Capítulo 8

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Estar tumbado en mi cama con YoonGi tirado a mi lado boca abajo, desnudo y saciado, es gratificante. Sabía que me necesitaba, pero no sabía cuánta era esa necesidad.

Después de aplicar un poco de bálsamo en su espalda, se derrumbó en la cama y no se ha movido desde entonces. Su respiración es fatigada, pero sé que está despierto.

—Dime en qué piensas cuando usas el encendedor en ti —digo, mirando al techo.

El silencio llena la habitación mientras toma aire y lo retiene.

—El mundo a mi alrededor se derrumbó cuando Levi murió. Lo decepcioné, y la jodida culpa me devora. —La honestidad hace que sus palabras sean crudas e irregulares.

—¿Entonces el quemarte es para castigarte a ti mismo?

—Lo era al principio. Ahora es una necesidad, un deseo para escapar de mi cabeza.

Inclinándome sobre mi codo, me vuelvo para mirarlo, acariciándolo por encima del hombro con una suave caricia.

—¿Cómo murió?

—Sobredosis. —Su voz se espesa de emoción.

—Él era gay, ¿verdad?

Se vuelve bruscamente, su ceño está fruncido.

—¿Cómo sabes eso?

—Soy detective. Fue una corazonada.

Su cabeza cae sobre la almohada mientras me mira, moviendo su cuerpo hasta sentirse cómodo.

—Levi tenía esta energía, ¿sabes? Podía entrar en una habitación e inmediatamente, era una fiesta, un mejor lugar donde estar. Su risa era contagiosa. Infectaba a todas las personas con las que entraba en contacto. —Una sonrisa baila en sus labios—. La noche que murió... —traga saliva—, hablamos de sus sentimientos por mí. —Las lágrimas se acumulan en sus ojos oscuros. Tengo tantas ganas de atraparlas, besarlas para apartarlas, pero no me muevo. Le permito que finalmente libere lo que tiene dentro—. Yo también lo sentía, ¿sabes? Pero estaba tan asustado, tan aterrorizado de lo que quería decir sobre mí. ¿Su hermano, Mingyu? Siempre estaba hablando de comerciabilidad y cómo nuestra imagen era lo que nos vendía. Cuatro chicos solteros era vendible para nuestras fans femeninas. Sentí la presión de ser algo que no era. Mingyu necesitaba que yo fuera el líder perfecto: heterosexual y un imán de coños. —Cerrando los ojos con fuerza, se atraganta—. Le dije a Levi que no era gay. Que estaba halagado, pero que solo éramos amigos y solo seríamos amigos. Solo jodidos amigos. —El agua gotea de sus ojos, quemando un camino sobre su nariz y filtrándose en la almohada—. Lo hice sentir como una mierda, lo hice querer esa dosis.

—No, no hagas eso. Él era un adicto. Se inyectó esa mierda él mismo.

—Pero si hubiera sido honesto con él —susurra—. Si le hubiera dicho que era real... Jeongguk, era real y le mentí.

—¿Y luego qué? ¿Su adicción habría desaparecido? Pasara lo que pasase, todavía se iba a inyectar ese veneno en las venas esa noche, YoonGi.

Él asiente, pero los movimientos son rígidos y su mandíbula está tensa.

—En el fondo, lo sé. Pero aun así murió con mi mentira en la cabeza.

—No estabas listo, y probablemente él lo sabía. Eran mejores amigos. Él te conocía, Yoon, maldita sea, te conocía. —Lo tomo en mis brazos, dejando que libere toda su ira y lágrimas—. Va a estar bien, muchacho. Lo prometo.

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Necesito un respiro de mí.

G M OT [ggukgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora