Mundos Distintos

CAPITULO 9

Dot dio un largo suspiro y su rostro estaba rojo de ira, incluso seguía saliendo vapor de este. Su hermano mayor no se atrevió a seguir caminando a donde iba, sacó su bote de pintura y desapareció. Tampoco  le dió tiempo a entrar, puesto que piso un gato y terminó cayendo junto con la puerta pintada. Ahora estaba de camino al tanque, notó que estaba una camioneta negra grande, en la matrícula no venía números pero si letras, "BUGS"...

Subió con un cohete, brincó y cayendo en la entrada. Abrió la puerta, estaba Bugs, Lucas y Wakko en la sala, con gesto de susto, claramente los asusto por como entró.

- Me alegra que llegarás, vine a ver como estuvo su cambio de imágen, sin duda quedaron maravillosos

- Todo unos jovenes apuestos mis muchachos, obviamente se nota que yo los crié - interrumpió el pato, para después darle un sorbo a su taza.

- Y bueno... ¿Dónde esta Yakko?

- No lo sé, creo que salió hoy al parque, tal vez. Yo vengo dee... Caminar, si. Estaba caminando, presumir mi nueva imágen.

- Esa es mi niña, punto a mi favor - levantó su taza el orgulloso pato

Bugs no del todo convencido solo pudo decirle a Dot a que venía, sacó unas enormes cajas, dentro venía ropa nueva para ellos, Rascahuele le pasó el dato de las nuevas tallas de los chicos, también puso un recordatorio en su mente, hablar con Yakko urgentemente, porque las vacaciones se están acabando.

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Yakko por fin estaba entre tantos libros, se emocionó tanto que en media hora se pudo leer 10 libros...

Yo tampoco se porque pero esta chido, Yakko es chido, lo amo. Sigamos...

Termino el libro que tenía en manos, se dispuso a salir, un rato a estirar las piernas, hoy es su día libre y no iba dejar que nada lo interrumpiera.

Dio un salto por el brincolín de las escaleras, el hada madrina le iba a hacer una pregunta, pero solo hizo el gesto con su mano en circulos, dando a entender que no tardaba. El hada dió una sonrisa y continúo acomodando libros.

Salió de la biblioteca, suspiro, un solo pensamiento estaba faltando en aparecer.

"Cierto, no he visto al muchacho de la vez pasada... ¿Habrá ve...". PUM, azotó el cordero flaco, para su mala suerte, chocó con un árbol, tan fuerte fue el impacto que hasta su cola se hizo acordeón.

- Oh por... ¡¿Estás bien?! - se apresuró a levantar a Yakko, le abrazó de la cintura y como vió que todavía giraba todo a su alrededor, lo cargo y lo llevó a un asiento cerca.

- Al menos no necesite un golpe para ser guapo, de eso estoy conciente - decía mientras acariciaba su nariz, tenía un poco de sangre, ya ensució su guante recién lavado. - No puede ser, bueno, tendrás que pagarme por ese golpe y lo que quiero es.... -.

Volteó algo furioso pero al ver el rostro del culpable, el rojo que tenía en su cara ya no era de enojo, era de vergüenza.

- ¿Quieres dinero... tal vez? - preguntó el joven can mientras intentaba sacar su billetera.

- ..... ¿Con algo de tomar y una charla por el resto de nuestras vidas? Sería un precio justo - decía con un pícaro gesto. Esto provocó que el muchacho se sonrojara, empezó a reír por la pena que estaba sintiendo en ese momento.

- Lamento haber chocado contigo, no era mi intención. "Bueno si, pero no pensé que fuera tan duró el golpe". Te lo recompensaré, soy Max por cierto.

- Y al chico que acabas de arrollar y no matar es Yakko.

Se dieron la mano en modo de saludo, Max sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo acercó a Yakko.

Una vez terminadas las presentaciones y limpiar la sangre. Max por fin se atrevió a invitar a Yakko a tomar algo, el cual acepto gustoso. Sin saber que ese mismo día se haría una nueva amistad y tal vez algo más.

Cuando ambos jóvenes se dieron cuenta pasaron las horas, Yakko ya no regresó a la biblioteca, ahora encontró algo más en lo que pasar su tiempo. Pero los libros no se quedan de lado.

Sin más después de despedirse de su nuevo amigo se fue tarareando todo el camino de regresó a casa, el día siguiente quedaron en volver a verse.

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Buenas noches a todos ✨