IV | Te ves terrible.

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—Hola, Cissy.

Narcisa levantó la vista del libro que leía para enfocarla en la recién llegada. A su lado, Dorcas se incorporó del suelo para hacer lo mismo.

La castaña traía ramitas en el pelo, y se le miraba somnolienta.

—Hola para tí también, Dorcas —saludó Aurore, sentándose en medio de las chicas con una sonrisa.

Le quitó algunas ramitas del cabello, pero la castaña volvió a recostarse bajo la sombra del árbol tras un escueto saludo.

—Un gusto verte de nuevo, Aurora —dijo Narcisa con una sonrisa—. Hacía algunos días que no te veía.

—He estado algo ocupada y casi no salgo de la biblioteca —respondió ella—. ¿Cómo han estado ustedes? ¿Dorcas se ha vuelto a escapar de madrugada?

La rubia soltó una risa suave, asintiendo.

Aurore dirigió una mirada rápida a la castaña, que dormía plácidamente recostada en el suelo. Muy seguramente no habría dormido absolutamente nada por salir con algún chico, cosa que a ninguna de ellas les extrañaba.

Aurore se quedó un rato más hablando con Narcisa mientras Dorcas dormía. No era un secreto para nadie que las hermanas Black eran de sus personas favoritas, en especial Cissy.

—¡Mira, allí viene Lucius!

Aurore desvió la mirada hacia donde señalaba la mayor, donde efectivamente se acercaban Lucius Malfoy, Devon Rosier, Claire Zabini y Regulus Black.

Por la enorme sonrisa de Lucius y la mueca malévola de Devon, ella supuso que los de la idea de acercase fueron ellos.

—Claire —saludó Aurore con una sonrisa—. Cada día más linda.

Zabini sonrió y le guiñó un ojo a la chica, haciéndola reír.

—Debo decir lo mismo, Aurora. Te ves radiante el día de hoy —le respondió la morena.

—No empiecen a coquetear, por favor —pidió Devon de inmediato, haciendo una mueca.

—Nos seas envidioso, Dev. Ya quisieras tú poder coquetear con Aurora.

—O con Claire.

Ambas chicas se sonrieron con complicidad.

—¿A mí no piensas saludarme, desagradecida? —preguntó Rosier a Aurore.

Mientras tanto, Lucius tomaba a Narcisa de la mano para levantarla. La chica detalló como se alejaban un poco de ellos antes de responderle a Devon.

—No, Regulus es más importante —molestó ella—. Hola, Black.

Finalmente Regulus enfocó su atención en ella y arrugó el entrecejo al escucharla llamarlo Black.

Devon no lo dejó responder. Empezó a quejarse, lo que provocó que Dorcas se despertara y empezara a regañarlo, en tanto Claire se reía abiertamente de ellos y le susurraba a la chica que lo golpeara.

Aurore miraba todo con diversión, pero mientras Devon regañaba a Claire por alentar a Dorcas, ella desvió su mirada hacia Regulus, que seguía parado en su sitio sin saber qué hacer.

—Siéntate —le pidió Aurore, por sobre los gritos.

Señaló el hueco que dejó Dorcas al levantarse para tratar de pegarle a Rosier, mientras Claire los seguía por el campo. Lucius y Narcisa habían desaparecido ya.

Regulus dudó, pero finalmente se sentó junto a ella.

Ya con el barullo de los gritos más a lo lejos, Aurore pudo notar que las ojeras del chico seguían presentes, igual que la palidez y un evidente cansancio.

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