Arabella McKenna huye de la horda de gente enfadada que demanda que pague por los pecados de su padre, una terrible tragedia que sacudió toda la ciudad, pero su mala suerte no termina allí, en el tren que aborda, hace una amiga, la primera que la tr...
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Luego de eso...bueno, no habían cambiado realmente la cosas, sólo su vergüenza al estar entre sus compañeros que habían oído como ellos se habían dado el lote como dos mandriles en celo.
Regresó a la mansión de dar un paseo por el jardín con Violet. Tresillian se había ido a la ciudad para atender sus negocios por lo que de momento era zona de paz. –Tengo hambre.-dijo Violet. Bajó la mirada a su lado para ver a su rostro inclinado hacia arriba mirándola con enormes ojos de cachorro. Se sonrió. Cómo amaba a esa niña.
Se puso de cuchillas, acomodándole uno de sus rizos rubios detrás de la oreja. -¿Te antoja un chocolate con unas ricas vainillas?-
Violet dio brincos de felicidad.-¡Sí, Sí!-
Le dio un suave apretón a sus manos unidas, y riéndose se incorporó.-Pues, vamos.-
-Pero, si eres una abejita muy trabajadora, ¿verdad?-la voz de Marion le detuvo en seco. Estaba parada frente a ellas, a unos cinco metros. En sus brazos cargaba una gran canasta de ropa para tender.
-Marion.-le advirtió suave pero firme para que se mordiera la lengua delante de la niña.
Marion se rió, y comenzó a caminar a ellas con pereza.-¿Qué? ¿Crees ahora que porque te follas al CEO tienes autoridad?-
-¡Marion!-le reprendió cubriéndole los oídos a Violet con las manos.-Lo que sea que tengas para decirme, me lo puedes decir después cuando...-
-¿Qué es folla-foll...?-preguntaba la inocente vocecita de Violet.
Marion le sonrió satisfecha a la mueca de molestia que le lanzó por suceder lo que no quería. Se agachó delante de Violet y forzó una natural sonrisa.-Cariño, ¿por qué no te adelantas y le dices a Georgiana que te prepare una rica cocoa y yo enseguida te alcanzo?-
-Bueno, pero voy a contar cuántas tabletas de chocolate pone Gigi...-así Violet llamaba a Georgiana.
-Sí, hazlo, cariño, y me cuentas.-con su mano en su espalda le encaminó a la cocina. Su mirada jamás abandonó la de Marion.
La niña seguía hablando:-...porque la última vez, le dije cinco pero me puso dos, y cuando le dije me dijo que me puso cinco, pero yo sé contar, tú me enseñaste que...-su voz fue alejándose a medida que atravesaba de un corredor al otro.
Carrie no apartó la mirada de Marion ni un instante. Con pasos firmes, redujo la distancia entre ambas.-¿Qué te pasa? No puedes hablar así delante de Violet.-
Marion resopló una risa.-Ahora, te crees su madre.-
Eso fue un pinche en el corazón, pero logró que no se expresara en su cara.-Sé muy bien cuál es mi lugar, y sé muy bien que tú estás muy fuera del tuyo, así que, si no quieres que informe al Señor Black lo irresponsable que estás siendo frente a su hija...-
Marion dio un paso dejándolas ojo a ojo.-Cómo te atrevas a hablar una palabra mal de mí, te juro que no habrá otro amanecer para ti, zorra.-su voz salpicaba ira.