Estábamos fregando los platos del almuerzo. Si, estábamos. En esta casa nos compartimos las tareas.
De vez en cuando embarraba su nariz con detergente y me reí de él. Para vengarse me manchaba toda la ropa.
Seguiríamos así de no ser por el teléfono de Jason sonando. Él salió de la cocina hacia la sala. Terminé de fregar el último plato y lo coloqué en su lugar. Caminé hacia la sala cuando oí un grito de Jason.
-¡Ya les dije que no!-
Vi como tiraba su celular al otro lado del sofá y se hacía bolita en este. Me acerqué a él y recogí su celular. La llamada era de su madre. Con razón se pudo así. Me senté a su lado y abracé la bolita que había hecho con su cuerpo.
-¿Que fue esta vez?- pregunté acariciando su espalda.
-Ellos... Ellos se enteraron que me encontré con Emma, y quieren que vaya a verlos- respondió bajo.
Su voz sonaba quebrada. Logré tomar una de sus mejillas y levantar su rostro. Su entrecejo estaba fruncido y pronto sonrió cuando besé su frente.
-¿Irás?- pregunté.
-No quiero ir- se quejó.
-Deberías ir y hablar de una vez del asunto con ellos. Tal vez así te dejen en paz- propuse.
-No creo que lo entiendan. Además, ¿Que les diría?-
-Tal vez debas abrir tus sentimientos a ellos. Si quieres voy contigo- aconsejé y propuse.
Él me miró sonriendo y me abrazó. Yo también lo abracé y acaricié con lentitud su espalda. Él no se merecía sufrir así, mucho menos solo, pero para apoyarlo estaba yo.
-Gracias Micky, pero no quiero meterte en esto- habló deprimido.
Tomé su mejilla y atraje su rostro hacia el mío. Besé suavemente su nariz y frente. El rió bajito.
-Jason, no importa lo que digan tus padres. Iremos a verlos, les dirás lo que sientes y si no lo entienden nos vamos- dije.
El asintió y se levantó del sofá para dirigirse a la habitación. Antes de abrir la puerta se giró y me sonrió.
-Creo que podemos hacer "algo" antes de irnos- y me guiñó el ojo para entrar al cuarto.
Me quedé procesando sus palabras unos segundos para después ver cómo lanzaba su camisa fuera de la habitación. Rápidamente me levanté del sofá y corrí al cuarto.
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Estaba conduciendo hasta la antigua casa de Jason. Él se sentó en la parte trasera del carro y por el retrovisor podía ver lo inquieto que se encontraba. Quería decirle algo para animarlo pero seguramente se pondría más nervioso.
Llegamos a la dirección que él me indicó. Estacioné el carro y volteé a verlo.
-¿Es esta la casa?- pregunté.
-Sabes que, me equivoqué de dirección, ya no me acuerdo, vamos a otra parte- mencionó con rapidez.
-Jason- regañé.
Él suspiró y se bajó del carro. Me bajé después de él. Jason se encontraba parado en la puerta, teniendo una batalla interna sobre si tocar o no. Me adelanté a él y di tres toques en la puerta.
Él me miró aterrado. Yo solo le sonreí. Segundos después abrió la puerta una señora mayor que supuse era la madre de Jason. Ella se me quedó mirando raro. Seguramente porque sabía quién era yo.
-Jason, me alegra que hayas decidido venir. Debemos hablar asuntos pendientes- dijo ella con un claro tono de disgusto.
Jason asintió y tomó mi mano. La mujer lo miró horrorizada, como si lo que acababa de hacer fuera del diablo o algo así.
-¿¡Que es ese descaro Jason Evans!?- exclamó ella.
-¡Solo cállate! Vine aquí para hablar como personas civilizadas- dijo él.
Yo no hablé en ningún momento. Su madre nos permitió entrar. Nos sentamos en el sofá y ella se sentó frente a nosotros.
-Tu padre bajará en cualquier minuto, así que te recomiendo que le sueltes la mano- habló con un tono despectivo.
Pero Jason hizo todo lo contrario, apretó más el agarre. Ella lo miró enojada. Minutos de incómodo silencio pasaron para que luego bajara otro hombre, quién por la expresión de Jason, supe que era su padre.
-¿Que carajos significa esto?- preguntó enojado.
-Solo vine a hablar- dijo Jason.
Su padre suspiró y lo escuché susurrar un "Te has ablandado". Se sentó a un lado de su mujer y nos miró. Más bien, me miró a mi. Me analizó de pies a cabeza.
-Bien, ¿que querían decir?-
-Jason, Emma, quién es tu prometida, y que sigue siendo así, vino a hablarnos y por lo que veo, tenía razón en lo que dijo- mencionó su madre tratando de recalcar que Jason debía casarse con esa chica.
-¿Que?¿Que tengo una relación con un alfa? Pues si. Cómo ven- dijo rápidamente mi novio.
-Jason, no interrumpas a tu madre-
Su padre enojado liberó sus feromonas de alfa. No pude percibir bien el olor pero era desagradable. A Jason pareció afectarle, por lo que liberé un poco de las mías para calmarlo. Su padre me miró como si de un asesino se tratara.
-¿Quién te dió permiso de liberar tus feromonas en esta casa?- me preguntó.
-Con todo respeto señor, creo que el que empezó fue usted. Lo mío solo fue un instinto de proteger a mi pareja- respondí serio.
Su mirada y la mía se encontraron, miradas enojadas y llenas de ira.
-Creo que venir aquí fue un error. Si solo van a hablar del compromiso y de mi supuesta actitud rebelde, será mejor que Mi Novio y yo nos retiremos- habló firme Jason.
Se levantó del sofá. Yo hice lo mismo. Comenzó a caminar hacia la puerta y yo lo seguí.
-¡Jason Evans! ¡Si cruzas esa puerta ya no serás más mi hijo!- gritó su madre.
Jason se volteó hacia ella y frunció el entrecejo.
-La verdad, no quiero serlo. Y díganle a Emma que el compromiso se cancela- dijo.
Dicho eso salimos de esa casa hacia mi carro. El se montó de copiloto. Yo me senté al timón. Lo miré y el parecía querer llorar.
-Lo hice. Los enfrenté- dijo y sonrió.
-¿Quieres ir a otro lugar?-
-Llevame al parque-
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