《La inusual historia de "amor" entre los protagonistas empezó en un callejón. Sí, lo leyeron bien. En un cochino y maloliente callejón. ¡Qué romántico! Luego todo se basó en miradas desde una distancia prudente por parte de uno, mientras el que era...
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No fue necesario presentarse para saber el nombre del otro.
Geno lo conocía.
Y él conocía a Geno, pero no lo suficiente como le gustaría.
Geno, Geno, Geno...
Geno era todo lo que tenía en su mente.
¿Qué debería hacer?
Las pesadillas se detuvieron, mas ahora no era capaz de dormir porque pensaba en Geno.
Quería oír su voz.
Quería volver a tocar su mano.
Quería sentir su piel.
Quería comprobar qué tan real era.
Quería ver qué comía y qué hacía en sus tiempos libres.
Quería tenerlo cerca para poder observar cada uno de sus movimientos.
Quería...
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Una vez se encontró a Geno en el ascensor, pero decidió ignorarlo porque se negaba a admitir que había pasado las últimas semanas pensando en él. Además, si empezaba una conversación con Geno, ¿de qué podrían hablar exactamente? Ellos eran de mundos distintos.
Cuando llegó a su piso y las puertas del ascensor se abrieron, no dudó en salir y dejar atrás a Geno.
Un silencio incómodo era lo que menos deseaba entre ellos.
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—¿Nos hemos visto en alguna otra parte?
Esa pregunta salió de la nada, por eso se quedó helado en su lugar. Solo quería tomar agua tranquilo, por Dios. Pero qué podía esperar si buscaba de manera desesperada estar en el mismo espacio que Geno.
—No creo —respondió y se concentró en llenar de agua su vaso.
—Ah, seguro lo equivoqué con otra persona.
Debió quedarse en su oficina.
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Se sentía patético.
O más bien Geno lo hacía sentir patético.
Su mera existencia le generaba sentimientos desagradables y a la vez confusos.
Odiaba la felicidad que irradiaba
Odiaba sus pobres intentos de hablar con él.
Odiaba que sus miradas se encontraran de vez en cuando.
Quizás todo sería más fácil si Geno fuera un objeto, de esa forma solo tendría que comprarlo y ya. Sería suyo, de su propiedad y no habría que explicarle nada a nadie.
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Necesitaba recuperar el control de la situación.
Porque, cuando menos se de cuenta, Geno podría escaparse de sus manos y definitivamente no permitiría que ocurriera otra vez.
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