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La tensión entre ellos había subido demasiado rápido y era imposible negarlo cuando, nada más poner un pie dentro de esa casa, Cross no dudó en guiarlo hacia su habitación mientras se besaban y jaloneaban la ropa del otro

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La tensión entre ellos había subido demasiado rápido y era imposible negarlo cuando, nada más poner un pie dentro de esa casa, Cross no dudó en guiarlo hacia su habitación mientras se besaban y jaloneaban la ropa del otro. No prendieron las luces, ni cerraron la puerta, simplemente se dejaron caer en la cama y continuaron inmersos en ese calor que los estaba sofocando.

Una de sus manos se dirigió al pecho ajeno y Cross jadeó por su repentina acción. Sus bocas se alejaron y por fin tomaron un poco aire, le causó gracia ver timidez en el rostro de esa chiquilla, como si recién fuera consciente de su propio actuar. Puso un mechón de su cabello detrás de su oreja antes de volver a besarla, pero esta vez con más calma. No quería asustarla y menos comportarse como un hombre que solo le importa su propio placer. Tenían todo el tiempo del mundo, por lo que no era necesario apresurar las cosas.

Repartió pequeños besos en el cuello impropio y aprovechó la cercanía para oler su perfume. La escuchó suspirar y dedujo que estaba bien continuar, pues sus hombros no se encontraban tensos y su piel se calentaba por sus caricias. Terminó por desabrochar su blusa y metió su mano para acariciar los senos de Cross, luego atacó de nuevo sus labios y la presionó contra el colchón. Ella no lo empujó ni mostró disgusto, por lo que siguió besándola y manoseándola en la privacidad de su habitación.

Por alguna razón, Cross no le provocaba aversión e incluso su cuerpo se mostraba dispuesto a tener sexo con ella, o por lo menos eso suponía por la erección en sus pantalones.

La quería, la deseaba...

¿Y cómo no hacerlo?

Si se la había quitado a Dream.

Después de todo, era gratificante poner las manos en algo que no te pertenece y hacerlo de tu propiedad, aunque solo sea un mero capricho.

Cross le quitó su corbata para después rodear sus brazos en su cuello y besarlo. Aprovechó el cambio de posición para acariciar la espalda desnuda de la mencionada; hace unos segundos le retiró la blusa para tener más contacto. Sus dedos jugaron con los tirantes del brasier antes de desabrocharlo para que deje de ser un estorbo. Una vez tuvo a Cross con el pecho descubierto, toqueteó cada zona que le fuera posible, procurando ser delicado en todo momento. Aspiró el suave aroma que estaba desprendiendo para luego recostarla sobre las desarregladas sábanas. Se puso entre sus piernas y bajó tanto su ropa inferior como la suya.

—Nightmare.

Levantó la mirada al oír su nombre.

—No creo que pueda.

Soltó las rodillas de Cross al sentirlas temblar y procedió a sentarse en el borde de la cama para acomodar su ropa. Lo siguiente que escuchó fueron los sollozos de la pelinegra, quien se tapaba su rostro con sus manos.

—No puedo... —balbuceó y se abrazó a sí misma—. Lo siento, simplemente no puedo.

La mira de reojo y sintió curiosidad al verla llorar de manera tan desconsolada.

—¿Es por Dream? —preguntó.

Sin embargo, no esperaba que la intensidad del llanto aumentara por mencionar a su hermano.

—Oye, no te vayas a ahogar con tus propias lágrimas —dijo y la agarró del brazo para obligarla a que tomara asiento.

—Lo amo, en serio lo amo —admitió y se encogió en su lugar—, es amable y siempre me sonríe, se preocupa por mí.

—Dream es buena persona con todo el mundo, así que no debiste pensar que eras especial —respondió y le colocó una manta para que se cubriera.

—¡Lo sé! Igual quería...

Las palabras se quedaron atoradas en su garganta y muchas lágrimas cayeron de sus ojos azules.

—¿Y yo no te sirvo?

Cross lo observó para luego negar con un suave movimiento de cabeza y bajar su mirada.

—¿Por qué no? Si somos iguales, somos gemelos —aclaró, aunque fuera obvio, y agarró un mechón del cabello ajeno—. Podrías imaginar que te estás acostando con Dream, ¿no te gusta la idea? Incluso si deseas puedes llamarme Dream. Solo hay que apagar la luz y dejar que la magia suceda. —Soltó el mechón y puso su mano sobre la de Cross para continuar hablando—: te trataré bien, serás mi adorada Cross y cumpliré todos tus gustos, ¿qué te parece? 

Se instauró un profundo silencio en la habitación.

—Considera mi propuesta, Dream es un idiota y solo sufrirás si eliges creer que algún día se fijará en ti.

Acarició la mejilla de Cross y se acercó a su oreja para susurrarle:

—Yo soy mejor que él.

Como respuesta, la pelinegra se rió hasta quedarse sin aliento.

—Qué rara forma tienes de animar a la gente —habló, mirándolo con gracia, aunque la tristeza de su rostro nunca desapareció.

Esa noche permitió que su hombro fuera el paño de lágrimas de esa chiquilla, aunque no haya podido conseguir nada de ella. Pero verla tan rota y llena de angustia por un sentimiento tan estúpido como el amor, le provocó cierto revoltijo en su estómago.

Un revoltijo agradable, cabe aclarar.

Quizás le gustaban las personas lamentables, tal como ese chico que conoció años atrás.

Quizás le gustaban las personas lamentables, tal como ese chico que conoció años atrás

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Perdón por tan poco ;_;

⤜El espectador y la víctima⤛ NightGenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora