VI ⚛ Cita a ciegas ⚛

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Hay una extraña calma en el ambiente, Donovan no ha hecho más desastres de momento, o por lo menos no que yo sepa. Tampoco he recibido mensajes de...

Y como si Thomas supiera que pensaba en él decidió manifestarse por medio de una llamada telefónica.

—Estaba pensando en ti —dije apenas tomé la llamada.

—Eso es lo más lindo que me has dicho en en casi doce años de amistad. —blanqueé los ojos al oír sus palabras. —Te llamaba para invitarte a una cita.

—Ya sé que te dije que estaba pensando en ti pero no quiero tener una cita contigo, sin ofender pero no eres mi tipo.

Le oí resoplar y pedir paciencia a Dios, eso lo hacía muy a menudo al igual que mandarme al diablo cuando ya había colmado su paciencia lo suficiente.

—No me refería a una cita conmigo —explicó, haciendo énfasis en la ultima palabra —Sino con la amiga de Fabiana.

—¿Con la amiga de quién? —pregunté, creyendo que había oído mal.

—Fabiana, la chica que conocí en la fiesta en casa de tus tíos. Esa con la que te mencioné que había estado hablando.

No pienso aceptar ir a una cita con una completa desconocida.

—¿Por qué no tienen una cita como las personas normales? O sea, ustedes dos.

—Sinceramente, no lo sé, ella fue la de la idea de una cita doble. —se hizo un silencio durante unos segundos hasta que le volví a oír —Aunque creo que se le ocurrió eso porque puede que en broma haya mencionado la cita doble que tuvimos a los diecisiete con aquellas chicas, ¿lo recuerdas?

Cómo olvidarlas si esa vez tuve que huir de un tipo que parecía el hermano de la Roca, y es que resulta que la que era "mi cita" tenía un novio y días antes se habían peleado y creía que le era infiel conmigo.

Pero que sepan que, al igual que esta vez, no fue mi idea. Yo no le pediría salir con alguien que ni siquiera sé quién es.

—No pienso olvidarlo jamás, ese sujeto fue mi motivación para ponerme en forma y así evitar que me partieran la cara en futuras ocasiones.

Su escandalosa risa al otro lado de la línea me hizo sonreír a mí. Desde que nuestros caminos se separaron mágicamente dejé de verme involucrado en problemas, hubieron excepciones, sí, pero esas fueron de mi completa responsabilidad.

—Entonces... ¿irás a esa cita con la amiga de Fabiana? —el tono suplicante de su voz no me pasó desapercibido.

No quiero hacerlo pero puedo sacar algún favor de esto en un futuro.

—Claro, no tengo nada mejor que hacer que ir salir con una desconocida, solo espero que no aparezca nadie queriendo molerme a golpes y  que sepas que en cuanto tenga oportunidad te cobraré el favor.

Esperaba tener por lo menos un par de días para mentalizarme e idear un plan de escape en caso de que la chica se pusiera muy encimosa.

—Genial, nos vemos a las cinco en el centro comercial. —iba a quejarme de lo pronto que era, pero al parecer ya sabía lo que pretendía porque colgó la llamada.

¿A las cinco? ¡Para eso faltaba menos de una hora!

Con desgana me levanté de la reposera junto a la piscina y con el mismo ánimo fui a mi habitación, me desvestí y me enrollé una toalla en la cadera y me adentré en el baño al otro lado del pasillo, pasé bajo la regadera todo el tiempo que pude hasta que los dedos de mis manos empezaron a arrugarse y no tuve más opción que volver a mi habitación con la esperanza de encontrar un mensaje que dijera que la cita doble se había cancelado, pero no, no había nada.

La versión de AlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora