Durante el vuelo en helicóptero desde el hospital a la casa, no podía dejar de pensar en todo lo reciente. Marion, la abrumadora revelación de Tresillian, Sarah. Era como si dónde sea que ella fuera, la desgracia la siguiera engulléndose todo lo que amaba. Su sola existencia, infringía dolor y miseria, y era demasiado para conciliar, porque sí, era feliz, absolutamente feliz con ellos, pero el pensamiento de que era a costa del sacrificio de todos los demás, no podía, dolía, dolía profundamente. Permitirle que lo abandonasen todo, su vida, su ciudad, Violet su escuela y amigos, por ella...No, era más de lo que su corazón podía tolerar. Les amaba ciega e irrevocablemente, pero el dolor de la posibilidad que ellos le pudiesen llegarla a odiar en el futuro, resentir, era algo con lo que no estaba dispuesta a consentir.
Tresillian la ayudó a recostarse de nuevo en la cama. Habían tomado la cena en el salón comedor porque ella se reusaba a quedarse encerrada en el dormitorio todo el día.-Muy bien, cariño, voy a traerte la bacinica para que hagas tus cosas...-dijo y ella se paralizó de acomodarse, mirándole con ojos grandes. Él miró a su cara y rió.-Te atrapé de nuevo.-
Ella rodó la mirada y le dio un golpe en el brazo. Desde que habían regresado a la casa, él estaba de muy buen humor, muy bromista, nada a lo que alguna vez conoció, y le gustaba. Él dijo:-Sabes, el doctor me dijo que los resultados de los análisis de sangre que te hicieron fueron muy buenos pero quiere hablar conmigo de algo mañana...-
Ella comenzó a preocuparse.-Oh, no, espero que no sea nada serio. Jamás he tenido algún problema de salud.-
Él se recostó a su lado, pasándole un brazo alrededor de sus hombros estrechándola.-Estoy seguro que no, cariño, pero mañana sabremos mejor. Quizás sea el colesterol.-sus dedos cosquillaron su costado con cuidado.-Últimamente estás más rellenita.-le rozó la mejilla con un beso.
Ella rió por dentro pero no dejó que se reflejara en su rostro. Le empujó del pecho, pero él no se movió un centímetro.-Porque me llenas de comida sin fin y no me dejas moverme de ésta cama.-
-Porque quiero que te recuperes rápido así después podremos movernos mucho en ésta cama.-le guiñó el ojo con picardía. Ella se sonrojó y rodó la mirada.
La mano de él acunó su mandíbula llevando sus labios a los suyo. Suspiró de placer. El sabor de su boca, la suavidad de sus labios, cada vez que le besaba era como si hubiera extrañado su toque toda la vida, su cuerpo se relajaba, su pulso disparado se calmaba y se volvía sumisa en sus brazos dónde nunca jamás quería abandonar.
La puerta se abrió de golpe con Violet gritando:-¡Mira lo que he dibujado!-
Separaron sus labios, y fue audible el gemido de disgusto de Tresillian cuando lo hicieron. Violet salté a la cama, gateando a ellos.-Cariño, despacio, con cuidado.-le decía él, pero a Arabella no le importaba un dolor de costillas aquí o allá, tener a Violet acurrucada a su lado, era un placer de otro mundo.
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Huyendo a los brazos del CEO
RomanceArabella McKenna huye de la horda de gente enfadada que demanda que pague por los pecados de su padre, una terrible tragedia que sacudió toda la ciudad, pero su mala suerte no termina allí, en el tren que aborda, hace una amiga, la primera que la tr...