Capítulo 13 - Infinidad verde.

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Infinidad verde. Campos y más campos a mi alrededor. Mariposas, conejos, pájaros y ahí estaba él. El hombre de mis sueños sin cara. Estaba parado enfrente mío. Mirándome fijamente como si en mi cara estuviese el fruto prohibido. Su mirada reflejaba deseo, pasión y necesidad. No entendía que hacía yo ahí, ni donde era ese lugar, pero la duda más grande era ¿Quién es este hombre? ¿Por qué me suena familiar? Lentamente su mano empezó a moverse haciendo que el espacio que nos separaba se hiciera prácticamente nulo. Intenté retroceder, quería hacerlo, pero mis piernas no se movían, parecían estar clavadas al suelo con cemento.

Intenté gritar, pero tampoco resultó. Su mano se posó en mis labios, me los acariciaba lentamente provocándome escalofríos y cerré los ojos. Movió la mano hacia mi nuca y acercó su boca a la mía. Cerré los ojos deseando ese beso.

- Pedorra despierta - Alguien decía desde la otra línea de teléfono - Te estoy esperando abajo, no tardes.

- Mierda Nathan me he dormido, vete sin mí. - Colgué.

Casi corriendo cogí lo primero que pille que consistía en unas mayas negras, una sudadera gris y mis queridas converse. Me metí en el baño y me vi la cara. Tenía todo el rímel corrido, el pelo hecho una bola enorme y las sabanas marcadas en la cara.

- Vas a tener que hacer maravillas con este pelo. - Me dije a mí misma.

Conseguí deshacerme el moño-bola y empecé a peinarme cuando alguien abrió la puerta.

- Buenos días princesa, he soñado toda la noche contigo - Dijo este entrando por la puerta.

- Por favor Nathan poesía ñoñosa a las 7 de la mañana no gracias, ¿Qué haces aquí? Vas a llegar tarde melón - A continuación, le tiré un cepillo el cual éste cogió al vuelo.

- He venido a darte prisa y a tocar un poco la moral. - Muy amable. Acabe de ponerme un poco decente, guarde las cosas en la mochila y salimos corriendo. A días como este agradezco que venga a buscarme más de media hora antes porque ahora no vamos tarde, mejor dicho, vamos justos de tiempo.

Las primeras horas fueron bastante aburrida, Historia de la Publicidad e Introducción al Marqueting. Son de ese tipo de clases donde te replanteas que medio temario no sirve de mucho pero ahí está. Para molestar más que nada. Al acabar me reuní en la cafetería con mi grupo de engendros del mal. Vale, básicamente Nathan y Lía. Pero al llegar Nathan estaba sentado con alguien más. ¿Qué quién era?

- Buenas señoritas - Dijo Nathan con una sonrisa.

- Hola Lía - Me miró - Hola Ayleen.

Acto seguido cerré los ojos y empecé a andar hacia atrás. No estaba preparada para enfrentarme a él. Todo había pasado demasiado rápido. Cuando estaba a punto de girarme para echarme a correr Lía me cogió del brazo haciéndome sentar a su lado. -Buenas - Dijimos las dos a la vez. - ¿Qué haces tú aquí? - Le soltó una muy borde Lía.

- Venía a hablar de la presentación que nos toca en el Ayuntamiento. Nos dejan una hora cada jueves durante estas dos semanas así que hay que darnos prisa. Las cosas podrían ir así.

Estuvimos hablando durante un buen rato de la presentación. Bueno, lo que se puede llamar hablar. Me pasé gran parte observando el movimiento de sus labios y sus ojos que reflejaban concentración. Lo miraba hasta que él dirigía la mirada hacía mí y yo la apartaba. Por favor, este hombre no debía ser humano. Deslicé la mirada a las mesas que estaban cerca de la nuestra y se podían ver a la mayoría de chicas mirándole y cuchicheando. Me ponía nerviosa.

Claro tonta, le has dejado ir. Ahora apechuga.

Pasó la hora libre que teníamos y se fue. No notaba lo tensa que estaba hasta que solté un suspiro y relajé los hombros.

- He vuelto a tener el mismo sueño que hace unos meses. - Dije y Nathan abrió los ojos y la boca. Lía no pareció acordarse así que proseguí a explicarlo. - Era el mismo hombre sin rostro, es extraño porque yo en el sueño si sabía quién era, pero luego, al intentar recordar es como si alguien le tapara la cara con algo gris haciéndome imposible recordar. Su compañía era placentera, es decir, me gustaba tenerlo cerca, aunque mi pensamiento quería salir de ahí cagando leches. Hacia lo mismo que siempre, primero me tocaba con su mano los labios y luego se acercaba para besarme.

- Pero, ¿llegó a besarte? - Dijo Nathan.

Negué con la cabeza - Siempre que está apunto de besarme me despierto, voy al baño y veo que he llorado. No entiendo porque, no conozco a ese chico. - Me froté la frente con la palma de la mano - Lo malo es que quiero besarle, me levanto con la sensación de vacío dentro de mí y no puedo remediarlo. Necesito saber quién se está metiendo en mis sueños.

El día acabó y me dirigí a mi taquilla a dejar las cosas. No tenía mucha cosa para hacer así que prácticamente podía dejar hasta la mochila.

- ¿Podemos hablar? - Asentí, podía reconocer su voz a kilómetros de distancia. - Esto, no sé cómo empezar. Lo siento, entiendo que salieses corriendo me pasé. Pero es que en ese momento me emocioné y dije todo lo que llevaba pensando durante un tiempo - Abrí los ojos sorprendida y le miré a los suyos directamente ¿Había estado pensando en mí? - La cosa está en que me gustas, y cada vez que te veo cerca de algún chico los celos me comen y solo quiero besarte. No debí presionarte de esa manera, tampoco sé si te gusto de verdad. Esto, pues...

- Si - Dije agachando la cabeza y me miró extrañado. - Sí que me gustas - Dije con un hilo de voz casi inaudible. - Perdona, no debí correr. - Cogí aliento - Pero dudé y pensé que quizá íbamos demasiado rápido. Vale que solo nos habíamos besado un par de veces, pero para mí fue lo mejor. - ¿Qué acabo de decir? - Am, no quiero que salgas corriendo ahora tú con mi clase de diarrea verbal.

- Para nada - Me dijo mientras me tocaba la barbilla y levantaba mi cabeza. - Entonces ¿Empezamos de cero? - Asentí - Hola, encantado mi nombre es Alleck. - Dijo mientras reía.


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Hooooli,

Me gustaría pensar que alguien me echó de menos. (Já, Já). Para mis lectores debo excusarme. Mi inspiración era prácticamente nula así que no escribí más que diarrea. Espero que, pasado un tiempo. Leáis y me deis vuestra opinión.

En multimedia mi rompe ovarios, ósea, Alleck :3 (Diego Barrueco) Esté capítulo se lo dedico a una personita que ha estado leyendo mi historia y nunca le he dedicado nada. ¡Esta es mi forma de darte las gracias!

Ya sabéis que si queréis que os dedique el capítulo comentar mi historia y darme muchos abrazos psicológicos que animan.

Recordad darle estrellita si os gustó y comentar. ¡Quiero saber qué pensáis!

Beeeeesis de fresiiiis <333333


Hasta que mis alas desaparezcanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora