ocho

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Al volver a la habitación y al cerrar la puerta Chaewon no pudo ni abrir la boca para hablar.

—¿Qué te sucede? —Sakura es rápida en preguntar. Hay preocupación en su mirada y Chaewon en su defensa junta sus cejas. —Tu pie. —Esa palabra basta para que Chaewon suavice su mirada y recuerde su situación. Entra en pánico y da un pequeño paso hacia atrás, pero lo hace justo con su pie herido logrando que una punzada de dolor llegue a todas las partes de su cuerpo. 

Chaewon junta sus labios en una firme línea y baja la cabeza dando las suficientes señales a Sakura de que, en efecto, ella tiene algo.

—Chaewon, ven aquí. —Sakura se levanta de su cama y va hacia Chaewon. Quita el vaso con agua de sus manos y lo deja en su mesita de noche. 

—Tienes que tomar tu pastilla. —Chaewon dice deteniendo las intenciones de Sakura quien tiene una de sus manos en su brazo. —Y no deberías estar de pie. 

Sakura la manda a callar haciendo una señal de silencio. Esta seria, Chaewon sabe que ella puede llegar a dar miedo estando en ese plan y también sabe que no tiene que insistir, solo obedecer. 

Así que, se sienta en la cama. Enfrente de ella Sakura se pone de cuclillas y toca su pie lastimado sin ningún cuidado ganando una queja de Chaewon. Al escucharla Sakura la mira algo asustada y murmura un "lo siento". Luego, con más cuidado vuelve a tomar su pie.

—No es nada. —Chaewon dice para restarle importancia pero ante el jadeo de Sakura supo que no tenía que decir eso.

—¡¿Cómo que no es nada?! —Sakura se levanta de golpe y toma su teléfono (Chaewon hace recuerdo y esta es la primera vez en el día que la ve usarlo). —Tienes una cortada y no está desinfectada. —Sakura pasa una mano por su cabello mientras que con la otra escribe algo en su teléfono. Chaewon no se digna a decir nada, incluso cuando Sakura se va de la habitación a paso rápido.

Atrás quedó el tomar la pastilla y atrás quedó el cuidar a la mayor, porque ahora es ella la que está en cama, aguantando las ganas de llorar cuando siente el algodón con el antiséptico pasar por su herida. 

Aún si Sakura es gentil, Chaewon tiene momentos de dolor que no puede evitar expresarlos y eso hace que la mayor se sienta culpable cada vez que la escucha quejarse porque ella fue la razón de que Chaewon se lastimara al acercarse a sostenerla para que no llegara a pisar vidrios del vaso que dejó caer.

—Yo causé esto, lo siento. —Sakura dice ahora vendando el pie herido. Chaewon escucha la disculpa y niega, pero la mayor no puede verla al estar con la cabeza gacha. Chaewon sin pensarlo toma la mano de Sakura y llama su atención.

—No digas eso. Tu no tienes la culpa. —La voz de Chaewon es suave al igual que su tacto. El pecho de Sakura se estruja al ver a una persona tan linda. —Más bien, gracias por curarme. Se supone que debo estar cuidándote, pero en estos momentos tú me estás cuidando a mi. —Chaewon dice con vergüenza, tocando su cara, haciéndole ver a Sakura que lo decía en serio. —... Tenías razón.

—¿En qué?

Y Chaewon no vuelve a hablar. En cambio muerde el interior de su mejilla y piensa. Piensa si está bien decir lo que tiene en mente, en si existe la posibilidad de crear incomodidad en ese ambiente.

Al final, decide no decirlo.

Pero Sakura la conoce tan bien. Luego de años y cientos de momentos a su lado Chaewon se ha convertido en un libro abierto el cual Sakura puede leer al derecho y al revés.

Y aunque a veces Chaewon odia ser así.

—... La entrevista.

Puede ser de ayuda cuando ella no quiere admitir las cosas.

—No puede ser. Chaewon, ¿lo que dije en la entrevista te hizo actuar así?

Chaewon aún no responde, pero, tratándose de Sakura no tiene que hacerlo.

Ella lo sabe.

Y se asegura más al ver sus orejas enrojecidas.

change ya mind | ssamkkuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora