Slave of Freedom [TMNT]

Part of us

La periodista revisaba en su computadora, le causaba mucha curiosidad el origen del nombre de Sclav por lo que, llegando a su departamento, abrió el ordenador y buscó en el libro de nombres.

Esperaba encontrar algún significado en especial pero, no apareció nada.

Esta vez fue más específica.

"Significado de Sclav".

Sus pupilas se encogieron ante el resultado que arrojó la página.

Lo primero que le apareció fue un traductor.

"Rumano detectado".

Paseó sus ojos claros letra por letra, sintiendo como la sangre se helaba en sus venas.

Fue como un golpe directo en el estómago.

Debía hablar con los chicos...

Miró la hora en el ordenador, pasaban de las cuatro de la mañana.

Maldijo para sus adentros, ya era tarde.

Les avisaría mañana en cuanto pudiera.

No pudo conciliar el sueño en toda la noche.

Aquella niña abarcaba totalmente sus pensamientos.

Pero, al menos ya tenía una pista de sus orígenes.

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-Sclav- llamó Mikey, quien se dirigía a la cocina, la joven lo miró, acababa de despertar -Buenos días- sonrió.

Ese era el tercer día con ellos, ya no se mostraba tan aislada como al inicio.

El segundo en salir de su habitación fue Leonardo.

Este la miró tranquilo.

-Buenos días- se dirigió a la cocina.

Los miró con algo de curiosidad, se levantó de su lugar y se acercó a la cocina con pasos cortos, ya estaba acostumbrada a sentir el frío en sus pies.

Asomó su cabeza en la puerta de la cocina, observando a las dos tortugas.

Leo estaba sentado y Mikey estaba frente a la estufa, cocinando.

A pesar del miedo que les tenía, le causaban una gran curiosidad, no sólo su físico, sino también su forma de ser con ella.

Se mantenían presentes pero de una manera tan distante que la hacían sentir lo suficientemente cómoda.

-Buenos días- dio un respingo, se dio la vuelta encontrándose con Donnie, acompañado de Raphael.

Tan solo asintió con la cabeza, quedándose inmóvil junto a la pared.

Ambos pasaron, sentándose junto a Leonardo en la mesa.

Ella se quedó en su lugar, al menos hasta que los ojos color cielo de Mikey se posaron sobre ella.

-Ven, guapa- palmeó una silla algo alejada de ellos -Ven, ninguno muerde- bromeó haciendo que Leo negara con la cabeza y Raph rodara los ojos.

Su corazón se llenó de calidez al ver como se acercaba con la cabeza agachada y la mirada en sus pies.

-Será mejor que levantes la cara, te lastimarás si no ves por donde vas- advirtió Leo en tono suave aunque la chica no le hizo caso.