7.Caída libre

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ELIJAH
Pietrasanta, Versilia
11 de enero

Los Meyer no sabrán que los golpeó, no después de creer que Davina está muerta.
Es la mejor manera de declararles la guerra, la casa en la que vivía Davina temporalmente ahora no es más que pisos manchados de su sangre, cabello y una adorable carta dónde me encargué de detallar su muerte, fuí tan creativo como pude y la finalice con «Sus restos esparcidos por el Mediterráneo».

Me pareció extremista hasta que recordé como Walter Meyer acabó con la vida de mi amada madre. Y esto que hice no es nada ya que Davina continúa con vida y pensándolo bien debería haber tomado a su esposa o a uno de sus hijos para que duela más.

—Elijah —Francis, mi mano derecha entra en la sala. —Me acaban de informar que Walter y Raina Meyer, su hijo mayor y Hela Volkova han llegado a Sicilia hace unas horas y hace una hora se los vió saliendo de la casa de la chica.

—Dame detalles, Francis —ordeno y el castaño se acerca más, tomando asiento frente a mi.

—A Walter no se le vió muy afectado, por otro lado su mujer parecía ida —hace una pausa bebiendo un trago de Whiskey. —La madre salió del lugar con sangre en las manos, llorando, mientras que Alec Meyer la tomaba por el brazo.

Se hace una pausa cuando Davina aparece en la sala y se acerca rápidamente hacia mi, tomándome por el cuello de la camisa, Francis se acerca y se lo impido. —Ya te puedes ir.

—¿¡Que mierda hiciste!? —Cuestiona, alterada.

—No te hagas la sorprendida, desde el principio te dije que haría.

—Mi madre no tenía que verlo, mi tío tampoco.

—Es daño colateral, no sabía que ella estaría, pero eso lo vuelve más real Davina —finalizo y me voltea el rostro con el puñetazo que suelta.

—Daño colateral dices ¿¡Cómo crees que una madre vive la muerte de un hijo!? —me da un empujón.

—¡No lo sé Davina! —la sujeto del brazo acercándola. —¡Le preguntaría a mi madre, pero está muerta gracias a tu familia! —suelto furioso y da unos pasos atrás.

—Déjame llamarla y decirle que estoy viva •se acerca con los ojos llenos de lágrimas.

—No puedo hacer eso y lo sabes.

—Si algo le pasa a mi madre, te consideraré responsable a tí —se limpia las lágrimas histérica antes de salir de la habitación. Me quedo solo y salgo de la propiedad en busca de aire fresco, con mi vaso de Whiskey en mano.

—Elijah —me llama la mujer de unos cuarenta y tantos.

—Ahora no, Alba.

—Escúchame bien maldito desgraciado ¿¡Dónde carajos está mi hija!?

—Cuida como me hablas —advierto.

—¡No responde mis llamadas hace días y eres tan hijo de puta que sé que algo le hiciste! —los ojos de la mujer se humedecen.

—No le hice nada, si conocieras a tu hija sabrías que seguramente está en cama con solo ella sabe quién —su palma impacta en mi mejilla.

Desde muy pequeño mi madre me inculcó lo importante del respeto hacia las mujeres y niños, por lo que jamás dañaría intencionalmente a ninguno. Pero esta mujer es de esas que sacan el peor lado de las personas.

—Hijo de puta, no te voy a permitir... —no la dejo terminar mandándola al piso.

—¡Francis! —llamo con la sangre ardiendo en mis venas.

—Dígame —se acerca.

—Se resbaló, ayúdala y llévatela —ordeno, y bebo de un trago el Whisky restante mientras Francis acata mi orden.

Suspiro, aferrandome a la barandilla de metal —Vaya noche de mierda —susurro.

—Cosechas lo que siembras —la castaña aparece a mi espalda.

—¿Vienes por el segundo round? Cuestiono, apretando la mandíbula.

—No, solo quería avisarte que ya me voy a dormir.

—Nunca avisas —puntualizo y se queda de pie a mi lado viendo la vista.

—Que hermosa vista —dice mientras respira el aire fresco.

—Lo es —hablo volviendo mi vista hacia ella.

—Perdón por golpearte.

—No te disculpes, estuve mal —hablo con la vista fija en el paisaje y siento sus ojos sobre mi.

—Lo estuviste.

—Deberías ir a descansar, ya es tarde.

—Eso iba a hacer —toca mi hombro antes de entrar a la villa. —Que descanses, Elijah.

—Tú igual, bonita.

La veo entrar y minutos después la luz de su habitación se apaga, a la vez que mi móvil comienza a vibrar en mi bolsillo.

—Padre.

—Los Meyer no han dado señales desde que abandonaron la isla.

—¿Y que se supone que haga? Ya hice mi parte —hablo soltando el aire de mis pulmones.

—Hace unas hora Alba me confirmó que la chica sigue con vida. ¿¡Eres un Wright o un Meyer!?

«Ya me encargaré yo de esa perra»

—Para ellos está muerta...

—¡Pero yo sé que sigue con vida, lo que no me deja satisfecho!

—No la voy a asesinar, toma a su esposa y deja a Davina.

—Esa perra te atrapó.

—Hazme caso, Raina Meyer es a quien quieres si lo que buscas es dañar a Walter.

—Es un blanco difícil de tener —habla.

—Eres un Wright, busca la manera —le digo y escucho que suspira al otro lado.

—Mi hijo diciéndome qué hacer, tu madre se estaría riendo de mí en estos momentos.

—¿Sabes algo de Faye?

—Debe de estar pasando de italiano en italiano, de cama en cama.

—La ví ayer discutiendo con Jaden.

—Dile a mi hermano que la encierre en su habitación hasta que conteste las llamadas de la madre.

—¿Escuchaste Jaden? —habla mi padre y escucho la voz de mi hermano atrás. «Me pega un tiro y ahora me quiere como su mandadero»

—Deja el drama Jaden, solo fue un tiro en el hombro —escucho a mi padre reírse y a Jaden murmurar algo.

Selinwinter
2023

Furia (Killers #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora