𝐎𝐑𝐆. 𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐂𝐔𝐑𝐄

Capítulo 4

Nodoka y sus amigas corrieron a la zona de control. Había una emergencia.

Llegaron a la zona de control encontrándose con Hayami y Adeline.

- ¿Qué pasó? - preguntó Nodoka.

- Hay exportaciones de drogas, los autores de esto son...- Hayami fue interrumpida.

- La organización Darkness - murmuró Asumi.

- Así es, tenemos la ubicación de su próxima entrega - dijo Hayami.

- ¿Cuál es la ubicación? - preguntó Chiyu.

/.../

Hinata tiró la puerta de una patada. Todas alzaron sus armas y dispararon a las personas que estaban ahí.

- Guardias abajo - informó Nodoka al micrófono.

El grupo se puso de espaldas a la pared mirando la puerta siguiente a la que Hinata había derribado.

Nodoka tiró la puerta de una patada encontrándose al sujeto que más odia en su vida y al supuesto cliente.

- Vaya, no esperaba encontrarlas por aquí - dijo Daruizen con el arma apuntándolas.

El cliente había escapado con la droga. El grupo apuntó a Daruizen con una pistola.

Daruizen disparó, pero el grupo esquivó las balas. Una bala rozó el cabello de Hinata, ella volteó y vio a Guaiwaru apuntándole con un arma.

- Si que tenían refuerzos - murmuró Hinata.

- Fontaine, ve a ayudar a Sparkle, nosotras dos nos encargaremos de Daruizen - ordenó Nodoka.

- Entendido - Chiyu apuntó hacia Guaiwaru.

Nodoka disparó rápidamente hacía Daruizen, pero este lo esquiva.

- Y sigues sin mejorar tu puntería - dijo Daruizen burlándose.

Nodoka frunció el ceño y apretó sus manos en el arma.

Asumi disparó y la bala rozó en el cabello de Daruizen.

- Cállate de una maldita vez - dijo Asumi sonando molesta.

- ¡Cuidado! - gritó Nodoka.

Nodoka agarró a Asumi y ambas se apartaron. Una bala cayó al suelo.

Ambas voltearon y vieron a Shindoine apuntándolas con una pistola.

- Yo me encargo de Shindoine - dijo Asumi.

- Esta bien - dijo Nodoka.

Ambas se pusieron a espaldas.

Nodoka apuntó hacia Daruizen y Asumi apuntó hacia Shindoine.

Nodoka disparó primero. Daruizen esquivó la bala.

Daruizen corrió rápidamente hacia otro lugar y Nodoka lo siguió. Daruizen se escondió detrás de una pared. Nodoka mantuvo su arma levantada.

Nodoka se mantuvo callada para poder escuchar algún ruido. Daruizen también se mantuvo callado para no emitir algún ruido.

- ¡Sal de donde estés, cobarde! - gritó Nodoka.

- ¿Cobarde...? - murmuró Daruizen.

Nodoka frunció el ceño.

- Mira quien lo dice, la chica que no es capaz de hacerse cargo de su hijo - dijo Daruizen molesto.

- ¡Ya te dije que no es mi hijo! - gritó Nodoka.

- ¡Si lo es! Tu misma me lo diste en mis brazos, y me dijiste que yo mismo me encargara de él - dijo Daruizen furioso.

Todo eso era cierto.