Nami se quedó helada, viendo el bate en la mano del hombre, pero este se limitó a mirarla coon desprecio.
- ¿Qué te trae por aquí mi querida Nami?- preguntó Mihawk antes si quiera de que ella pudiera hablar. La pelinaranja no sabía que hacer ni decir. Se había quedado helada con la imagen del bate en la mano de aquel psicópata. Pero necesitaba saber donde estaba Zoro. Necesitaba saber que no había hecho ninguna locura.
- ¿Dónde está Zoro?- dijo sin dar rodeos e intentando no mirar al bate.
- ¿Por qué preguntas? Me pillas ocupado, ¿sabes?-
-Si, lo siento. Por favor, solo digame donde está su hijo. Es algo urgete-
-Ha salido- ¿Salir?, ¿A esa hora de la noche? ¿lloviendo como estaba?
- ¿Y a donde a ido?-
- ¿Cómo demonios quieres que lo sepa? Él se fue- dijo el hombre empezando a enfadarse.- Ese chico va por libre. Nunca me hace caso a nada.
La lluvia seguía callendo sobre a cabeza de Nami mientras hablaba con el hombre responsable de todo el sufrimiento de Zoro. Todo era su culpa. Le miró a los ojos, esos ojos color miel, que la primera vezque había visto, tan amables le había parecido.
- Las apariencias engañan, ¿verdad?- le espetó ella en un ataque de ira.
- No se a que te refieres- le respondió el hombre algo confundido.
- Me refiero a que la primera vez que te vi, nunca pensé que serías un maldito psicópata. No pensé que tratarías mal a tu hijo, el chico más bueno y sincero que conozco- soltó ella sin pararse a respirar. El hombre se quedó allí, quieto. Mirandola.
- ¿De qué estas hablando muchacha?-
- Ahora no te hagas la tonta con migo, porque no te va a funcionar. Se todo lo que le has hecho. Los moratones, los cortes, y tooooooda la lista de heridas que ha tenido desde que os mudasteis aquí de nuevo. Créeme nada me va a detener a denunciarte- Ni siquiera estaba pensando en sus palabras. Ni si quiera era consciente de lo que decía, lo quele devolvió a la realidad fue ver como el hombre apretaba con más fuerza el bate.
-¿Con que lo sabes todo eh?- Esas palabras cayeron fuertemente sobre Nami. Se quedó mirándole, sin saber que decir. Retrocedió un paso.
- ¿Donde...esta Zoro?- Preguntó con los ojos llorosos. El hombre apretó con fuerza el bate, ella retrocedió otro paso, casi resbalando con el agua de lluvia en el suelo.
- No te hará falta saberlo. No te hará falta saber nada más- dijo Mihawk descargando una fuerte estocada con el bate sobre ella.
Nami pudo esquivarla a duras penas, y se quedó mirando como el hombre acomodaba el arma para intentar darle.
Ella empezó a correr, pero no volvió a su casa. No quería poner a Nojiko y a Kuina en peligro. Corrió pro la calle, sin girarse a mirar se le seguía o no. EL daba igual. Todo lo que quería era irse de allí y nunca volver a ver a Mihawk.
Cuando le empezó a doler el pecho por todo lo que había corrido, se dio el lujo de mirar atrás. Para su suerte, no había nadie. Las calles estaban vacías y silenciosas, a excepción de la lluvia cayendo en el pavimiento.
Miró de nuevo al frente y se dió cuenta de a donde había ido. El edificio. Aquel gran edificio, donde Zoro la había llevado. El lugar donde le dio el primer y uno de los únicos besos que habían compartido. Y entonces su mente unió cabos: ¿A donde iba Zoro cuando necesitaba despejarse?
Rodeó el edificio hasta llegar a las escaleras que le había enseñado Zoro y empezó a subirlas con vigor. Aunque estaba muy cansada por todo lo que había corrido, necesitaba llegar a lo alto. Necesitaba saber si él estaba allí...Si seguía allí.
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¿Estas bien? - {Zoro x Nami}
RomanceZoro y Nami eran amigos de la infancia, pero tuvieron que separarse debido a la repentina mudanza de Zoro. Nami nunca entendió esta mudanza, pero jamás preguntó. Años despues, cuando Nami era una estudiante universitaria, se reencontraron. Vivirán...