Una melodía suave inundaba la habitación de las chicas Ravenclaw de quinto año de la voz de una de ellas. No era un idioma que muchos reconocieran, y estaba hecho solo para ser cantado en notas extremadamente agudas, pero no cualquiera podría lograrlo con la misma eficacia con que aquella muchacha lo hacía.
Aurore, por única vez, agradeció a su madre aquellas clases de canto a la que le había obligado a asistir hasta sus trece años, pues ahora tenía la posibilidad de recitar aquella canción en las notas ideales con facilidad.
Recordó que texto en el libro que señalaba que aquellas notas y palabras simulaban el canto de un híbrido entre ángel y sirena, o al menos eso habían querido hacer creer para excusar el efecto de aquella especial canción.
Se levantó de su cama, observando los rostros inexpresivos y las miradas perdidas de sus cuatro compañeras de curso, entre las que se encontraban Alaska y Evadne. Se dirigió a la primera, sin dejar de cantar, y puso un dedo apenas sobre la mitad de las cejas de la chica, y sus pupilas se agradaron tanto que la totalidad de sus iris se volvió negra y la oscuridad se esparció como una mancha por el resto de la parte blanca, dándole un aspecto escalofriante.
Por la nariz de Aurore bajó una fina línea de sangre mientras continuaba haciendo su labor. Una vez finalizado, alejó su dedo de la frente de Alaska, cuyos ojos volvieron a su natural tono café.
Se volvió a hacia su cama y tomó un libro con suma tranquilidad, alejándose de la sala común donde a mitad de las escaleras dió por finalizada la canción y abrió el libro, ojeando las olas mientra volvía a escuchar el revuelo de arriba.
En la sala común se encontró a Pandora, quien le sonrió y le señaló un sofá vacío frente a ella, invitándola a sentarse. Aurore aceptó la silenciosa propuesta, pasando una mano por su garganta y masajeándola con suavidad.
—¿Cómo estás, Aurora? —preguntó Dora con una sonrisa calmada, mirándola con ojos soñadores que le hicieron soltar una risa.
—Eso debería preguntartelo yo a tí —dijo, sonriéndole de forma coqueta—. Te ves más feliz de lo usual, y de tu cara están a punto de brotar corazones.
Pandora soltó un suspiro.
—Oh, es que he empezado a salir con alguien.
La sonrisa de Aurore vaciló un segundo, mientras que por su cabeza cruzaba la fugaz imagen de Regulus siempre junto a Pandora. Sin embargo, aquello no hizo que flaqueara cuando se acomodó mejor, dispuesta a escuchar el buen chisme aunque tuviera que escupir luego su corazón.
—¿Con quién? —preguntó, interesada.
Pandora volvió a soltar otro suspiro soñador, y miró el libro en sus manos con una sonrisa embobada.
—Bueno, su nombre... es Xenophilius —confesó con las mejillas coloradas—. También va a Ravenclaw, es de mi curso.
—Oh —Aurore procuró disimular su alivio—. Bueno... felicidades, ambos hacen una linda pareja, Dora, seguro les irá bien.
—Sí, eso espero —volvió a suspirar antes de levantar la mirada hacia la otra chica, alzando una ceja—. ¿Qué hay de tí y Regulus? ¿Has notado que empieza a interesarse en tí?
Si Aurore hubiera estado tomando algo, estaba segura de que lo habría escupido. Aunque no tenía la suficiente fuerza como para no ahogarse con su saliva. Pandora la miró con una mezcla de diversión y preocupación, y la dejó recuperarse antes de presionar un poco.
—¿Entonces?
—No sé sé de qué hablas, Pandora.
La rubia la miró con una ceja en alto, y Aurore suspiró, a sabiendas de que ella era demasiado perspicaz como para no darse cuenta de cada mínimo detalle. Quizá por eso se enteraba de los chismes del colegio con gran rapidez.
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𝓡.𝓐.𝓑. ♡ 𝒜. .𝒟'𝒱. ⤑ 𝓡𝓮𝓰𝓾𝓵𝓾𝓼 𝓑𝓵𝓪𝓬𝓴
Fanfiction❝ Todos siempre tienen un punto de quiebre❞ Regulus Black y Aurore Di' Vouvant son dos personas de caracteres diferentes, quienes aún con sus ideales contrarios son capaces de establecer una extraña amistad que con el tiempo empieza a ir más allá, p...