Estábamos a Octubre. Jason y yo habíamos convivido por un mes en la misma casa. Admito que no fue fácil adaptarse, pero pasamos muchos buenos momentos.
Comenzamos una relación. Besos en cualquier horario, uno que otro toque por allá, en fin, no hemos llegado a más.
Estuvimos saliendo a varios lugares, algo así como citas. Nos conocimos mejor y nos divertimos. Incluso Alex lo aceptó como su otro humano.
En octubre hay una fecha especial para mí. Justo el 17, era mi cumpleaños. Jason no lo sabía y la verdad no planeaba decírselo.
-Oye, tu celular ha estado sonando desde hace 10 minutos. Ten la decencia de contestar-
Su voz me sacó de mis pensamientos. Estaba sentado en el sofá viendo una serie con Alex en su regazo. Volteé a ver mi celular que no dejaba de sonar. La llamada era de mi "padre". Suspiré, ya sabía lo que me diría. Contesté.
-Dime papá-
-¡Feliz cumpleaños mi retoño! ¿Cómo estás? ¿Estás comiendo bien? ¿Tienes pareja? ¿Vienes hoy?- de su boca salieron esas y más preguntas.
Jason me miraba extrañado. Le hice una seña de que no se preocupara y me concentré en la llamada.
-Hola papá. Gracias por llamar. Si, estoy bien y como bien. Iré hoy con mi pareja- respondí.
-¡Que bien! Tu hermana quiere verte y... Espera... ¿¡Cómo que tienes pareja!?- gritó tan fuerte que tuve que alejar el celular de mi oreja.
Jason volvió a mirarme, esta vez preocupado.
-Sí papá, tengo pareja. La conocerán hoy- dije para calmarlo.
Jason se sorprendió y se sonrojó. Lo ví encogerse en el sofá. Sonreí por lo tierno que se veía. ¿En serio él es un alfa? Bueno, los alfas podemos ser tiernos de vez en cuando.
-Genial. Le avisaré a tu madre. Nos vemos hijo-
Y colgó. Suspiré fuertemente. Jason se levantó del sofá y se acercó a mí.
-¿Pasó algo?- preguntó preocupado -No me avisaste que viajaremos-
-Bueno, la verdad no tenía pensado ir a ninguna parte hoy. Pero mi padre quiere que vaya- respondí. -Quiere conocerte-
Cuando dije eso volvió a sonrojarse y desvió la mirada.
-¿Quieres ir?- pregunté.
-B-bueno, ya dijiste que iríamos-
Lo abracé y olfateé su cuello. Increíblemente su olor de alfa no me resultaba incómodo, un olor a chocolate puro.
-¿Ellos no saben que soy alfa verdad?- preguntó acariciando mi espalda.
-no- mordí ligeramente su cuello.
-o-oye, si seguimos así no nos iremos nunca- se apartó nervioso.
-Cierto-
Después recogimos un par de cosas. Estoy seguro de que mis padres querrán que me quede a dormir. Dejé a Alex con Aurora y me fui con Jason a la casa de mis padres.
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Estábamos en mi carro. Acabábamos de salir de la ciudad.
-Oye. ¿Dónde viven tus padres?- preguntó.
-Pues en el campo, ellos tienen una granja- respondí.
-Osea que naciste en una granja. Debiste tener una infancia muy divertida-
-De hecho si- sonreí al recordar esos momentos que pasé en la granja. -Mamá solía montarse conmigo en un caballo blanco, se llamaba Rey, pero lamentablemente falleció hace cinco años-
Recordé a Rey. Un caballo que había marcado gran parte de mi infancia.
-Lo siento- habló.
-No te preocupes, ya estaba viejo-
-¿Y que más hay de tu vida?-
-Pues mi papá es Omega y mi mamá es alfa. Ya te comenté que tengo una hermanita de 12 años, Mily- mencioné.
-Sí, lo recuerdo-
-Mira, ya estamos llegando-
Jason miraba por la ventana emocionado. El campo no había cambiado nada desde que me fui. Las mismas alegres personas se encontraban ahí. Los perros y gatos de la calle, los cultivos y por último la granja de mis padres.
Estacioné el auto frente a la casa. Jason y yo nos bajamos. Saqué las llaves de la casa y entré. Justo al dar un paso todos los que estaban en la casa gritaron.
-¡Sorpresa!-
Sonreí al ver a mi hermanita con un lindo vestido y un ramo de flores. Mi papá tenía un pastel en sus manos y mi mamá unas velas, 24 en total seguramente.
-¡Hermano, feliz cumpleaños!-
Mily se abalanzó sobre mí y me abrazó, yo le devolví el abrazo.
-¿Y? ¿Dónde está?- preguntó mi madre.
-Bueno, familia, les presento a Jason Evans, mi pareja- dije señalando a Jason quien se paró a mi lado.
Mis padres estaban boquiabiertos sin poder creerselo. Mi hermanita sonrió feliz y fue a darle un abrazo.
-Son para ti- dijo y le entregó el ramo de flores.
-Gracias- tomó el ramo y le sonrió a Mily.
Miré a mis padres que todavía parecían estar procesando lo que vieron.
-¿Pasa algo?- pregunté.
-¿No podías conseguirte algo mejor? ¡Es un alfa!- exclamó mi madre.
-¡Oye!- reclamé.
-¡Cállate tu! Estoy hablando con Jason-
Hice una mueca de indignado. Jason y mis padres rieron.
-Bienvendido a la familia muchacho. Es un gusto- dijo mi papá.
-Y eso que pensé que estabas aferrado a encontrar tu destino- dijo mi madre.
-De hecho... Jason es mi destino- hablé.
-Eso es... Inesperado- dijo mi padre.
-Lo sabemos- dije.
-Pero bueno. Vamos a comer ese pastel y a disfrutar de tu cumpleaños- dijo mi madre.
Jason me miró confundido. Seguramente porque no sabía nada de hoy. Yo le sonreí y tomé su mano para guiarlo a la mesa.
Mi madre colocó las velas en el pastel y las encendió. Me cantaron feliz cumpleaños y pedí mi deseo.
En la cena mis padres hablaron más con Jason que conmigo. Preguntaron y respondieron cosas de la vida. Incluso mi papá terminó por mostrarle las fotos de mi infancia, cosa que causó gran vergüenza en mi.
Mi hermana y mi novio (que bien suena esa palabra) jugaron a la hora del té. Por supuesto, grabé todo su juego escondido para tener algo de que burlarme cuando volviéramos a la ciudad.
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