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   Entonces Chuuya, obligado a besar a Dazai para despertarlo de ese profundo sueño en el que estaba sumergido fue guiado por los enanos a donde estaba Osamu. Chuuya no quería dar su primer beso así, para salvar a un casi desconocido que, ciertamente consideraba algo atractivo. El pelirrojo caminaba lentamente, intentando retrasar el beso que debía dar si no quería caer repetidamente de una altura de quince metros y al llegar luego de casi media hora a la cabaña, Ranpo exclamó feliz mientras abría la puerta.

   -¡Por fin, por fin! ¡Nunca me había sentido tan culpable por algo, y eso que me he robado muchos dulces y no tengo arrepentimientos sobre eso!-sonreia emocionado el detective mientras no notaba la cariñosa mirada de Edgar puesta en él.

   Al entrar a la pequeña cabaña además del polvo en el suelo y una cucaracha que asusto a uno de los enanos, el albino llamado Atsushi que se ocultaba detrás de Kyoka que parecía indiferente al ver ese insecto, también notó a Dazai acostado en el sillon, era bastante alto así que sus piernas sobresalían mientras estaba profundamente dormido sin saber nada del exterior. Chuuya no pudo evitar un pequeño sonrojo en sus mejillas al darse cuenta de sus pensamientos y mirada fija sobre sus labios, su cara y cuerpo en general, era tan odioso e irritante como guapo y hermoso.

   -¿Y si lo dejamos así?-murmuró Chuuya en un intento de evitar besarlo- Digo, se ve tranquilo y así no molesta a nadie, ¿no?

   -Chuuya, beso o caer de 15 metros.-la voz y mirada de Ranpo eran serias, algo muy, demasiado raro en él así que el de ojos azules suspiró rendido.

  -Bien, entiendo.-susurró con molestia mientras se sentaba en el sillón donde el bello suicidanieves dormía calmadamente.

   Miró nervioso sus labios mientras se acercaba a él, agarraba su mejilla suavemente y luego de un pequeño momento de considerar caer de quince metros y luego saber que sería horrible, presionó con suavidad y casi delicadeza los labios del durmiente con los propios. Se separó bastante nervioso y con la cara roja, esperando igual que todos los presentes en la cabaña el despertar de Osamu.

   Luego de un minuto lleno de tensión e intensa preocupación todos vieron como el de cabello oscuro y vendas en sus brazos abría los ojos lentamente, con clara pereza en sus lentos movimientos y miró a todos con mucha extrañeza y confusión.

   -¿Que les pasa? Ni que hubiese quedado en coma o algo parecido.-murmuró con algo de sarcasmo en su voz, desconociendo totalmente que lo que había pasado no estaba tan lejos de lo que dijo.

   Todos, incluso Higuchi sintiéndose emocionada por el despertar de Dazai y excepto Chuuya aún algo nervioso de que el beso haya sido de su agrado, abrazaron con fuerza y cariño al príncipe, que con esa acción solo podía confundirse más y más. Luego de que le explicaran lo que pasó y el como lograron despertarlo, Osamu miró un poco al pelirrojo, que apartaba la mirada intentando ocultar su cara roja, pero fue en vano cuando los ojos marrones del recién despertado captaron el color carmín de sus orejas.

   -¿Te gustaron mis labios, pequeño?-le murmuró con una sonrisa y voz juguetona a Nakahara, algo que lo sonrojó más.

   -¿¡Qué!? ¡No, claro que no!

   -No sabía que alguien podía ser tan malo mintiendo.-dijo entre risas Dazai al ver el sonrojo creciente del ojiazul.

   Los enanos prepararon una cena grande para agradecer a Chuuya por despertar al príncipe, luego de la cena y cuando Chuuya e Higuchi de fueron a quien sabe donde, Dazai se dirigio a Ranpo que estaba con Edgar tranquilamente, al ver a Osamu acercarse el amante de dulces dijo con simpleza que los dejara hablar solos, Poe un poco sorprendido aceptó y se alejó de ellos, yendo con Higuchi con la que compartía gustos literarios.

   Dazai tuvo una sonrisa en su rostro, una sonrisa que solo tiene alguien al lograr su objetivo o plan.

   -¿Creyeron que estaba dormido?-susurró divertido, a lo que Edogawa respondió con una simple risa.

   -Sí, y tranquilo. No le diré a nadie que solo planeaste esto para besar al pelirrojo que tan enamorado te tiene.

   El príncipe vendado no pudo evitar reír suavemente con un rubor en sus mejillas.

   -Luego te daré tus dulces.

   -¡Eso espero!-dijo el detective con su usual sonrisa infantil mientras veía como Dazai salía de la cabaña.

   Al estar solo suspiró un poco mirando las estrellas, nunca nadie además de Ranpo debía saber que una vez había visto el cartel de buscado con la imagen de ese pelirojo y fue amor a primera vista.

   Nadie tenía porque saber que el había estado completamente despierto cuando el de mal carácter lo besó para "despertarlo".



















¡Perdón por la demora, sé que me tarde unos meses! Pero aquí está el final, en realidad no pensaba acabarlo así, pero quería darle un final a la historia así que se me ocurrió esto.

(Escrito como a la una de la mañana)
   
    
=842 palabras

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