Ya habían pasado dos semanas desde lo del parque. Estábamos a inicios de Septiembre, adiós verano, hola otoño.
Me acosté en mi cama y Alex se acurrucó en mi abdomen. Acaricié su cabeza.
En estos momentos de calma me pongo a pensar si fue bueno conocer a Jason, a mi destino. Digo, conocer a tu destino no es malo, para nada, pero Jason es Alfa y no es un persona muy fácil de tratar.
Pero Jason es tan... tierno, a pesar de ser Alfa. Tiene expresiones muy lindas y parece un adolescente descubriendo lo que es el amor. ¿Amor? ¿Es amor?
Tal vez solo es el impulso del destino pero creo que Jason... me gusta.
-agh-
Alex levanto su cabeza asustado. Volví a acariciarlo para que se calmara. Tal vez debería buscar a Jason y hablar con él. ¿Pero dónde lo busco?
Terminé por dormirme.
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Salí a comprar comida para Alex. Era tarde, así que cuando salí del mercado ya era de noche. Hacia un poco de frío. Menos mal que llevé un abrigo.
Caminaba normalmente por la acera. Tenía un paso lento ya que estaba un poco cansado. Oí nuevamente mi Silbido. Negué con la cabeza al pensar que Jason podría estar llamandome.
De repente sentí como alguien estornudó. Volteé asustado ya que lo sentí muy cerca y pude ver la silueta de alguien sentado en un callejón.
Cuando me fijé mejor pude ver que era Jason. Estaba solo en camiseta y pantalones cortos. Tampoco traía zapatos.
-¿Jason?- dije al verlo.
Él subió su miraba. Se levantó rápidamente y me abrazó. Me sorprendió bastante que hiciera eso pero también lo abracé. Estaba temblando.
-¿Que haces aquí en esas condiciones?- pregunté.
Él no respondió, solo apretó más el agarre. Así que si me llamó.
-Ven a mi departamento- dije separandolo de mi.
Me quité mi abrigo y se lo coloqué sobre sus hombros. Él tenía su mirada fija en el suelo. Tomé su mano y comencé a caminar en dirección a mi departamento. Él me siguió.
Cuando llegamos hice que se sentara en el sofá en lo que yo iba por algo de ropa. Cuando volví el estaba acariciando a Alex.
-Toma. Ponte esto- le extendí la ropa.
Él la tomó y la dejó a un lado. Alex se bajó del sofá y caminó hacia mi habitación.
-¿Al menos podrías decirme que ocurrió?- pregunté.
-No es nada- por fin habló.
-No mientas. Se que no estás tan loco para lanzarte a la calle con esa ropa en plena noche. Algo tuvo que haber pasado- regañé.
Él suspiró. Ahora que veía bien su rostro, tenía rastros de haber llorado. ¿Que habrá pasado?
Él notó que veía fijamente su rostro y volteó la mirada. Coloqué mi mano en su mejilla e hice que me mirara.
-Puedes confiar en mi- dije.
Él cerró sus ojos por unos segundos.
-Tuve una fuerte pelea con mis padres- por fin habló.
¿Peleó con sus padres? ¿Que tan grave fue lo que hizo para que se fuera de la casa así?
-¿Puedo saber por qué?-
-Por ti- susurró.
¿Eh? ¿Por mi?
-¿Por qué?-
-Les dije que mi destino era un Alfa. Ellos se burlaron, pensaron que no era en serio. Pero cuando les dije que tú...- dejó de hablar.
-¿Que yo qué?-
-que tu me empezaste a gustar, ellos...- sollozó.
Un momento. ¿Yo le gusto?
Pero ese no es el tema. Sus padres obviamente reaccionaron mal y seguramente lo echaron de su casa.
-Ellos dijeron que me fuera, ni siquiera me dejaron tomar mi ropa. Con lo único que me quedé fue con mi celular- terminó su explicación.
¿Así de malos son sus padres? Joder. Me dan ganas de ir y golpearlos. Apreté mi mandíbula tratando de calmarme. Sentí una mano en mi mejilla.
-¿Estás bien?- preguntó.
Lo miré. Se dió cuenta de que estaba alterado. Tomé la mano que tenía en mi mejilla y la acaricié. Él se sonrojó.
-Y-yo no...-
-Tranquilo- sonreí.
Me fui acercando poco a poco a su rostro. Nuestras respiraciones se enlazaron. Él respiraba agitado. Por fin uní nuestros labios en un corto beso.
-Puedes quedarte aquí. Conmigo. Claro, si quieres- propuse.
Él me miró confundido.
-Se que será un poco difícil porque ambos somos Alfas. Pero yo enserio te quiero aquí. Me gustas- dije.
-Es por el destino- habló.
-Tal vez- respondí -¿Quisieras hacerle caso al destino y empezar una relación conmigo?-
-Podría intentarlo-
Nos miramos fijamente por unos segundos y nos volvimos a besar, esta vez con más intensidad. Lo tumbé en el sofá y besé su cuello.
-Oye. No voy a ser el de abajo- dijo enojado.
-Ya veremos- sonreí con malicia.
Continué besando su cuello. Él soltó un suspiro. Me separé un poco de él para verlo. Estaba sonrojado y sus ojos tenían un extraño brillo rojo.
Iba a seguir pero él estornudó. Ahí volví a la realidad. Jason había estado no sé cuánto tiempo con poca ropa en plena noche.
Me levanté del sofá. Él se sentó en el sofá.
-Deberías tomar un baño. Toma esa ropa. El baño está al final del pasillo a la izquierda- dije.
Él asintió y caminó hacia el baño. Estuvo ahí por media hora. Fui a la cocina por agua. Luego sentí que la puerta del baño se abría y se cerraba, además de unos pasos por el pasillo.
Después de unos minutos no sentí ruido alguno. Salí de la cocina para ver a Jason dormido en el sofá y al parecer estaba oliendo mi ropa.
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