《14》

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   Las pisadas que se escuchaban en esa tarde en el bosque eran de dos personas corriendo, exactamente un pelirrojo y una rubia escapando de un peli verde al que le habían robado algo de comida. El de cabellera como hoja estaba furioso porque "era la mejor fruta del pueblo".

   En realidad, estaba algo podrida.

   -Chuuya-San, ¿a dónde vamos?-preguntaba ya cansada Higuchi.

   -No lo sé -respondio igual de agitado-, donde ese tipo no nos encuentre.

   Corrieron y el tipo afortunadamente se tropezó y cayó. Chuuya estaba seguro de, en el caso de ver su caída, estaría cagandose de risa ahora mismo, pero no pudo ver su cómico descenso por no tener ojos en la nuca.

   El ojiazul tomó la mano de la princesa y ambos se escondieron entre unos grandes árboles llenos de hojas verdes, casi de la misma tonalidad que su perseguidor. Él pasó de largo sin detenerse a ver si a los que buscaba estaban escondidos, algo que a los jóvenes alivio y suspiraron cuando el señor estaba lejos.

   Nakahara sintió algo en el hombro.

   -Higuchi, ya está bien, no necesitas agarrar mi hombro. -dijo el mal hablado.

   -¿De que hablas? Tu eres el que está agarrando mi hombro.

   -Claro que no -esa voz era desconocida para el par y se sobresaltaron. Chuuya estaba listo para golpearlo si era necesario-. Yo estoy agarrando el hombro de ustedes dos.

   Antes de que Chuuya pudiera hacer algo Ichiyo golpeo a quien sea que tuvieran detrás causando un gemido de dolor en la persona de atrás.

   -¡Edgar! -un enano apareció a ayudar a uno algo más alto que el de anteojos- ¿Estas bien?

   -No -respondio quién los había asustado-. Me dijiste que asustarlos sería "divertido" pero la sangre en mi nariz dice lo contrario.

   El detective miró un poco a ese tal Edgar y luego al par que buscaban.

   -Luego te doy una curita, ahora no tengo. Mientras intenta no morir desangrado.

   -¿Puedo morir por sangrado nasal? -su pregunta quedó en el aire porque Ranpo no respondió, dejando preocupado al de cabello oscuro.

   -¿Quienes son, malditos? -más que una pregunta parecía una orden amenazante de obtener respuestas.

   -¡Tu debes ser Chuuya! -exclamo alegre- Me presento. Soy el mejor  detective del mundo. También el más guapo.

   "Narcicista" pensó el enano con habla de camionero -menos enano que Edogawa-.

   -Y él -señalo al herido- es Edgar Allan Poe, su nombre es súper largo y es el enano más alto que he visto.

   Allan saludó con una mano nervioso y con la otra apretaba su nariz intentando que el dolor disminuyera, o que no sangrara su ropa.

   -¿Como sabes quién soy?

   -Facil, Dazai me habló de ti. Un enano con problemas de ira pero muy guapo.

   Chuuya, entre molesto y avergonzado, pensó: "Ese bastardo".

   Espera.

   A todo esto, ¿dónde estaba el idiota?

   -Te preguntas donde está él, ¿verdad? -los ojos azules se abrieron en sorpresa y Ranpo sonrió- Eso pensé -La sonrisa se desvaneció-. Necesitamos que nos ayudes.

   La intriga invadía cada neurona y célula de Chuuya.

   -¿Ayudarlos con que?

   -A que ese imbecil despierte.



   -¿Eh?






















  

      Hace mucho no subía capítulo de esto, intentare hacer el siguiente cuando me sea posible (y cuando quiera).

  
=526 palabras

Blancanieves- Soukoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora