𝐿𝒜 𝐸𝑀𝐹𝐸𝑅𝑀𝐸𝒟𝒜𝒟 𝒟𝐸𝐿 𝒪𝑅𝒪

𝐸𝐿 𝒢𝑅𝒜𝒩 𝐵𝒜𝐼𝐿𝐸 𝒟𝐸 𝒟𝒪𝒮 𝒜𝑀𝒜𝒩𝒯𝐸𝒮

Al otro día, a la primera hora, se escuchaba como los elfos empezaba a preparar la comida para el banquete de la tarde de la primavera, mientras otros invitados llegaban. Bilbo había despertado también y estaba dándose un gran baño, pues quería estar limpio para Thorin.

Después de aquel baño pidió ayuda a algunas elfas del palacio para que le ayuden a escoger que ponerse, aquellas elfas lo ayudaron, le pusieron un hermoso vestido rojo con detalles dorados, tenía también un corset que hacía que el cuerpo de Bilbo se moldee más. También arreglaron su cabello haciéndolo un moño y luego le pusieron una tiara y por último un hermoso collar que resaltaba con su vestido.

—Se ve muy bien, maese Bilbo.— Mencionó una elfa mientras arreglaba un poco el vestido.

El hobbit se sonrojó levemente mientras dejaba que lo vistieran, cuando estaba listo se miró en el espejo sonriendo emocionado.

Mientras tanto, con Thorin, el enano estaba arreglándose mientras se miraba en el espejo, estaba haciendo lo posible para verse bien ante los ojos de todos y más ante Bilbo, su hobbit favorito. Estaba poniéndose un hermoso traje de su color favorito, azul, como sus ojos, tenía su corona de rey también, su melena larga estaba bien peinada al igual que su barba.

Mientras todos afuera en el palacio también se estaban arreglando bien para la gran fiesta, había bulla aún lado y el otro lado, risas y un poco de música, también se podía escuchar murmullos de los que aún llegaban, aquel reino estaba hecho un día festivo, casi no pasaba, pero hoy era una excepción. El hobbit ya estaba fuera de la habitación siendo acompañado por Legolas, que estaba bien vestido para la ocasión, a un lado estaba Gimli, hijo de Gloin, que también bestia bien. Pues era la pareja de Legolas, aunque al principio el padre de Legolas se opuso, acepto, pues lo vio muy feliz. Ahora aquella pareja estaba acompañando a Bilbo hacia el jardín donde será el banquete y fiesta.

—Legolas, sabes si Thorin ya está listo?

—Maese Bilbo, aún no se me ha informado nada.

—Bilbo no te agobies, el Rey Thorin seguro ya está listo—. Menciono Gimli con un tono serio pero amigable.

Asintió Bilbo mirando al enano de pelirrojo, estaba mirando a todos los invitados estando nervioso, pues se sentía observado por su vestimenta, trago algo se saliva para mirar a un lado. Cuando volvió a mirar vio acercarse Thorin, le encanto, su vestimenta estaba latiendo a mil su corazón. Al igual Thorin, pues cuando vio a Bilbo con aquel vestido rojo, sus mejillas se pusieron en un tono carmesí, estaba hipnotizado, dejo de lado que tenía la enfermedad del dragón o mejor dicho del oro, porque Bilbo era su cura y él lo sabía, hacia que este cuerdo.

—Bilbo, te ves... te ves tan hermoso.

—Gracias Thorin... Igual tú estás guapo.

Los dos estaban perdidos en sus miradas, hasta que escucharon una hermosa música que los dos reconocieron, miraron hacia los músicos notando como Gimli les había dicho que toque aquella música llamada "Kingdom Dance", Bilbo sonrió tomando la mano de Thorin para ir a bailar con él. Empezaron algo leve el baile, al hobbit no le importaba las miradas ya, estaba emocionado de bailar con el enano, los dos estaban en su burbuja. Bilbo danzaba siguiendo los paso al enano, era algo maravilloso, pues no se cansaban de sonreir y mirarse. El hobbit empezó a dar vueltas dejando alzar su vestido cuando tocaron la parte final, era encantador verlo, parecía ya una bailarina que era profesional, pero él le encantaba saber que era bueno en lo que hace. Paro cuando la música acabo estando en los brazos de Thorin, se miraron y esa sensación de querer besarse estaba presente, aunque Bilbo dejo un beso en las mejillas del enano.