II

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 MINERVA

Debo admitir que este año ha sido uno de los peores para mí. Como en cualquier instituto, en este centro también existen las diferencias, los abusones, las chicas que se creen unas diosas y los chicos que, entre todos juntos, no tienen más de dos neuronas en plenas facultades.

Para mi desgracia, yo he sido blanco de muchas de esas personas. Por algún motivo, a Keinar le fascina molestarme continuamente. Es el típico chico sexy del instituto que todas las chicas desean tener, alto, piel morena, musculoso, fuerte y muy a mi pesar, muy inteligente.

Se lleva bien con la mayoría de la gente, aunque en muchos casos, me pregunto si la gente lo tolera porque les cae bien, o simplemente porque es nuestro futuro alfa.

Pero a mí eso me da igual, siempre he creído que es una persona arrogante y prepotente, por eso mismo no me agrada, y parece que eso a él le molesta, y si el "Rey" está molesto, ni hablar de la "Reina".

La queridísima Darla, rubia, de patas largas, con un cuerpo de infarto y el mismo pelo que Rapunzel... La odio, es mala, muy mala. Es ese tipo de persona capaz de pasar por encima de cualquiera, para conseguir lo que a ella se le antoje, sin importar a quién se lleve por delante. Cada vez que Keinar me ha prestado algo de su "atención", después he tenido que soportar la ira de la bicha mala autoproclamada como su novia.

Solo espero, que a partir de mañana, me deje vivir en paz, una vez que se realice mi transformación, estaré en el ala de los sanadores, que para mi gran suerte, está al lado contrario de donde pertenecen estas dos personas.

El día pasa rápido, se nos hace tarde terminando todos los preparativos, somos varios los que cumplimos años el mismo día y por ello es un poco más tedioso organizar todo. Decidimos que lo mejor es irnos a dormir, y aunque no sea algo que me haga gracia, esta vez debo ceder y aceptar la hospitalidad del futuro alfa Red Moon, el cual nos guía al campamento que hay cerca, ya que el día antes a la celebración, debemos dormir todos juntos, como en hermandad, afianzando nuestro lema de LA UNIÓN HACE LA FUERZA.

— ¡Ay lobita! Incluso cuando te ofrezco mi ayuda sigues siendo tan hostil... No te va a hacer daño mostrar un poco de amabilidad.

Odio profundamente que me llame así, quizá con el resto de chicas que van tras él babeando, pueda funcionar, pero yo lo detesto.

— Querido Keinar, siento ser una ingrata, pero ya que dispones de un cerebro del tamaño de un garbanzo, creo que es lo más apropiado, no vaya a ser que te confundas y creas que voy a ser tu próxima víctima.

Touche. No le ha gustado nada que le diga lo que pienso, su cara de pasa arrugada habla por sí sola.

— No, por la Luna, no te imaginas las ganas que tengo de encontrar por fin a mi mate.

Lo dice tan serio, mirándome fijamente a los ojos, que casi consigue que me lo crea.

— ¿Y que dejes de disfrutar de todo aquello que las chicas cuentan de ti?

Frunce su ceño al escucharme. Veo como rueda los ojos y el gesto arrugado de sus labios me dice que no le está gustando por donde va la conversación.

— Te creía bastante más inteligente como para que te aferres a algo de lo que nos gusta disfrutar a la mayoría de los jóvenes, pero veo que, una vez más, me equivoco contigo.

Así, sin más, se acuesta en una de las camas, dándonos la espalda a los que estamos allí con él. Le oigo resoplar en varias ocasiones ¿Tanto le molesta lo que yo pueda pensar de él?

Que se joda, por muy alfa que sea, lleva todo este tiempo tolerando todas las tonterías de sus amigos hacia mí, si espera que vaya a ser su gran amiga... Que siga esperando.

Me tumbo en una de las camas y por fin permito a mi cuerpo y mi cabeza que descansen, me siento bastante agotada, pero con mucha ilusión de que llegue mañana y por fin descubra mis poderes.

...

— Minerva, despierta, ya es la hora.

Veo que haber dormido, no ha remitido el enfado de anoche de Keinar. Necesita una mate que controle su humor y su testosterona.

Son las siete de la mañana, nos ponemos en marcha, ya que en tres horas dará comienzo nuestro ritual de conversión a adulto y debemos llegar antes que el gran alfa Daemon, líder de las tres manadas, y padre de Keinar. Por alguna extraña razón, hoy será él quien se encargue de oficiar esta ceremonia.

Cada vez hay más gente en el patio del instituto, hay muchas más personas de las que me hubiera imaginado, no sé cuál es el motivo para que esta celebración se haya convertido en algo tan importante como para disfrutar de la presencia de los alfas, y sus correspondientes parejas, de cada manada, más todos nuestros familiares, pero es algo que me está empezando a poner muy nerviosa, y ver a lo lejos la cara de preocupación de mi madre, no me ayuda mucho.

Por algún motivo me viene a la cabeza aquel día, estando en la hora del descanso, cuando Darla y su grupo de amigos decidieron que sería divertido ridiculizarme delante del resto de compañeros.

Con todas las cosas listas, la gente preparada y nosotros nerviosos perdidos, no queda más que dar comienzo a este gran día.

Por fin voy a conocer a mi loba, estoy deseando dar rienda suelta a mi lado animal.



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