Capítulo 20

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Yukie Kurokaze
Misión en desventaja

Rokuro miró a su abuelo con ojos tan filosos como sus garras envueltas en elemento viento. El viejo había mandado a Yukie a una misión de avanzada en la frontera con la nación del Fuego —¿hay alguna objeción, mí estimado nieto?— inquirió burlón. Lo precisaba colérico para la misión que iba a realizar el.

—Ella está en serio peligro, es una misión solitaria en plena desventaja para ella— su tono de voz se alzó más allá de su habitual suavidad. Su melena escarlata se encrespó y sus rasgos bestiales sufrieron un notable incremento —Una semana entrenando bajo tu régimen… ¿¡Y creés que ella puede hacer eso sola!?— espetó totalmente enojado.

¡Bingo! Ahí estaba lo que buscaba, la presencia demoníaca de Rokuro se alzó ante el y solo debía chasquear los dedos para sacar del juego a una nación enemiga —Si tanto quieres ayudarla, entonces ve y elimina la capital de la nación del fuego— dijo con algo de burla provocando aún más la ira de Rokuro el cual comenzó a liberar su sed de sangre a la vez que los relámpagos negros surgían. La esencia demoníaca se hizo sumamente fuerte y fue cuando los rasgos bestiales aparecieron en su nieto que dió por sentado un estado totalmente estable —Cambio de sombras— dijo e hizo desaparecer a su nieto, enviándolo a la capital de la nación del fuego…

Ella se movió a gran velocidad a través del pequeño pelotón enemigo que le fue a dar caza. Su alabarda manchada de sangre congelada demostraba un bombeo constante de su energía elemental.
Las cabezas volaron con un giro de su arma. Pisó fuerte y levantó un grueso domo de hielo que la cubrió de una enorme bola de fuego —Mierda, a éste paso tendré que usarlo— masculló molesta mientras miraba el selló rúnico en su mano. Una idea pasó por su cabeza, intentar usar el "Campo de escarcha" de una manera inusual. Posó su mano en el domo y envío una cantidad considerable de energía al hielo —Dragón Celestial: retumbar— nombró a su técnica recién ideada. Hizo que el domo resonara con su energía divina y liberasé un potente pulso de elemento hielo con el fin de congelar a todos a su alrededor.
Deshizo el muro de hielo, recuperando parte de la energía gastada y miró el campo de batalla lleno de cuerpos congelados y en algunos casos descuartizados.
Suspiró y se sentó, activó una runa dibujada en su brazo la cual le permitía absorber energía del ambiente, dichosa energía "natural" y comenzó el tedioso pero corto proceso de convertirla en su propia energía.
Era una misión en desventaja incluso con las mejoras que le daban las runas, algo que sin duda hacia más fácil todo.
Solo debía distraer al poderío militar de la nación mientras un equipo de destrucción masiva aniquilaba la capital de la nación del Fuego y para provocar una rendición o en su defecto, dejarlos sin cabeza por un tiempo… solo esperaba que Rokuro no tuviera mucho que ver en el asunto.

Crimson Death: El Niño EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora