doce

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—¿Es eso lo que piensas? —Chaewon pregunta. —¿Crees que puedes besar a alguien por mera curiosidad?

Sakura se sorprende por la frialdad en las palabras de Chaewon y aleja su mano de su pierna. 

La tensión se hace más grande.

—Yo... sí. En Japón lo hacía hasta en presentaciones.

Chaewon chista y ríe por lo bajo. —Por supuesto.  —murmura. —Tu piensas diferente.

—¿Acaso eso está mal? —Sakura pregunta. Ella quiere entenderla pero la menor al parecer no quiere cooperar porque se aleja.

—Dejemos la película para otra ocasión. —Chaewon se levanta y está por irse a su habitación, pero Sakura hace un esfuerzo y es más rápida logrando agarrar su brazo.

—Chaewon, por favor... —Sakura la mira. Los ojos brillantes y el toque cálido hacen contraste con la tarde algo fría. —Dime que pasa.

—No es nada, olvídalo.

—Si no es nada no entiendo por qué estás actuando así.

Chaewon quiere estar serena, pero las respuestas de Sakura dan justo donde le afectan.

Y ella no se encuentra tan fuerte en estos momentos.

Así que solo es cuestión de que de algunos pasos al frente y se incline para que sus labios lleguen a tocar los de Sakura. Un contacto leve, sin movimiento, casi como si no hubiera ocurrido.

De repente el agarre de Sakura se debilita y deja libre a Chaewon quien pasa de su lado hacia su habitación y cierra de golpe. El ruido de la puerta ni siquiera logra asustar a Sakura.

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En la oscuridad, debajo de sus sábanas, Chaewon no cree lo que acababa de pasar. Entierra su cara en el colchón y lanza un grito ahogado en un intento de dejar salir todas sus emociones, aunque lo cree imposible porque cada que recuerda lo que había hecho y cómo se sintieron los labios de Sakura nuevas sensaciones se iban formando.

Menta. Tenían sabor a menta, se pone a pensar. Un pensamiento intrusivo que hace que se abrazara a sí misma y se diera palmadas en la cabeza, queriendo borrar todo.

No debió hacer eso. ¿Qué la poseyó en ese momento? ¿Sakura la verá diferente? ¿Debería ir donde ella y disculparse? Ciertamente, en algún punto tiene que ir a verla porque se había quedado para cuidarla.

—Ah, es verdad. —dice con dolor a la nada al darse cuenta de que sí o sí debe ir a su habitación.

Enfrentarse a Sakura es un hecho.

Chaewon sólo puede volver a ahogar sus gritos en su colchón para disipar sus sentimientos.

change ya mind | ssamkkuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora