MINERVA
En ese preciso instante, siento como mi mente se expande, todos mis sentidos se agudizan. Soy capaz de ver mucho mejor, llegando a ver cosas que hasta ahora por la distancia estaban fuera de mi alcance, puedo distinguir nítidamente los aromas que hasta ahora eran olores sutiles y también noto como mi oído mejora de tal manera que tengo la sensación de poder escuchar lo que piensan los demás.
"Por fin juntas, llevo mucho tiempo esperándote"
"¿Esa voz? ¿Quién...?"
"Oh sí, perdona, soy Kena, tu loba. Tenía muchas ganas de conocerte"
"Yo también soy muy feliz de poder tenerte por fin.
Bien, ¿preparada?, nuestros poderes nos esperan,
terminemos de sellar nuestra unión, tengo ganas
de saber cuál es el alcance de nuestro don"
"Y no te olvides de nuestro olor"
Dicho esto, sonrió y quito mis manos de la piedra lunar. A un lado del alfa, hay una paloma, con una de sus alas rotas.
Bien, allí voy, es mi turno de sanar a esta pequeña. Extiendo una de mis manos sobre su ala rota, tal y como me han enseñado mis padres en casa, y los profesores en el instituto, pronuncio dos palabras en latín.
— "Sana alae" — Desde luego no sucede lo que yo esperaba, el ala de la paloma sigue igual.
"¿Estás segura de que esos son tus poderes?"
"Sí, segurísima. Quizá debería ponerla sobre la mesa..."
En ese mismo instante veo como la paloma empieza a elevarse del suelo como si estuviera levitando. Escucho los murmullos de todos los que están aquí presentes, pero yo no dejo de mirar al animal, haciendo contacto directo con uno de sus ojos.
"Me duele, por favor, haz que pare esto"
"Kena ¿Qué te sucede?"
"No soy yo la que habla, ¡Es la paloma!"
Bajo mi mano, y acto seguido, la paloma cae de nuevo al suelo. En ese momento, hay algo que crece en mi pecho y se expande poco a poco. Un olor fresco como a un día de primavera, con el rocío de la mañana y la hierba recién cortada llega hasta mis fosas nasales.
"Lo has logrado, has sellado nuestra unión.
Fresco y puro, me encanta este olor
a primavera. Una especial mezcla a flores y hierba
húmeda, tan especial como nosotras"
Noto la excitación y la euforia de mi loba, pero yo me encuentro totalmente desconcertada, no entiendo nada de lo que ha pasado, se supone que debería haber sanado a esa paloma y, en cambio, he hecho que se mueva de lugar.
Levanto la cabeza para ver la cara de asombro con la que se ha quedado el gran alfa.
— Entonces, es cierto lo que sospechábamos.
No entiendo nada, ¿lo que sospechaban?
Veo que mis padres se acercan con una mezcla en su cara entre ¿Miedo? ¿Orgullo? ¿Tristeza? Sigo sin entender nada.
— Mamá, ¿Qué me pasa? ¿Por qué no la he curado? ¿Por qué he levantado esa paloma en el aire?
Ahora la asustada empiezo a ser yo.
"¿Mamá? ¿Por qué la llamas así?"
"¿Acaso no la reconoces? Ella es nuestra madre"
Veo que mi madre tuerce un poco su cabeza, siendo conocedora de la conversación privada que estoy teniendo en estos momentos con mi loba.
"Minerva, ella no es nuestra madre"
"Claro que lo es. Ellos son nuestros padres,
Alice y Dylan, miembros de la manada Bloodpact"
"No sé qué te habrán contado, pero no lo son,
y tampoco somos Bloodpact, pertenecemos a
los Moon Howlers"
No sé qué decir, ni que hacer, en este preciso instante, mi cabeza es un hervidero. No entiendo nada de lo que está pasando, al final va a ser verdad que soy un bicho raro.
¿Por qué me iban a mentir mis padres? ¿Y por qué me iba a mentir Kena? Esto está empezando a superarme, si antes estaba nerviosa, ahora más.
— Cariño, escúchame, tienes que tranquilizarte.
Miro a mi madre con cara de "si claro, ¿algo más?
— Sé que es complicado, pero tu loba tiene razón.
— ¿Habéis oído nuestra conversación?
Cada vez alucino más.
— No, claro que no. Es solo que Kena le ha contado a Lea, mi loba, lo que acabas de saber — doy un paso para atrás — Queríamos habértelo contado antes, pero nos daba miedo que quisieras separarte de nosotros.
No puedo más, empiezo a hiperventilar, mi corazón va a mil por hora, no quiero estar aquí, necesito correr y liberar toda esta angustia que se está apoderando de mí.
Doy media vuelta y empiezo a correr buscando la salida más cercana. No hago caso de las voces que me llaman, solo muevo mis piernas lo más rápido que puedo.
Me guio por el instinto de mi loba, ya que mis ojos están llenos de lágrimas que no me dejan ver.
Corro por los pasillos de instituto, hasta que de repente me choco contra alguien, haciéndome caer de culo.
— ¿Pero qué...?
Oigo quejarse una voz masculina que me resulta conocida.
— ¡Mierda Keinar! Lo siento ha sido sin... — Me coge de la mano y me levanta del suelo, pegándome contra su pecho — ¿Qué estás haciendo? — digo molesta intentando separarme de él.
Pero me lo impide, pasa una de sus manos por detrás de mi cintura. Noto la excitación de mi loba, como se tumba panza arriba y ronronea. Curiosamente, me siento muy a gusto y feliz con ese acto.
¿Por qué? No me agrada, nunca he tenido buena relación con él, pero algo dentro de mí me pide, me exige estar junto a él.
Keinar acerca su cara para olfatear mi cuello, justo debajo de mi oreja, y aspira fuertemente mi aroma soltando un gruñido que hace que todo dentro de mí tiemble de deseo.
Junta su frente con la mía y cuando por fin abre sus ojos puedo ver que él también arde por dentro.
— MÍA — dice con un sexy gruñido — mi mate, nuestra luna. Solo mía — me encanta escuchar eso.
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DESTINY
WerewolfMinerva ha crecido con la idea de ser una gran sanadora, pero la diosa Luna tiene otros planes para ella. El destino de las cuatro facciones está en sus manos, por suerte no va a estar sola. Su alma gemela, su mate Keinar, será capaz de seguirla al...