08

380 29 0
                                        

Enero, día 26. Había salido a ver a una anciana, la abuela Yoyo. Ella era amiga de mi abuela y sabía mucho sobre los destinos. A veces me preguntaba cuántos años tenía esa mujer.

Ella me contó toda la historia desde el principio. Omegas y Alfas encontrando a su destinado por medio de los Silbidos. La típica leyenda que le cuentan a todos los niños.

Desde hace muchísimo tiempo las almas gemelas han existido. Ambas unidas por un sonido único y especial que solo ellas podían escuchar. Un silbido.

Ninguno se parece siquiera. Aunque eso no lo sabemos. Cuando estamos cerca de conocer a nuestra alma gemela ese silbido suena en nuestras mentes y Alma.

Alfa y Omega se juntan para conocer su destino. Escuchando ese silbido especial que solo los envuelve a ellos. Ambos se complementan.

Últimamente los silbidos se hacen cada vez más escasos, debido a la grand separación que experimentan los destinados. Si tú tienes un silbido aprovéchalo.

-Abuela Yoyo. ¿Alguna vez los silbidos fueron escuchados por una pareja que no fuera Alfa y Omega?-  pregunté curioso.

Tal vez mi caso ni sea tan extraño. Tal vez en el pasado hubo otra pareja de alfas.

-De hecho si. Algunos betas pueden estar atados por el destino con Alfas, Omegas o incluso otros Betas. Son casos raros pero se han dado- explicó ella.

-¿Y que hay de dos Alfas?-

-Nunca se ha visto algo como eso- me sentí un poco decepcionado al escucharla. - ¿Tienes algo que ocultar joven Thompson?- me observó detalladamente.

-Tal vez encontré mi silbido en un Alfa-

Comenté. La anciana sonrió. Me despedí de ella y caminé rumbo a mi casa. En el camino me puse a pensar en lo que había pasado hasta ahora. Conocí a Jason a principios de agosto y ya estábamos en Enero, casi finales. Había pasado un tiempo y nuestra relación está estable. Sonreí.

-Te tardaste- me recibió mi ahora pareja cuando entré al departamento.

-Fui a ver a la anciana Yoyo- dije y lo abracé.

-Ultimamente vas mucho a ver a la abuela Yoyo- dijo haciendo un puchero.

-Ella me ayuda a comprender las cosas a mi alrededor. Un día de estos te llevaré- besé su cuello.

-¿Quieres hacerlo?- preguntó después de suspirar.

-Ahora estoy cansado-

En el ámbito sexual, la hemos pasado bastante bien. Al principio fue difícil para Jason acostumbrarse, puesto que los alfas no estamos hechos para "recibir". Pero luego se fue adaptando y hasta me pide que vaya más rápido.

-¿Y que te dijo la abuela Yoyo esta vez?-

-Ella me habló de casos especiales. Betas y betas, incluso betas y Omegas. Pero nada de Alfa y Alfa- respondí.

-Entonces nuestro caso es único. Me gusta- nos besamos.

-Deberiamos ir a comprar la cena- dije.

Él se separó de mi y fue a buscar dinero.

Caminábamos por el mercado tomando las cosas que nos hacían falta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Caminábamos por el mercado tomando las cosas que nos hacían falta. Incluso Jason me hizo un berrinche cuando no le quise comprar galletas.

En un pasillo nos topamos con dos chicas omegas. Estas al vernos se acercaron a nosotros sonriendo. Ya sabía las intenciones que tenían.

-Disculpen. ¿Están solteros?- preguntó una.

-Es que son muy guapos- dijo la otra.

Jason y yo nos miramos sonriendo.

-Ya estamos en una relación señoritas- respondí.

-Aw, que lástima- lloriqueó una de ellas.

-Pero sus parejas no se tienen que enterar- dijo la otra acercándose a Jason.

Lo tomó del brazo y colocó este entre sus pechos. Gruñí por instinto. Jason la apartó suavemente.

-Lo sentimos señoritas. Pero tenemos que irnos- dijo mi pelirrojo.

Nos retiramos de ahí escuchando las quejas de las chicas. Cuando estuvimos lo suficientemente lejos lo abracé y besé su cuello.

-o-oye, ¿que te pasa?- preguntó nervioso.

-No me gustó la manera en que te tocó- me quejé.

-Pero la aparté ¿No? Vamos, deja eso. Debemos pagar e irnos a casa- dió un ligero golpe en mi espalda para que me separara.

Cuando lo hice él tomó mi mano y me arrastró hasta la caja registradora. Pagué por lo que compramos y salimos del mercado.

Caminando por la acera rumbo a casa podía oír pasos detrás de nosotros. No le di mucha importancia porque habían muchas personas caminando. Pero de repente una voz de oyó.

-¿Jason?-

Jason en ese momento se paralizó. Pude sentirlo por su mano que dejó de apretar la mía. Sus ojos irradiaban terror, los tenía bien abiertos. Volteó lentamente y yo también lo hice. Ahí parada estaba una chica que no conocía pero que parecía ser conocida de Jason, y no de las personas buenas.

 Ahí parada estaba una chica que no conocía pero que parecía ser conocida de Jason, y no de las personas buenas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Silbidos (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora