Cupid 𝆬 𝅄 ryuvin

mini extra.

Gyuvin miraba detalladamente aquel anillo de dulce, tenía toda su atención el celeste plástico que daba la base del dulce  y como el caramelo era de frutilla por ese color rosado.

como las mejillas de Ricky.

Si era honesto, había recorrido un total de cinco joyerías y boutiques en busca de un anillo ideal para Ricky, en su mente necesitaba uno que fuera mágico y brillante para poder igualar en una joya el como Shen era en su vida pero la búsqueda -o ya no busqueda- estaba difícil, no entendía si el era muy exigente o de verdad nada se acercaba un poco a lo que realmente era su novio. Ricky hace una semana le había regalado el anillo más caro que había tenido en su larga vida y le deprimía el hecho de no poder encontrar uno tan lindo y significativo para el. El chino lo conocía tan bien que incluso en un pedazo de oro redondo logro hacer sentir especial al moreno.

Suspiro, quizás, por décima vez en una hora por sentirse insuficiente ante el amor de su vida y como su mente no podía maquinar algo mejor porque si, el moreno le pediría matrimonio al rubio.

dos minutos.

Soltó un gritito de desesperación y sus labios formaban muecas moviéndose fugases por la angustia que sentía. Divisó a Ricky caminando de lejos y era increíble como ese dolor en el pecho se esfumó apenas sus ojos se encontraron y no podía sentirse más enamorado del contrario. Ricky lo hacía sentir en casa, en calma, en harmonía, todo lo hermoso y tranquilo venía de la mano con Shen y eso hacia el alma de Gyuvin derretirse todos los días un poquito más.

— ¿Que tal mi niño? —saludo Ricky mientras besaba la frente del moreno— que lindo te ves hoy.

— Todos los días me dices eso —le respondió mientras observaba al rubio sentarse junto a el— tu también te ves precioso.

Tomo entre sus manos el rostro de Ricky y como si de una muñeca de porcelana se tratara lo beso con calma y cuidado, un beso corto pero dulce a los sentidos de ambos, no necesitaban más. Cuando se separaron Ricky beso las mejillas del contrario para cerrar esa pequeña sección de amor que florecía natural entre ellos.

— Y eso —hablo Ricky mirando a la mano de Gyuvin.

Soltó un suspiro enorme botando una gran bocarada de aire para luego arrodillarse frente a Ricky.

— Perdon por no encontrar algo más hermoso, algo más valioso pero siento que esto realmente te representa —hablo con la cabeza ladeada, como un cachorrito a los ojos del chino— aparte son mis dulces favoritos y tú eres mi favorito en el mundo.

Ricky soltó una risita entre divertida y nerviosa, tenía al amor se su vida arrodillado con un anillo de dulce mientras lo miraba con amor y dulcura.

— El fin de esto es saber si —tomo la mano del otro— ¿me permites ser tu esposo?

Ricky sonreía a más no poder, su alma flotaba y estaba seguro que todo eso era por la ternura y amor eterno que le hacía sentir el otro. Kim de forma delicada colaba el anillo en el dedo anular del contrario y este se le escapó una pequeña lagrimita.

— Si cariño, si quiero que seas mi esposo.

Gyuvin sonrió y se puso rápidamente de pie mientras tomaba la cintura al rubio y alzarlo junto con el. Otra vez tomo su rostro entre sus manos y beso su frente, beso sus párpados, beso las lágrimas que había soltado hace un momento atrás, beso ambas mejillas, beso su nariz, el arco de cupido de sus labios y por último los juntos para saborear al dulce chico más bajo que el, no había alguna manera de poder hacerle entender el como se sentía en este momento. Se casaría con el chico más perfecto.

— ¿Y tu anillo amor? —pregunto entre el beso.

— me lo comí —se separó mientras sus labios formaban un puchero.

Ricky reía mientras negaba con la cabeza, era algo que podría ser capaz gyuvin. Amaba todo de aquel chico, su chico y del como su vida hace 7 años ha cambiado gracias a él. Siempre lo tuvo, siempre fue su amigo y compañero pero desde que sus labios y manos se combinaron sintió como ambas almas encontraron lo que siempre buscaron.

Un sueño mágico real y honesto, Ricky amaba a Gyuvin y este lo amaba también, eran perfectos juntos, eran la combinación preferida de cupido.

— En otra vida también le pediré a cupido que me deje amarte por siempre.

vivan los maricones :D ahora
si nada más kekekekeke