A Quiet Magic

La Bruja Galesa

Resumen: Theo y Hadrian exploran el castillo.

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Notas del Autor:

No teman. Theo está en el caso y ni siquiera la suerte de Potter lo derrotará. Probablemente.

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El resto del fin de semana, Theo y Hadrian fueron a explorar el castillo. Theo estaba por fin enfrascado en una conversación con el retrato de Evileen Henrietta Massey, antigua profesora de Herbología entre otras cosas, mientras Hadrian esperaba pacientemente.

Espera. maldijo Theo. Hadrian ya no estaba a su lado, claro que no.

"Perdóname", le dijo a la temible bruja, "he perdido a mi compañero".

"Oh, no te preocupes, muchacho. Está ocupado hablando con la Dama. Volverá pronto. ¿Dónde estaba? Oh sí, el corte..."

Finalmente, Theo recibió un tirón de la manga y Hadrian, muy satisfecho, asintió con la cabeza hacia el pasillo y tiró de él. Theo se despidió rápidamente de Evileen en galés medio y corrió tras él.

Subieron y subieron y subieron hasta llegar a la séptima planta. Hadrian se llevó un dedo a los labios e hizo un gesto con la mano para que Theo se quedara. Theo se encogió de hombros y miró el tapiz que tenía al lado.

"Trolls haciendo ballet, ¿en serio?".

Adriano estaba ocupado paseándose frente a un tramo de pared en blanco. Quizá éste era el pasillo de los chiflados. Sólo que, justo entonces, apareció una puerta en la pared frente a Hadrian y le estaba haciendo señas a Theo para que se acercara. Adriano dio un respingo. Theo nunca le había visto tan excitado. Hadrian empujó la puerta y extendió la mano. Era una habitación cavernosa llena de trastos. Hacía que los desvanes de Goyle Hall parecieran positivamente bien organizados.

"¿Qué es este lugar?"

Las palabras "La habitación de las cosas ocultas" fueron presionadas en su mente.

Adriano los condujo por unos cuantos caminos entre montañas de chatarra hasta que se detuvo ante una mesa con un surtido de fundas y le hizo señas a Theo para que eligiera una.

"Pero es para ti", dijo Theo.

Hadrian negó con la cabeza e hizo la mímica: "Es para ti".

Theo les echó un vistazo mientras Hadrian deambulaba hurgando en Merlín sabía qué. Theo eligió los tres mejores y se los llevó a Hadrian para ver cuál le quedaba mejor. Hadrian miraba con pena el desastre de transfiguración de una tetera tortuga.

"Alguien la ha cagado de verdad. Es horrible", dijo Theo.

Hadrian lo recogió.

Theo puso su mano sobre la suya. "Dudo que puedas hacer algo por él. Está atascado entre estados".

Hadrian la cogió de todos modos.

"Bien, puedes cogerlo, pero pruébate primero estas fundas y mira cuál es menos desagradable".

Hadrian las cogió y se quedó con la que no puso cara de asco.

"¿Te gusta el tacto del cuero de dragón? ¿Me estás tomando el gusto a las cosas finas?", bromeó.

Hadrian le dirigió una mirada amenazadora y lo miró fijamente a los ojos. Levantó la varita y la mente de Theo se inundó con la sensación de repulsión y maldad. Entonces Hadrian la metió en la funda de piel de dragón y la sensación desapareció.

"Hadrian", dijo Theo entrecortadamente.

Pero Hadrian le hizo un gesto con la mano. Estaba sosteniendo el desastre de la tetera tortuga y hurgando en la magia.

Theo sintió el frío.

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Hadrian estaba tumbado en la cama de Theo, mirando las ilustraciones de uno de los libros sobre los Merpeople.

Theo abrió el paquete de la lechuza y dijo: "Aquí vienen las píldoras Dicta. Los curanderos y similares las usan. ¿Quizá puedas pensar tus redacciones en mi mente y yo pueda decirlas en voz alta? Así no sería mi letra. ¿Al menos hasta que puedas escribir con una pluma?"

Hadrian apartó la mirada y encorvó los hombros.

"No es culpa tuya. Estoy siendo práctico. Tienes que entregar los deberes. Y tenemos que arreglar algo antes de los exámenes de fin de curso en junio".

Hadrian se enfurruñó.

Theo levantó las manos. "Bueno, ¿qué quieres que haga?"

Hadrian introdujo una imagen en su mente.

"Oh, esperas crecer y convertirte en un pequeño monstruo que escupe fuego. Me temo que sólo podrás prender fuego a tus deberes después de que estén corregidos".

Harian le sacó la lengua. Luego le pidió que pusiera el hechizo de lectura en el libro, pero Theo se acurrucó a su lado y lo leyó en voz alta en su lugar.

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Querida madre,

Es realmente una parodia que no permitan a los de primer año llevar escobas. (¿Para qué sirve el poder si no es para ejercerlo?)

Por lo menos no tengo que preocuparme de superar a Hadrian Potter, dudo que haya visto una escoba alguna vez.

Tu cariñoso hijo,

Draco

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