CAPITULO 7 SIN RETORNO

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Sintió que el suelo perdía estabilidad, todo su mundo desmoronándose

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Sintió que el suelo perdía estabilidad, todo su mundo desmoronándose. No podía respirar. Sus palabras haciendo ecos en su cabeza.

"El centro comercial se había desplomado con ella y todas las personas dentro..." "Un policía apareció en mi oficina informándome de que había muerto..."

Sintió nauseas, mareos y finalmente, se desmayó.

Parpadeó abriendo los ojos y se encontró mirando al cielorraso blanco. Una mano cálida apretó suavemente la suya al costado de su pierna.-Cariño, ¿Cómo te sientes?-

Bajó la mirada encontrando el rostro preocupado de Tresillian inclinado hacia delante. Estaba sentado en una silla junto a la enorme cama donde ella se encontraba acostada. Paseó la mirada alrededor y descubrió que era el dormitorio de él. Los recuerdos saltaron sobre ella y el dolor estrujó su pecho de nuevo.

-El doctor ha dicho que no tienes nada malo, -habló de nuevo él.- pero quizás deberíamos ir a otro para estar seguros.-

Ella regresó la mirada a él, y se acongojó de cuan angustiado se lo veía. Todo por ella. Todo era a causa de ella. La desgracia en su familia. Se largó a llorar.-No, no, cariño.-suplicaba él, sus mano acunándole la cara.- ¿Por qué lloras? ¿He hecho algo mal?-

Ella sacudió la cabeza, y se volteó alejándose de sus manos. Se hizo una bola y lloró. Sintió él colchón hundirse cuando él saltó por encima suyo, y se colocó al otro lado, frente a ella.-Vamos, cariño, háblame, no me apartes de nuevo.-le tomó de las muñeca para bajar las manos con las que se cubría el rostro. Ella se resistió y comenzó a voltearse al otro lado, pero él la atrapó en sus brazos, y estrechó contra su pecho.-No te alejarás de mí, Carrie. Eres mía y nada va a cambiar eso, así que llora todo lo que quieras, desahógate, pero quédate a mi lado.-

Intentó empujarle del pecho con ambas manos, pero era como mover una roca y sólo provocó que sus brazos la estrecharan más cerca. Ella quería luchar, sabía que no merecía su clemencia, pero se sintió rendirse, hundiéndose en el calor de su cuerpo, el aroma masculino de su piel. La mejilla de él rozó la suya cuando movió el rostro, sus labios haciendo contacto con su piel. Dejó un suave beso, un pequeño toque, pero despertó una arrasadora oleada de fuertes emociones. Soltó un suave jadeo. Su cuerpo se movía contra su voluntad, sus labios buscando los suyos, necesitando que le besara. Posó su boca sobre la de ella y está vez, no vaciló, él la besó con decisión, devorándola con una pasión que la dejaba caliente, sin aire y el corazón palpitándole muy fuerte.

Se colocó encima de ella, manteniendo el peso de su cuerpo apoyado en sus brazos para no aplastarla pero haciéndole sentir la firmeza y dureza contra el suyo. Sus manos la tocaban por todas partes, haciéndole sentir toda clase de cosas deliciosas. Dejó un sendero de besos desde sus labios por su mentón, bajando a su cuello. -Tresillian, por favor, no.-suplicó en vano porque todo su cuerpo como corazón demandaban que jamás se detuviera.

Huyendo a los brazos del CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora