Capítulo 7

1.3K 67 6
                                    

— Entonces ¿Ya puedo abrir tu regalo?

— ¿Porque eres tan desesperada amor? Yo te diré cuando, lo único que si te diré ahora es que no tardarás mucho en poder saberlo. —  Te sonrió. Te había llamado 'amor' y no llevaban ni un día siendo pareja.

— Me dejas mas tranquila.

— ¿Crees que ahora puedas dormir?

— ¿Por qué, escaparás mientras duermo?

— No iré a ningún lugar, porque ahora mi lugar favorito está junto a ti.

Todo lo que había dicho en ese instante tomó un significado especial en tu mente y en tu corazón. Ella sentía lo mismo por ti, a diferencia de que ella demostraba lo que sentía sin remordimientos o vergüenzas. No. Ella era única, una mujer única. La única para ti.

— ¿Te abrazo? — Se acercó mas a ti.

— Me ofende tu pregunta, corazón.

Estaba colocando su brazo alrededor de tu cintura, cuando tu celular sonó y detuviste el movimiento de su brazo. Frunció el ceño y miraba cada movimiento que hacias para alejarte y poder hablar por celular.

— ¿Bueno?

— Hola cariño, me alegro de escuchar tu voz de nuevo.

¡Dylan! ¡Por Dios! —  La emoción brotó en tu voz sin tu consentimiento, viste a Cara recostarse en la cama con fuerza.

¿Podemos vernos en unas horas? Digo, si te parece.

Claro. Te marcaré mañana. ¿Vale?

Vale. Adiós hermosa.

Colgaste. Rogaste al cielo que Cara no hubiera escuchado lo que te había dicho Dylan.

¿Quien era?

— Dylan. La amiga de quien te hablé hace un rato.

— Ajá.

Te acostaste a un lado de ella y la abrazaste por detrás. Ella seguía allí sin responder a lo que hacias.

— Vamos Cara, no te pongas así.

— ¿Así como? — Giró hacia ti. Su sarcasmo y su enojo te estaban hacienfo sentir mal. — Asi como cuando una "amiga" de tu novia le dice cariño, o hermosa. ¿De esa manera?

— Cara, no puedes ponerte de esa manera.

— Como digas. — Iba a darte la espada, pero le tomaste el brazo y la besaste. Sentiste su cuerpo relajarse y las facciones de su rostro se suavizaron otra vez.

— ¿Me crees?

— Te amo.

Te besó la mejilla y la abrazaste.

(...)

Ruth estaba en la cocina, probablemente preparando el desayuno para las tres. Te hiciste la dormida y miraste a Cara hasta que deaperto. Ella volteó a ver hacia atrás y aún con los ojos entrecerrados y una sonrisa amplia te susurró:

— Buenos días hermosa.

— Buenos días. —  Pasaste tu brazo a su cintura bajo la cobija. — Tus ojos son demasiado hermosos como para que aun los tengas cerrados.

Ella solo se sonrojó y tomó tu mano.

— Está listo el desayuno. Rápido. — Separó la última palabra en sílabas y las dijo de manera imponente. La rubia y tu rieron mientras caminaban a la cocina.

— ¿Que tal durmieron? — Cara rompió el silencio.

— Solo no pude hacerlo. — Ruth hizo una mueca, Cara abrió los ojos y tu sentiste un escalofrío.

— ¿Y como por qué? — Te reíste nerviosamente.

— Joder, sigan fingiendo.

— ¡¿Que?! — Cara se atragantó con el desayuno.

— Si, patadas, codazos, tu maldito celular sonando toda la madrugada. Y para acabar, me quitaron toda la cobija.

Cara comenzó a reír descontroladamente de saber que Ruth no había notado nada anoche.

— Que para la otra duermen en la tina. — Tu amiga se rio al fin.

— Vale, pero ya no llores. — Le pasaste el brazo sobre los hombros.

(...)

— ¿Vamos a mi casa? — Hiciste una mueca al pensar que ella quería algo mas. — ¡Ya sé! Quiero que mi abuela y tu se conozcan.

— ¿Crees que pueda ser otro dia?

— ¿Por que no hoy?

Guardaste silencio. Sabías que tu respuesta la haría enojar de nuevo, pero no podias ocultarle nada a tu novia.

— Tengo planes.

— ¿Que clase de planes?

— Cara, ayer quedé de llamar a Dylan, y no puedo fallar en eso.

Volteó a ver a otro lado, y luego regresó la vista hacia ti.

— Enronces llamale y vayamos a otro lugar tu y yo. — Te extendió su celular y lo agitaba de un lado a otro.

— No solo llamarle, quiere que salgamos a alguna parte.

— Bien.

Caminó dejándote atrás, estaba celosa, enojada y derrotada al mismo tiempo. Te habría gustado que lo tomara de otra manera, pero para ser sincera, si una vieja amiga de Cara apareciera de la nada y te robara su atención te habrías puesto igual.

Iban atravesando la avenida frente a la casa de tu ahora novia, la misma que se negó a tomarte la mano al caminar, cuando por instinto volteaste hacia atrás y viste allí a Dylan.

— ¡Joder! Te extrañé tanto. Extrañé tanto besarte. — Tardaste en reaccionar, volteaste a ver si Cara estaba aún allí.

Y no. Cara se había ido.

Deep Eyes |Cara Delevingne|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora