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Un silencio fue apreciado en la casa, era muy poco probable encontrar a Chuuya, aunque Ranpo no estaba desconfiado. Al contrario, se lo veía emocionado con su sonrisa usual. Después de todo, él era el mejor detective.

¿Quien había resuelto el caso de que Atsushi se quedara sin dulces? Fácil, los robo él mismo.

¿Quien encontró a Karl las miles y miles de veces que se perdió? Obviamente él. Además de que le agradara el mapache, si lo encontraba, podía pasar tiempo con Poe-Kun hablando sobre novelas de misterio y algunas ideas que el detective le otorgaba al escritor.

-¡No se preocupen! ¡Yo, el mejor detective del mundo, encontraré a Nakahara Chuuya, el pelirrojo enano que tiene hipnotizado a este medio muerto!- exclamó Edogawa alegre como comúnmente hacia.

-Yosano, no lo encuentro.- dijo el castaño arrepintiéndose de su promesa.- No tengo ni idea en donde está y ya es de madrugada.

-¿Has salido a buscarlo?- pregunto la doctora dejando a su lado una taza de café con leche caliente y dándole un sorbo a la suya de café amargo.

-No.- respondió simple- No necesito ir a buscarlo si puedo pensar aquí sentado en donde se esconde.- bebió un sorbo con una pequeña mueca.- Muy amargo.

-Eso es más leche que café, Ranpo.

Él enano caminó hacía la cocina y agarró azúcar que encontró en la repisa y volvió al comedor. Se sentó nuevamente en la cómoda silla y mezcló el polvo blanquecino en su bebida.

(Se que "polvo blanquecino" parece otra cosa pero no sabía otro sinonimo)

-Solo lo bebo para mantenerme despierto,- tomó otro sorbo y bostezo mientras estiraba sus brazos entumecidos por la inactividad- pero ni siquiera está sirviendo tanto.

-Ranpo. Ve. A dormir.- ordenó demandante la pelivioleta.

-No puedo, ¿bien? Prometí que lo encontraría para salvar a Dazai de su sueño o lo que sea que tenga.- se desahogó y luego de una pequeña pausa siguió.- ¿Y si después de un tiempo en vez de estar dormido esta muerto?

-Eso lo alegraría.- comentó escuchando atenta.

-Si,- río débilmente con una mirada triste dirigida a sus manos abriéndose y cerrándose, como si las alabara- quizás nos encontraríamos por ahí con su fantasma y solo diría "Gracias".

Una pausa algo larga se hizo presente y se largó cuando Akiko dijo ahora de manera amable:

-Ranpo, ve a dormir. Así cansado no lo encontrarás aunque estuviera frente tuyo.

Él sonrió antes de responder y asintió.

-Si, tienes razón.- se levantó y dirigio hacia su cama de sábanas verdes- Buenas noches.

-Vete a dormir.- él se acostó riendo y ella terminó su café de un sorbo y dejó la taza en la mesa. Probablemente la lavaria Kunikida al verla a la mañana así que no debía preocuparse por eso.

"Yo también debería dormir" pensó la doctora mientras apoyaba sus brazos y rostro bello en la mesa. "Aunque la cama está lejos" ese fue su último pensamiento antes de caer dormida en el comedor de manera pacífica y con elegancia que solo ella era capaz de poseer.

Me gustaría si escriben sus teorías en los comentarios o ideas para la historia, porque me estoy quedando sin imaginación.

¡Espero que les guste la historia!

=534 palabras

Blancanieves- Soukoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora