Hasta que mis alas desaparezcan

Capítulo 1- El comienzo

Picaban al timbre, supuse que sería Nathan que pasaba a recogerme.

– ¡Eh dormilona! – Dijo con una sonrisa. – Despierta o llegaremos tarde a nuestro primer día.

– Ya voy pesado. – Dije acabando de peinarme.

Hoy es mi primer día de universidad, estudio Publicidad y Relaciones Públicas en Manhattan College. Me hago una cola alta y salgo dirección al coche de Nathan.

– ¿Te has vuelto a dormir Ayleen? – Dijo riéndose – Hoy hay que triunfar, espero conocer a tías sexys.

– Cállate, pareces un salido.

– ¿Sabias? Eres míster alegría por las mañanas.

Nathan era mi mejor amigo desde que tenía conciencia, nuestros padres eran amigos y vecinos hasta que me mudé a la otra parte de la ciudad, ahora él y yo vivíamos prácticamente cerca ya que nos mudamos a causa de la proximidad a la universidad.

Pusimos la música y empezamos a cantar Enjoy de Ride de Krewella. Era mi grupo favorito y le taladraba la cabeza horas y horas con sus CD's.

– No me voy a separar de ti que lo sepas. – Dijo bajando la música – Este año puedes ser diferente.

Este año puedo ser diferente, sí, me había vuelto una antisocial. Era demasiado tímida para acercarme a las arpías de mi curso y entonces me alejé de todos. Tampoco solía destacar mucho y dudo que lo hiciese ahora.

Bajamos del coche y me paré. – Wow – Dije – Tengo miedo, vayámonos a casa.

– Cállate y entra, no seas cría. – Hice unos pocos pucheros hasta que giró la cara y se puso a andar. – Vamos va.

Fui con una pequeña carrerilla hacia él entrando casi a las puertas de la gran universidad. Nos dirigimos al gimnasio y allí nos encontramos a todo el mundo; a las arpías de mi antiguo instituto, los guaperas de turno, y muchísima gente desconocida. Demasiada para mi gusto.

Nos sentamos en las butacas de atrás del todo y esperamos a que el director empezara.

– Silencio en la sala por favor – Habló desde el escenario.

– Hola – Me dijo una chica rubia. – ¿Está ocupado? – Negué con la cabeza. – Gracias, mi nombre es Lía.

– Hola, yo soy Nathan y ella es Ayleen. – Le miré con cara asesina.

– Encantada – Dijo sonriendo. ¿Qué planeas Nathan? Pensé.

Después de dos horas aguantando al director deseándonos un buen año y que fuéramos buenos chicos nos repartieron por grupos nuestros horarios. Entre ello Lía iba hablándome y yo le contestaba ruborizada con monosílabos. Me daba demasiada vergüenza. Nathan le dijo algo al odio y ésta automáticamente se río. Les miré desconcertada y me guiñó un ojo.

Coincidía con ellos en dos clases, con Nathan una más y con Lía casi todas ya que estudiábamos lo mismo.

Patio, después nos tocaba Arte Contemporáneo. Dejé las cosas en la taquilla y me dirigí al aula 89. Al llegar me senté en una de las filas del medio a esperar a que llegase el profesor.

– Hola. – Me dijo con una sonrisa – ¿Me puedo sentar contigo? – Era otra vez esa chica, Lía creo que se llamaba. Asentí y se sentó. – No eres muy habladora, ¿te molesto?

– Nono, para nada. – Intenté esbozar una sonrisa sin levantar la mirada de mi libreta.

La profesora llegó y empezó a explicar la lección. A los diez minutos alguien tocó a la puerta. – ¿Puedo pasar? Perdone, me perdí. – Dijo él con una sonrisa. ''Oh'' dejé exclamar muy bajo. Él era Alleck, el chico más guapo que había visto en mi vida. Iba a mi clase cuando estábamos en el instituto y yo estaba perdidamente enamorada de él desde que le conocí.

Nunca me había hecho caso. No hasta ahora.

– ¿Esta libre este sitio? – No reaccione. – Perdona, ¿está libre? – Sacudí mi cabeza y asentí con una sonrisa. – Gracias.

Y allí estaba yo, derritiéndome a su lado. Era la primera vez que me hablaba y yo ni siquiera pude responderle con palabras.

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Holiiinskkiii de nuevo!

Quizá lleguéis a odiar mis saludos pero bueno. Miil gracias por leer y espero que os guste! Se que es un poquito corto (bastante) pero suficiente hahahaa.

Ya sabéis, respondo a las preguntas que me hagáis.

Animo a dar estrellita y poner comentarios ><

En multimedia esta Nathan :3 Es demasiado para mis ovarios