𝓡.𝓐.𝓑. ♡ 𝒜. .𝒟'𝒱. ⤑ 𝓡𝓮𝓰𝓾𝓵𝓾𝓼 𝓑𝓵𝓪𝓬𝓴

XIII | Conflictos.

—Últimamente he estado viendo que recibes bastantes paquetes grandes.

Aurore alzó la vista de su libro y dejó de lado la pluma con que redactaba su tarea de Encantamientos para mirar a Regulus, que se sentó frente a ella con un par de libros en mano.

—¿Y? —preguntó.

—¿Qué tanto te envían? —inquirió, apoyando un codo sobre la mesa.

Ella bufó.

—¿Qué te importa, Black?

El chico alzó las cejas, divertido. Alzó las manos hasta llevarlas a los costados de su cabeza antes de sonreír en un gesto pacífico.

—Yo solo preguntaba, no hay por qué ser agresivos, Aurore —su sonrisa se hizo más amplia—. Tu actitud solo me dice que debe ser algo peligroso.

Ella puso los ojos en blanco, evitando responder aquello. En su lugar, detalló mejor el pálido rostro de Regulus, que iba adornado con ojeras violáceas debajo de los ojos y se le notaba un poco más pálido de lo usual. El cabello lo llevaba medio desarreglado, pero aquello no le quitaba atractivo.

Regulus derrochaba elegancia, aún cuando su aspecto estuviera medio desaliñado, seguía viéndose bien, y eso era algo que ni Aurore ni nadie más podría negar.

—¿Ya has terminado de admirarme? —preguntó él, sonriendo con picardía.

—No, quédate quieto. Aún no decido qué parte me gusta menos de tí.

Esta vez fué el turno de Regulus de poner los ojos en blanco.

El silencio reinó entre ambos, como ya era costumbre, en lo que las plumas rasgando el pergamino era lo único que se escuchó por un largo rato. La materia favorita de Aurore era, sin duda alguna, Encantamientos, pero las tareas teóricas que dejaba su profesor eran tan pesadas que a veces se reconsideraba mucho su gusto.

—Bien, los TIMOS se acercan —dijo ella al cabo de un rato—. ¿Qué materias quieres cursar para los Éxtasis?

Regulus se encogió de hombros.

—Pociones, Encantamientos, Aritmancia, Transformaciones y DCAO —respondió con simpleza—. ¿Y tú?

—Todas esas, pero Astronomía y Runas también —dijo con emoción.

El chico alzó una ceja en su dirección.

—¿Astronomía y Runas? —preguntó, incrédulo.

Ella asintió.

—Sí, ¿Algún problema?

—Ninguno —negó—. Pero, ¿Por qué?

Aurore entrecerró los ojos, mirándolo con perspicacia para ver si era oportuno decirle sin recibir una burla de su parte.

—Porque quiero y puedo, Black.

El chico volvió a girar los ojos, por tercera vez ya.

—¿Qué le ha sucedido a la amable Aurore Meissa? —preguntó, burlesco.

—Que ni se te ocurra volver a decir mi segundo nombre, Regulus Arcturus —amenazó.

—Pasaré por alto el que hayas dicho mi segundo nombre, el cuál no sabías y me extraña que ahora sepas, si me respondes —decía con ligereza.

Aurore se encogió de hombros, echando una rápida mirada a su redacción antes de tener que responder.

—Suelo ser más amable cuando apenas conozco a la gente —confesó—. Cuando agarro confianza soy muy diferente.