-¿Eres...?- la pregunta quedó en el aire.
Nos miramos fijamente. La sorpresa y la preocupación que veía en sus ojos bastó para saber que él también había escuchado mi silbido.
-No puede ser- dijo entre risas bajando la cabeza y negando. -Debe ser una puta broma- dijo.
Lo miré. Se apretó el puente de la nariz con sus dedos.
-Mi destino no puede ser un Alfa. Es imposible- dijo.
-Oye, yo también estoy tan sorprendido como tú- dije.
Él despeinó su cabello pelirrojo y me miró enojado. Se levantó del banco y se dirigió a mi.
-¿No entiendes? Ambos somos Alfas- dijo él enojado.
-¿Y?- pregunté.
La verdad hasta yo me sorprendí. ¿Por qué sentí que no me importaba que fuera Alfa? ¿Por qué desde que me fijé en sus ojos mi estómago se removió?
Él me miró sin poder creer mi expresión. Pasó una mano por su nuca y me miró.
-Somos Alfas. ¿Que saldría de una relación así? ¿Quien dominaría a quién?- preguntó.
Me puse a pensar en sus preguntas. ¿Qué saldría de una relación así? No lo sé. Por ser dos Alfas no podemos reproducirnos, y estoy seguro que en los celos de ambos no habría manera de satisfacernos.
¿Quién dominaría a quién? Él es ligeramente más pequeño y delgado que yo. Para ser un Alfa, tiene más cuerpo de Beta.
"En todo caso yo dominaría"
-¡Ni lo sueñes!- exclamó.
-¿Eh? ¿Acaso lo dije en voz alta?- pregunté.
-Sí, lo hiciste- se cruzó de brazos.
-Perdón-
-Yo todavía sigo procesando la situación. ¿En serio eres mi destino?- preguntó mirándome fijamente.
Yo también lo miré. Justo cuando nuestras miradas se enlazaron él silbido volvió a sonar en mi cabeza.
-agh- colocó una mano en su cabeza. -Me molesta que lo seas- dijo.
-No podemos ir en contra del destino- hablé.
-Mira, no se tú pero yo esperaba un Omega. ¡Al menos un Beta carajo!- exclamó golpeando mi pecho.
-Oye, yo también estoy enojado. Él destino también me la jugó- agarré su muñeca y la apreté.
Hizo una mueca de dolor. Pero aún así no deshice mi agarre. Si es un Alfa que aguante.
-Además, ya hay relaciones entre dos Alfas. Por algo existen los Deltas ¿Sabes?- dije.
-¡Sueltame!- gritó y se liberó de mi agarre. -Y si, existen los Deltas. Pero ellos decidieron serlo. En todo caso ¿Quién de los dos sería el Delta? Porque yo no pienso someterme a ti- habló.
-¿Ah si?- dije y acerqué mi rostro al suyo.
-¿Que haces?- preguntó asustado y trató de golpearme.
Sujeté su brazo derecho y lo atraje hacia mi por la cintura. Utilicé mis feromonas para tratar de dominar el ambiente. Y lo besé. Por supuesto el beso no iba a ser correspondido.
Justo cuando iba a separarme sentí su otra mano en mi hombro. Abrí un poco mis ojos para ver los suyos cerrados con una expresión calmada. Me estaba correspondiendo el beso.
Al separarnos su expresión demostraba vergüenza. Estaba sonrojado y sus ojos brillaban más que antes. Se cubrió la boca con las manos.
-¡¿Por qué demonios hiciste eso?!- preguntó enojado.
-Dijiste que no te someterías ante mi. Quería probar que si lo harías- respondí calmado.
-¡Usaste tus feromonas! ¡Te apoderaste completamente del ambiente! ¡Eso no es justo!- se quejó.
Sonreí al verlo así. Voy a admitirlo, se ve tierno cuando está enojado, a pesar de ser un Alfa.
-¡Además! ¡Tu olor a almendras me mareó! ¡Si, eso!- exclamó.
-Yo más bien diría que te gustó- dije liberando más feromonas.
Su rostro se tiñó aún más de rojo. Empezó a respirar entrecortado.
-N-no hagas eso- dijo como pudo.
Controlé mis feromonas. Él me miró enojado.
-¿Entonces?- pregunté.
-¿Entonces que? Yo me iré por ahí y tú te irás por allá. Olvidaremos que esto pasó y el destino es una mierda- dijo volteando el rostro.
Me pregunté a mi mismo ¿Por qué estaba insistiendo tanto en quedarme con él? Digo, si, es mi destino, pero no me gustan los Alfas. ¿Entonces por qué no puedo apartar la mira de él?
-Sí eso es lo que quieres- dije -Soy Michael Thompson por cierto-
-bien, Jason Evans. Adiós- dijo.
-¿Pero recuerdas la frase del destino? "una vez que encuentras a tu destino, no te puedes separar de él".- dije y comencé a caminar en la dirección a mi casa.
Jason Evans
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Silbidos (Yaoi/Gay)
RomanceLos destinados tienen un silbido especial y único. Pero que pasa cuando ese silbido te lleva a un destino casi improbable.