Capítulo 26

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—¿Qué tan cierto es eso de que besaste a la novia de Dylan, Emily?— tu madre apretó los labios, dejándolos descoloridos por unos segundos gracias a la fuerza aplicada.

El corazón de Emily dio un vuelco enorme.

—Tu hija estrella te ha defraudado. ¿Qué sientes por eso?

La mirada herida de tu madre pasaba de chica a chica: decepción para tu hermana, y pena o arrepentimiento para Dylan. Era increíble que tu madre fuera tan ciega en cuanto a Dylan se trataba, como cuando se fue, y tu habías caído en una gran depresión por eso. Tu madre no dejaba de argumentar a favor de ella, intentando convencerte e incluso siendo hiriente.

*
Un par de horas después de haber estado sentada en el pequeño jardín en la casa de Cara, junto con ella, mientras tomaban una copa de vino, le dijiste que era hora de irte. Tenías demasiadas cosas que hacer, y a ese ritmo jamás terminarías. Tu novia ladeó su cabeza, y te miró unos segundos para después ofrecerse a llevarte a tu casa.

—¿No que si querías que te llevara?— preguntó mientras abría la puerta del copiloto para dejar que subieras. Le sonreíste y te acercaste, y cerraste la puerta en un movimiento lento.

—Si amor, pero sabes a la perfección que prefiero caminar.

Cara pensó unos segundos, con los ojos entrecerrados y totalmente confundida.

—Si, claaaro —respondió incrédula— creo que se debe a tu miedo hacia mi obsesión a la velocidad; como la primera vez que te llevé en mi auto. Ibas aferrada al asiento, es más, creo que lo arañaste un poco.

¡Bah! No arañé nada, solamente estás siendo exagerada— dijiste en voz alta, debido a que sus carcajadas opacarían esta si lo decías bajo.


Parecía que jamás iba a terminar de reírse, asi que la miraste cruzada de brazos y con expresión seria. Aunque en verdad estabas por estallar también, y optaste por morder el interior de tu mejilla con fuerza.


—Perdona, amor— dijo secándose las lágrimas que tanto reír le habían provocado.

No hay nada que perdonar— soltaste al fin una risita por ver sus intentos de calmarse, y por su rostro enrojecido.


—Entonces, andando.


Menos mal que el sol se había ocultado, no totalmente porque aún había luz de el, si no, estarías quejándote de lo molesto que es, o el calor que tenías tras caminar un buen tramo bajo este; asi que tuviste oportunidad de hablar de algo más con Cara. O simplemente de meditarlo.

La rubia hacía caras extrañas de vez en cuando que la mirabas, y te hacía reír al instante. No debía esforzarse en querer divertirte, lo lograba con suma facilidad. Por eso más que nada, la amabas.

—Fue genial el día de hoy, bebé —susurró Cara a tu oído, mientras te  abrazaba en el escalón frente a tu casa. Sonreiste por eso y pasaste las manos por su cabello, para después delinear su oreja con tu dedo índice. Cara se tensó ligeramente.

—Demasiado, yo cr...— pausaste a media oración al oír gritos dentro de tu casa. Miraste a Cara, quien te regresó una mirada confundida, y prácticamente corriste hacia adentro. La rubia fue tras de ti, y parecía asustada, por lo que se quedó detrás tuyo.

Al entrar pudiste observar a Dylan, con la cara de satisfacción más grande que podrías encontrar en el mundo, justo detrás de tu madre; quien estaba furiosa y reclamando cientos de cosas a tu hermana mayor, Emily.
Tu madre no notó tu presencia sino hasta que, al llevar su mano derecha a su sien, volteó y obviamente te observó. Tomaste la mano de tu novia, con la adrenalina corriendo a mil por todo tu cuerpo por estar retándola al llevar a Cara a su casa.

Cara optó por tomar la palabra. Le pareció lo más adecuado, la mejor opción para agradarle a tu madre.

—¿Por qué están discutiendo? ¿Qué pasa aquí?

Notaste su voz temblorosa. Tal vez se había arrepentido en cuanto la mirada llena de furia y dolor hizo contacto con sus ojos.

—Lo que pas...

—Dos cosas— interrumpió Dylan—, la primera sería ¿Que demonios haces tu, aquí? Estas sobrepasando la autoridad de su madre— dijo apuntándote— y segunda; por si acaso les importa, Emily besó a mi novia.

Cara hizo una mueca y te miró, descontenta con no haber logrado nada, tu madre tapó sus ojos con pena, y Emily miraba al piso.

—¿Tu novia?

—¡Si, su novia!—gritó tu madre —¡¿Acaso no le prestaste atención?!

Entonces hubo algo que en tu mente no cuadró. ¿Novia? ¿Emily era homosexual? Si Dylan tenía novia, ¿qué hacia intentando conquistarte?

"¿Acaso no puedes ser menos ciega y estúpida en cuanto a Dylan?"

—¿Novia, Dylan?— preguntaste aún sin poder ligar nada a la situación.

La chica tragó en seco al darse cuenta que había metido la pata horriblemente, entonces empezó a despedirse rápidamente de tu madre; pero por supuesto, no ibas a dejar las cosas así.

—Entonces, ¿Qué hacías intentando algo de nuevo conmigo?

Le sonreiste a tu hermana cuando tu madre volteó incrédula hacia Dylan, ella te devolvió la sonrisa, satisfecha.

—¿Dylan?— llamó tu madre incrédulamente, pero ella salió rápido de la casa, no sin antes mirar mal a Cara y a ti decirte:

—Ya ni Cara, que se revolcaba conmigo cuando tu no tenias ganas de hacerlo.

Miraste a Cara, totalmente desilusionada y con un nudo en la garganta.

—¿En serio?

—No, ¿qué? Sabes que no es así amor, ¡no soy capaz de hacerte algo así! ¿o no?

Apretaste los dedos con fuerza, siendo incapaz de mirarla a los ojos.

—Para ser sincera, no tengo la menor idea. Si hace tiempo, antes de iniciar una relación, me hubieras dicho que fuiste novia de quien también fue mi novia, te hubiese tachado de loca, ¡fácil! Asi no hubiéramos entrado en una relación y evitaríamos esto.

—¿Como no sabes? —dijo en un tono apenas ausente de desesperación — sabes como es, ¡esta enfocando su maldita ambición en destruirnos!

¿Destruirnos?

Estabas totalmente indignada.

Tu madre y tu hermana estaban ahí, presenciando la dramática escena entre tu y Cara, pero ninguna se atrevió a meterse. Sabían que estaban de las mil emociones a flor de piel. Pero tampoco hicieron el esfuerzo por alejarse.

—¿Qué esta pasando con nosotras?

—Dylan jamás consiguió ponerme en tu contra. Quisiera que hicieras lo mismo respecto a mi.

—Gracias por decirme eso, ahora, largo de aquí. No quiero verte nunca.

La última frase la había desgarrado por completo. Volteaste donde tu hermana, quien te abrazó y te dijo:

—Dylan quiere arruinarte, y a Cara también. La estas dejando ganar.

La razón pareció haber invadido tu mente, y volteaste con intención de disculparte con tu novia.

Pero era imposible. Se había ido.

Deep Eyes |Cara Delevingne|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora