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   El silencio invadió el verde bosque.

   -¿Despertar? -preguntó Chuuya- ¿A qué te refieres con despertar?

   -Él...

   Edgar e Higuchi, aunque no se conocieran, con solo una mirada compartida ambos supieron que sentían lo mismo. Ambos se sentían como simples extras en ese momento.

   -... esta dormido por el hechizo de una manzana. -explico Ranpo, como si con solo esas palabras terminara con el desentendimiento del pelirrojo.

   El de ojos azules parpadeó repetidamente con el ceño fruncido, parecía furioso por no entender nada. ¿Hechizos y manzanas? ¿Que era esto, un cuento de hadas? ¿Una historia de alguna aplicación, inspirada en un cuento para niños? No, no podía ser eso, sería demasiado específico para ser real.

   -¿Que mierda hizo ese idiota esta vez? -exclamó.

   El de lentes suspiró cansado, era agotador tener que explicar las cosas a alguien tan lento como aquel chico. Empezó desde cero, como Dazai había aparecido en su casa, la leyenda de la camelia roja y que el vendado se comió una manzana roja con un hechizo, el que lo dejaba en una especie de coma en el cual necesitaba un beso en los labios para salir del trance.

   Las mejillas del pecoso se llenaron de colores rojizos, sus orejas también se tiñeron del color carmesí de la vergüenza.

   -¿¡Como que beso?!

   -Ah, sí. Debes besarlo para que se despierte. -aclaro con una sonrisa infantil el detective.

   -¿¡Y por qué yo?! -preguntó alterado señalándose a sí mismo con su dedo indice.

   -¿Por que eres tan lento para entender? Es obvio que se gustan o atraen -suspiró-. Y ahora me dirás que no te gusta.

   -¡Por que no me gusta! ¡Y yo no le gusto, lo único que hace es llamarme enano! Ese maldito hijo de puta...

   -Si, si. No se gustan, te "creo". Pero haz el favor de besarlo, no dormiré tranquilo sabiendo que ese imbecil nunca despertara por mi negligencia.

   -¡Pues no duermas! -en su rostro el rojo persistía- Prefiero caerme de una altura de quince metros diez veces antes de besarlo.

   -¿Eso crees? -su mirada se tornó juguetona, asustando un poco a Chuuya y a los demás presentes- Edgar, no se como pero hazlo.

   -¿Eh? ¿Hacer qué? -pregunto confundido el enano alto.

   -Tu sabes.

   -No, no sé.

   -¡Edgar, tu también eres muy lento para entender!

   -Si me explicaras con palabras para que cualquier persona sea capaz de entender podría saber a lo que te refieres.

   El detective se acercó al escritor poniendo nervioso a Poe, Edogawa susurró algo a su oído y la sorpresa invadió su cara.

   -¿Que? ¡No! -se alejó un poco de Ranpo, su mirada era insistente, lo que sea que haya pedido debía ser cumplido, según él- En primer lugar, ¿como haré eso?

   -No sé, con tus poderes de brujo, quizá. ¿Por qué siempre te olvidas de lo poderoso que eres?

   -No soy muy poderoso. -murmuró.

   -Deja tus inseguridades un momento y ayúdame con el enano de Dazai.

   El brujo suspiró.

   -Bien -dijo sin ganas mientras se acercaban a los demás, que no entendian ni una pera.-. Chuuya, perdón.

Blancanieves- Soukoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora