dios, en serio era tan despreciable y recién lo descubría; después de todo, meterse con mujeres casadas no era nada comparado con quitarle la "noviecita" a su hermano.
Desde que notó los sentimientos de Cross por Dream, supo que podría obtener diversión a costa de la vulnerabilidad de esa chiquilla que seguro ni pasaba de los veinticinco años. Además le haría un favor para que se olvide del estúpido de su hermano, que parece una caridad andante en vez de un hombre capaz de complacer a una mujer.
A parte de ser despreciable, también era hipócrita. Quién lo diría...
Tal vez tanto Dream como él no puedan realmente desear o querer a alguien; en sus corazones y mentes no hay espacio para esas banalidades. Para ellos, el trabajo siempre ocupará el primer puesto en su lista de prioridades.
¿Será que no tienen sentimientos?
Cada noche se encargaba de observar minuciosamente a Cross.
Sí, de nuevo estaba buscando ese dichoso algo.
—Parece que encontró a una persona de su interés —habló Dust, rompiendo el silencio en su oficina.
Apartó su mirada del informe y la dirigió hacia su secretario. Debe ser grande su curiosidad si se digna en hablar y más si es durante el trabajo.
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⤜El espectador y la víctima⤛ NightGeno
Fanfiction《La inusual historia de "amor" entre los protagonistas empezó en un callejón. Sí, lo leyeron bien. En un cochino y maloliente callejón. ¡Qué romántico! Luego todo se basó en miradas desde una distancia prudente por parte de uno, mientras el que era...