Capitulo 8

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Hefesto se despertó en su cama con cansancio, pero no podía evitar sentirse feliz. Ayer había tenido éxito y, a pesar de que tenía que levantarse temprano, estaba emocionado, al fin tendría la oportunidad de desarrollar las habilidades que se encontraban latentes en sí mismo.

A sus lados estaban Eurínome y Tetis en una posición comprometedora encima de él.

No sé si estar agradecido de que este cuerpo no tenga deseos sexuales o odiarlo - pensó.

Se dio un golpe en su cara para quitarse la tontería.

"Vamos, contrólate, ¿está bien? Son tus mamás en cierto sentido..."

Aunque los dioses suelen tener relaciones con sus madres.

A Hefesto le dio un escalofrío por la espalda.

"Mejor me paro antes de que esto se vuelva un hentai común" - pensó.

Trató de pararse pero si lo hacía las despertaría, maldición.

"Estas pinches morsas".se quejo

-¿Qué dijiste? - dijo Eurínome abriendo los ojos rápidamente, asustándolo.

-Nada, mami.

-Que pesas lo mismo que unas rosas - respondió él.

Eurínome lo pellizcó.

-¡Ahhhhh!

Después de salir corriendo antes de que lo dejaran sin brazo, se fue sin comer. Era mejor que quedarse con ellas, sabía que Tetis lo castigaría peor. Tenía un problema con que alguien hablara de su peso.

Hefesto realizó su rutina de ejercicios y se dirigió hacia la casa del herrero ubicada algo lejos del lugar.

Encontrando al anciano meditando.

-An - bostezó Hefesto, perturbando a su maestro.

-Oye, viejo, ¿por qué me haces levantar tan temprano?

-Es temprano para el búho o el murciélago? . Para las ave geko o el kan de la noche. Además, yo no duermo - dijo abriendo los ojos.

-No estarás senil mas bien…

El viejo le lanzó una roca.

Y Hefestos la atrapó en el aire.

-Buenos reflejos -le dijo a Hefesto

el cual lo miraba una cara molesta.

Lo llevó con él a la forja dentro de su taller. Sintió un calor abrasador enseguida al entrar, mientras veía el rojo vivo de la fragua en acción.

Hephaestus: the blacksmith kingWhere stories live. Discover now