- Dos cosas- dijo la morena después de haber perdido de vista al peliverde- la primera, ¿qué te ha pasado chica?-
Nami no respondió. Sabía que había hecho el ridiculo, pero realmente ella tampoco sabía porque no había sido capaz de decirselo.
- Y segunda, ¿No crees que es muy raro que se haya ido así de repente?-
Nami miró a Robin y se encogió de hombros.
- Realmente no tanto, también hacía eso cuando eramos pequeños. Nunca se quedaba a jugar después del colegio, y nunca podía venir a mi casa- Nami miró al lugar en el que habían perdido de vista al peliverde- pero admito que a mi tampoco me da muy buena espina-
- ¿Tu también has visto la venda de su pie?- dijo Nami tras acordarse de lo que había visto.
- Si, la he visto. Todo es un poco raro, ¿no?-
- La verdad es que si... Esta tarde le mando un mensaje y le preguntó-
- Buena idea- respondió la morena mientras empezaban a caminar en dirección a sus casas- pero si no sabes que decirle, preguntame a mi. No quiero que te pase de nuevo esto-
Las dos rieron un buen rato, casi hasta llegar a la casa de la pelinaranja. Robin vivía dos calles más adelante, por lo que se despidió de su amiga con un abrazo y siguió andando hacía su casa.
Nami subió los tres escalones de su puerta y sacó las llaves que llevaba en su mochila. Las introdujo en la cerradura y entró en la casa, para luego cerrar la puerta detrás de sí.
Dejó la mochila en la puerta y fue a la cocina para comer algo, para su sorpresa, Nojiko estaba allí, preparando algo.
- ¡Nojiko!- Nami se acercó a abrazarle- ¿ qué haces aquí? ¿ no deberías estar en el trabajo?-
- Ya he vuelto- la otra le devolvió el abrazo- que trabaje en el hospital no significa que deba estar allí todo el día. Además, ser secretaría no tiene nada de entretenido-
Nami sonrió. Ayudó a su hermana a terminar la comida y juntas se sentaron a comer.
- ¿Qué tal el primer día?- preguntó la menor mientras empezaba a comer.
- Bastante bien. La gente es agradable y he sido bien recibida, ¿ Y tú?-
- Bien también, he visto a los chicos y...- Nami recordó entonces lo que más le había gustado de la mañana.
-¿Y...?- repitió Nojiko.
- ¿Tu recuerdas ese chico del que siempre te hablaba en la escuela?-
- Como olvidarlo- Nojiko sonrió- No hablabas de otra cosa-
Nami ignoró el cometario de su hermana y prosiguió.
- Bien, pues a vuelto al pueblo-
- ¿¡Enserio?!-
Nami sonrió, respondiendo así a su hermana.
- Nunca pensé que volvería, ya que su mudanza fue muy repentina...-
- Ya, yo tampoco, pero estoy contenta de que lo haya echo-
Cuando las dos terminaron de comer, cada una fregó su plato y Nami subió a su habitación.
Se tumbó en la cama y se puso a mirar al techo. "Tienes que escribirle a Zoro" pensó la chica, para después coger su móvil de su bolsillo.
Lo encendió y fue a los mensajes. No sabía como empezar, y estubo a punto de preguntarle a Robin, pero al final se le ocurrió algo.
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¿Estas bien? - {Zoro x Nami}
RomanceZoro y Nami eran amigos de la infancia, pero tuvieron que separarse debido a la repentina mudanza de Zoro. Nami nunca entendió esta mudanza, pero jamás preguntó. Años despues, cuando Nami era una estudiante universitaria, se reencontraron. Vivirán...