Capítulo 18

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Familia Denkō
Potencial desatado

Yururó miró con curiosidad como en frente de su trono las plumas rojas y blancas le daban forma a dos personas que el esperaba con ansias. Rokuro aterrizó con gracia y una mirada neutral, en cambio, Yukie trastabilló y cayó de cara al suelo, para diversión del viejo Rey.
—Me alegra que no hayan tardado en responder a la propuesta singular que les dí— comentó con una sonrisa en el rostro.

—¿Qué fue eso Denkō?… se sintió muy raro— preguntó ella sumamente mareada y tratando de levantarse.

—Nosotros los Denkō aprendemos esa técnica desde que aprendemos a caminar, canalizas energía a tu entorno, piensas en un lugar y piensas de ir a ese lugar, se llama Cambio de sombras— explicó el Rey con tranquilidad mientras hacía aparecer un bastón para caminar y les hacía una seña de que le siguieran —Ustedes dos entrenarán hasta desfallecer, quiero que se vuelvan tanto o más fuerte que incluso Yuchijiro de ser posible— afirmó con sencillez mientras guiaba a Yukie por los pasillos del castillo, Rokuro iba a su ritmo, observando los adornos con indiferencia…
Llegaron al patio de entrenamiento del castillo. Constaba de una arena de combate circular en el centro, a los costados habían pesas y barras, espadas de madera, lanzas de práctica y demás —Hoy será su primera práctica, les daré una serie de armas para que luchen contra mí y la que sientan más cómoda serán las que mandaré a hacerles— informó con tranquilidad, sacando un pergamino de runas y haciendo aparecer una amplia selección de armas de todo tipo.

Yukie rápidamente recogió una alabarda, la balanceó, dió unos estoques y finalmente la giró sobre su muñeca —Es… cómoda de usar— comentó ella con tranquilidad mirando a Yururó quien le asintió.
Rokuro miró detenidamente la guadaña, el arma era en cuestión de altura superior a el, pero sintió que podía usarla tan libremente como se le diera la gana… fue instintivo el sujetar su mango con un agarré zurdo, sujetándola cerca de donde inicia el filo. Su mano derecha fue rápidamente al otro extremo del arma a la vez que sus pies se preparaban para girar todo su cuerpo. Fueron solo segundos, instintivamente envío una cantidad absurda de energía elemental de fuego y lanzó un poderoso corte giratorio que liberó una onda de fuego entre azul y naranja. La hoja del arma se había sobrecalentado ligeramente y tanto ella como el viejo Rey se miraron sorprendidos —¿Denkō?— su voz estaba llena de impresión y hasta incluso una ligera pizca de miedo.

—Tranquila, Kurokaze, ten en cuenta que el no es Zankuro, no tiene ese tipo de oscuridad— le dijo Yururó mientras le revolvía el pelo —Pero no te voy a mentir, trata de ser siempre su aliada, no querrás estar del lado del filo de sus armas— aconsejó…

Ambos se miraron, abuelo y nieto. Rokuro sujetó su guadaña con ambas manos y miró fijamente a su abuelo, quién sostenía un tridente con total tranquilidad.
Respiró profundamente y canalizó energía a sus piernas, sintió el tirón en sus músculos y fue la señal para lanzarse. Yururó esquivó vagamente el corte diagonal que Rokuro lanzó a una velocidad sublime a su gusto. Lanzó con pereza una patada frontal que Rokuro desvío en un movimiento complicado con el mango de su arma y como pudo lanzó un barrido a las piernas de su abuelo el cual nuevamente dando el máximo mínimo esfuerzo posible lo esquivó y retrocedió.

Rokuro mantuvo la respiración unos segundos y la temperatura comenzó a ascender —(Veamos qué hacés con ésto)— pensó Rokuro mientras soltaba una enorme bocanada de fuego que impresionó a su abuelo.

Gran marea— resonó la voz suave y ronca de Yururó… de la nada se alzó un enorme muro de agua que aplacó al enorme torrente de fuego —Usar Aliento de dragón de manera abrupta es una táctica inteligente, pero se usa a quemarropa— dijo desapareciendo y apareciendo a espaldas de su nieto quien estaba ya ligeramente fatigado por el inconmensurable gasto que le implicó la técnica anterior —Y desperdiciaste demasiada energía— añadió y preparó la punta roma de su tridente para noquear al pelirrojo. Movió suavemente su cabeza y lanzó un barrido a los pies de Yururó quien ahora sí tuvo que reaccionar rápidamente y retroceder.

No creas que aún terminé— su voz lentamente iba alcanzando un volumen más alto y el filo de su guadaña comenzaba a enrojecer —Puedo seguir— sus pupilas se contrajeron —Y seguir— de rojo a naranja brillante, el filo de la guadaña ahora goteaba metal fundido —Y…— rayos negros lo interrumpieron, todo su cuerpo sufrió una sobrecarga de su propia energía, dejándolo fuera de combate.

—¡Denkō!— ella corrió preocupada a ver el bien estar de su amigo —¿qué le sucedió?— preguntó consternada al no saber como ayudar.

Yururó suspiró —Esos relámpagos negros, son muestra de que su naturaleza de Demonio está luchando contra su naturaleza Kidding… lo estimule demasiado y muy de golpe me parece— reflexionó acariciando su barba densa y tupida —Solo sé que a partir de ahora, tiene su potencial desatado… no del todo, pero si más suelto— afirmó mientras se acercaba y levantaba a Rokuro…

Crimson Death: El Niño EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora